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El actual 4º de ESO será el primer curso de un Bachillerato de dos vías

Diego FranceschMartes, 10 de enero de 2012
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La propuesta estrella del PP para esta legislatura es un Bachillerato de tres años que nos homologue con la gran mayoría de sistemas educativos europeos, reduzca la distribución de materias –tenemos uno de los Bachilleratos con más materias de Europa–, mejore la preparación de los alumnos que van a seguir estudios superiores (Bachillerato General) o la FP Superior (Bachillerato Profesional) y favorezca la obtención de un título de Secundaria Superior por más alumnos y, por tanto, nos permita acercarnos a los objetivos de Lisboa (85%).

Según la Asociación de Catedráticos de Instituto (Ancaba), que es la organización que más ha demandado un Bachillerato de tres años, “el futuro de la economía española no dependerá tanto del desarrollo de sectores con bajo valor añadido, sino del desarrollo de sectores de mayor productividad. Y, a mayor productividad más necesidad hay de capital humano, suministrado por un sistema educativo eficiente”. Justo lo que no tenemos en este momento, donde existe una importante sobrecualificación de una parte de los trabajadores, por un lado, junto a una falta de cualificación de otros, los jóvenes en paro procedentes de sectores en crisis como el de la construcción o el de la hostelería.

Se ha dicho que la causa del abandono prematuro es que el sistema productivo absorbía a estos trabajadores poco cualificados, pero también se puede dar la vuelta al argumento para señalar que son –o eran antes de la crisis– los sectores en expansión los que requerían trabajadores poco cualificados. Por no hablar de las propias deficiencias inherentes a nuestro sistema educativo.

Según Ancaba, “la Logse introdujo la escuela comprensiva copiada del modelo nórdico-anglosajón, obligando a todos los adolescentes a estar escolarizados, no en el mismo sistema, sino en la misma escuela y en el mismo aula hasta la tardía edad de los 16 años”. La consecuencia de ello ha sido la aparición de “objetores escolares”, problemas de disciplina y de organización en los centros o de bajo nivel educativo. El remedio es diferenciar la comprensividad de la obligatoriedad. Es decir, introducir la diversificación antes de acabar la etapa de escolarización obligatoria. En este sentido, si analizamos los sistemas educativos europeos vemos que 12 estados ofrecen Educación comprensiva hasta los 16 años –entre ellos España– mientras que otros 18 hacen terminar la enseñanza comprensiva antes de los 16 años, la mayoría a los 15. Entre los primeros figuran países con menos población y bastante homogénea (como los nórdicos) y los otros tienen más población y más heterogénea (Francia, Italia, Alemania) que son los modelos en los que el PP se ha fijado para proponer su Bachillerato de tres años.

El Bachillerato actual tiene escasa duración, pero excesiva carga lectiva y no prepara adecuadamente para determinadas carreras de mayor exigencia, según creen los catedráticos. Además, los actuales ciclos formativos de Grado Medio se han convertido en “una especie de enseñanza compensatoria para alumnos que no pueden o no quieren seguir el Bachillerato”, dice Ancaba. Además, hasta la última reforma del PSOE, desde ellos no se podía acceder directamente a la FP Superior.

Modelo 3+3
En este sentido, caben dos propuestas de Bachillerato de tres años, el modelo 3+3 (tres cursos de ESO más tres de Bachillerato, de 15 a 18 años) o el modelo 4+3 (cuatro de ESO más tres de Bachillerato de 16 a 19 años). El primero sería el modelo querido por el PP, ya que tiene la ventaja de ser menos costoso en términos económicos y es el que mejor se puede implantar aprovechando la actual estructura de nuestro sistema educativo.

El modelo 3+3 puede partir del actual 4º de la ESO, al que la LOE da un “carácter orientador tanto para los estudios postobligatorios como para la incorporación a la vida laboral”. Al convertir 4º de la ESO en el primer curso del Bachillerato se evita, además, que alumnos que por ejemplo no han cursado Latín o Biología y Geología en el último año de la ESO sí lo pudieran cursar en 1º de Bachillerato –al ser una nueva etapa–, como sucedía hasta ahora. La ESO, entonces, terminaría a los 15 años y conduciría al Graduado, a los PCPI o a los dos tipos de Bachillerato propuestos por el PP: uno General y otro Profesional (algo así como los antiguos ciclos de Grado Medio mejorados). Del primero se podría salir directamente al mundo laboral, a la Universidad o a la FP de Grado Superior; del segundo solo a la FP Superior o al mundo laboral.

La ESO tendría una duración de tres cursos pero se mantiene la enseñanza obligatoria hasta los 16 años o más, por lo que los alumnos deben iniciar alguna de las vías lo que hace más fácil que también la acaben. Los que no se gradúen pueden seguir un PCPI y luego seguir alguna de las otras dos vías: la General o la Profesional. En esta propuesta, el primer curso sería común a ambas vías, a diferencia de las asignaturas optativas. Las del Profesional estarían más relacionadas con la FP.

  • Una prueba estatal al final del Bachillerato
  • Desde hace años se viene cuestionando la validez de la actual prueba de Selectividad, si sería necesaria su eliminación y sustitución por una prueba homologada final de Bachillerato ligada a la obtención del título y que sirviera también para el acceso a la Universidad, sin más requisitos.
  • El sistema educativo español no tiene ninguna prueba que homologue las enseñanzas que se imparten en diferentes tipos de centros y en todas las comunidades autónomas. El Estado ha renunciado a una homologación final de todo el sistema, y a comprobar que, al menos, el título de Bachillerato –lo mismo se podría decir de la ESO– se obtiene mediante unas condiciones de exigencia idénticas para todos los centros. Según Ancaba, dicha prueba “no necesariamente ha de ser compleja o difícil (puede ser muy parecida a la actual selectividad), pero, en todo caso debe obligar a los centros a adecuar su nivel de exigencia a unos estándares oficiales y comunes a todo el Estado”. Según Felipe de Vicente, presidente de Ancaba, la prueba final de Bachillerato eliminaría la actual Selectividad. “¿Para qué sirve la Selectividad si más del 90% de los presentados la aprueban? No tiene mucho sentido, ¿no?”, asegura De Vicente. Precisamente, de Ancaba procede una de las propuestas más coherentes de Bachillerato, la que ha asumido el PP. Para De Vicente, la nueva vía del Bachillerato Profesional se basa en una nueva concepción de la FP de Grado Medio. “La FP que nosotros concebimos –ha dicho en declaraciones a MAGISTERIO– tendría tres cursos: un primer año muy similar al actual 4º de la ESO, con asignaturas no troncales relacionadas con las nuevas tecnologías y la función profesional, y un segundo y tercer año en los que se cursarían materias idénticas a las que hay ahora en los ciclos formativos, más otro tronco de asignaturas humanísticas como Lengua y Ciencias Sociales, donde se incluiría Filosofía e Historia”. De esta manera, al terminar el Bachillerato Profesional, los estudiantes podrían acceder directamente a la FP de Grado Superior.
  • Sobre si sería suficiente la reforma de 4º de la ESO realizada por el PSOE antes de perder las elecciones, De Vicente cree que fue “un quiero y no puedo” y que “la propuesta realmente seria y acorde con lo que ocurre en el resto de los países europeos” es la la ampliación del Bachillerato a tres años.
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