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El modelo de la zona única madrileña se exporta a otras comunidades

El modelo de zona única de la Comunidad de Madrid ha cambiado las reglas del juego al ampliar las zonas y limitar criterios como la renta, antes decisivos, dando mayor protagonismo a la elección de las familias. Otras comunidades como Castilla y León, La Rioja, Valencia o Aragón comienzan a dar pasos similares.

Laura del PozoViernes, 30 de marzo de 2012
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Madrid concede hasta ocho puntos por tener hermanos en el centro.

María y Ramón buscan colegio para su hija Rocío. Ellos quieren que la niña acuda a un centro público, bilingüe, con comedor y actividades extraescolares, pero ninguno de los que hay en su zona les terminan de convencer. Sin embargo, donde viven los abuelos paternos existe un colegio que se ajusta a sus parámetros y que, además, era al que Ramón asistía cuando era pequeño. El problema… no está cerca de su casa, con lo cual no cuentan con puntos suficientes para que les den plaza y tendrán que estudiar otras opciones o recurrir a la picaresca cambiando el lugar de empadronamiento o la renta familiar.

Aunque el caso no es real, la situación sí que lo es. Durante los meses de marzo y abril, miles de familias de toda España deben enfrentarse al proceso de escolarización, sometiendo su elección a los criterios de los baremos de cada comunidad, donde suele darse prioridad a la cercanía o a la renta. Un hecho que da lugar a la insatisfacción de los padres y a la aparición de ciertas trampas. Ante esta situación, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, anunciaba la intención de su Ejecutivo de implantar la llamada zona única educativa, cuyo primer paso se dio el pasado 14  de marzo, con la aprobación de la orden que modificaba los criterios de admisión de alumnos.

El nuevo sistema elimina las zonas de escolarización en 164 municipios (91,6% del total) y reduce el número de las mismas a 15 grandes localidades:  Madrid, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, Parla, Alcalá de Henares, Algete, San Sebastián de los Reyes, Rivas-Vaciamadrid, Torrejón de Ardoz, Boadilla del Monte, Collado-Villalba y Galapagar. Asimismo, se resta peso a criterios como la cercanía al domicilio o el lugar de trabajo de los padres, la enfermedad celíaca o la renta, y ganan importancia factores como contar con hermanos en el centro (ocho puntos) o que alguno de los padres sea antiguo alumno. El objetivo, “garantizar la libertad de elección de las familias y evitar la picaresca”, afirmaba la consejera Lucía Figar.

El ejemplo ha cundido en otras regiones como Castilla y León, Aragón, La Rioja o Valencia, que estudia “con cautela” el modelo madrileño, como explicaba en una entrevista con MAGISTERIO la consellera de Educación valenciana, María José Catalá: “La idea madrileña de distrito único la estamos estudiando porque nos gusta, pero con cuidado. De todas formas, con nuestros criterios de baremación, en la Comunitat Valenciana hay mucha flexibilidad, por lo que la libertad de elección ya la tenemos garantizada”.

Según advierte Catalá, podrían producirse problemas derivados de la implantación de esta área única, en especial,  aquellos relacionados con el transporte, “que deberá ser asumido por las familias” si deciden matricular a sus hijo “en centros que estén a más de tres kilómetros del domicilio familiar”.

Similares a Madrid
En Castilla y León, el consejero Juan José Mateos ha emprendido una profunda restructuración del mapa educativo –que se tendrá en cuenta en el actual proceso de escolarización– en la que se han reducido al máximo las zonas de influencia con la idea de que los alumnos “lo sean de un centro por el criterio de sus padres y no por lo que diga la Administración regional”. Siguiendo el ejemplo de Madrid, Castilla y León ha creado un distrito único en Soria, Burgos, Aranda de Duero, Miranda de Ebro, Toro y Benavente, y en el resto de la comunidad ha reducido los distritos. “Lo ideal es tender a que, en cada ciudad, haya un distrito único para que la capacidad de elección sea total”, afirmaba el director de Política Educativa, Fernando Sánchez Pascuala.

La medida castellano leonesa, que afecta a cerca de 33.000 alumnos, ya ha recibido las primeras críticas por parte de la Plataforma por la Escuela Pública, Laica y Gratuita de Castilla y León, su portavoz, Pedro Escolar, aseguraba que, con estas medidas, se pretende beneficiar a la escuela concertada, favoreciendo “la selección del alumnado”. Además, consideraba que “los centros con menos demanda se van a encontrar con más dificultades al tener que competir con un mayor número de centros”.

Cabe señalar que, en este sentido, la zona única madrileña recibió opiniones similares por parte de los partidos de la oposición y las asociaciones de la escuela pública. El presidente de la Federación de APA Giner de los Ríos, José Luis Pazos, mostraba su inquietud ante posibles consecuencias de la aplicación de esta medida: el incremento del tráfico en determinadas zonas urbanas y la despoblación de colegios por la falta de interés de las familias, “aunque, seguramente, estos casos se den más en determinados privados y concertados”. A este respecto, la consejera madrileña aseguraba que “los colegios menos demandados tendrán que ponerse las pilas y trabajar”, mientras que los más solicitados servirán para indicar a la Administración los gustos de las familias.

También el Gobierno riojano ha anunciado que Logroño contará con una zona única para la matriculación de nuevos alumnos de segundo ciclo de Infantil y Educación Primaria. Este cambio, que busca “mejorar la libertad de elección de centro” –según defendió el Ejecutivo–, implica que los colegios de la capital se agruparán con los de las localidades de Villamediana y Ladero, creando un único distrito. Mientras, en Aragón, la consejera de Educación, Dolores Serrat, anunció a comienzos de año la modificación de los criterios de cercanía al domicilio y al puesto de trabajo,que se  equiparán en número de puntos. El resto del baremo se ha mantenido igual.

En la Comunidad de Madrid, desde le pasado 21 de marzo, fecha en la que comenzó el proceso de matriculación en Infantil (0-3), se aplica elnuevo modelo.

Según estos nuevos criterios, todas las familias que soliciten un colegio o instituto que esté en la zona de influencia de su domicilio o lugar de trabajo recibirán cuatro puntos y dos si optan por cualquier otro centro de la región. Además se elimina la adscripción única a los IES; se limita el criterio de renta mínima a aquellas familias que reciban la Renta Mínima de Inserción (RMI) y se elimina el punto concedido por celiaquía. Pero quizá una de novedades que mejor valoración ha tenido por parte de la comunidad educativa ha sido el incremento de los puntos por hermanos en el centro, así como la inclusión de 1,5 puntos en el caso de ser hijo de un antiguo alumno.

En este caso, Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de Cofapa, ponía el acento en “el fomento de la unidad familiar”, y Escuelas Católicas de Madrid señalaba que, con estos criterios, “se refuerza notablemente la capacidad de las familias para ejercer su derecho a la libertad de Educación”.

Desde la Pública, el sindicato ANPE aseguraba “compartir el objetivo de favorecer la libre elección de centro, ajustando los criterios de escolarización”, y la FAPA Giner de los Ríos valora “positivamente” la eliminación del punto por celiaquía y la ampliación por hermanos en el centro.

Los baremos madrileño y valenciano

-Libertad de elección
En una entrevista concedida a MAGISTERIO, la consellera de Educación valenciana, María José Catalá, afirmaba que, aunque la idea de zona única madrileña les “gusta”, los baremos aplicados en su comunidad son lo suficientemente flexibles como para garantizar la libertad de elección.

nnHermanos en el centro
Uno de los criterios más valorados por la comunidad educativa es la existencia de hermanos en el centro. Así, mientras con el nuevo baremo madrileño se conceden ocho puntos por el primero de los hijos y tres por los restantes, en Valencia se dan cinco por el primero de ellos y tres con los sucesivos.
-Proximidad al domicilio familiar o centro de trabajo
Con la ampliación de las zonas de escolarización, la Comunidad de Madrid concede cuatro puntos si la familia solicita un centro situado dentro de la llamada zona de influencia y dos para las limítrofes. En Valencia son cinco puntos para los colegios o institutos situados en el área de influencia; dos para los limítrofes y cero en el caso de que el alumno sea de otra localidad.
-Renta familiar
Mientras que en Madrid sólo reciben puntos (dos) aquellas familias que perciban la Renta Mínima de Inserción (RMI), en la Comunitat Valenciana  se conceden 0,5 puntos a las rentas iguales o inferiores al salario mínimo interprofesional y cero al resto.
-Criterios relacionados con  la familia
El baremo madrileño no ha incluido cambios en los criterios referidos a discapacidad (1,5 puntos) o familia numerosa (2,5), aunque han incorporado una novedad: 1,5 puntos si alguno de los padres es antiguo alumno del centro.

En Valencia se dan hasta tres puntos por discapacidad y tres por familia numerosa, que llegan a cinco en el caso de familia numerosa especial.

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