fbpx

“La PAU condiciona el 2º de Bachillerato acortando tanto su duración como los contenidos”

López Rupérez propone sustituir la Selectividad por una prueba general del Bachillerato con la que las universidades puedan obtener suficiente información para realizar sus baremos de acceso.

Adrián ArcosLunes, 26 de marzo de 2012
0

Inicia su nueva etapa como presidente del Consejo Escolar del Estado (CEE) después de cuatro años en el Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid. Francisco López-Rupérez se ha propuesto como objetivo reforzar el informe anual que elabora este organismo de forma que contenga aportaciones mejor fundadas y que puedan ser consideradas en mayor medida. También nos da su valoración sobre la reforma educativa.

Su paso por el Consejo Escolar de Madrid ha dejado una serie de informes de referencia para la comunidad educativa. ¿Va a continuar ahora esta dinámica?
Será en el informe anual sobre el estado y la situación del sistema educativo donde el cambio sea más evidente. Vamos a darle una orientación que se aproxime a las características de los informes internacionales, es decir, que estén basados en indicadores, con un planteamiento sistémico, con un enfoque evolutivo, de manera que se vea cómo cambian los indicadores con el tiempo. Si las propuestas de mejora de ese informe las podemos apoyar sólidamente en evidencias, la probabilidad de que tengan un impacto en las administraciones también crecerá.

En un organismo con representación de todas las vertientes ideológicas, ¿no resulta difícil llegar a un acuerdo? A veces, desde determinados sectores, se ha tachado al CEE de estar politizado.
El CEE es un órgano constitutivamente plural y democrático, es decir que las propuestas, ideas y planteamientos de los distintos sectores se tienen que someter al libre juego de los apoyos. Y es ahí donde el Consejo tiene sus posibilidades de expresión. ¿Eso significa que las discrepancias de las posiciones minoritarias queden anuladas? No, en modo alguno. Se pueden expresar esas discrepancias a través de los votos particulares. Por tanto, la Administración valora una cosa y la otra.

Con respecto a los cambios en el sistema educativo, usted siempre ha defendido las evaluaciones censales frente a las muestrales.
Las evaluaciones diagnósticas no proporcionan información comparable porque cada comunidad desarrolla esas evaluaciones de conformidad con sus criterios, el uso que hacen del resultado de las pruebas es distinto y, por tanto, las pruebas no pueden ser homologadas en otras comunidades. Es decir, hay una diversidad de aproximaciones que no nos permite disponer de una información útil para tomar decisiones en orden a orientar las políticas en el ámbito del Estado. Tampoco nos proporcionan una información mejor que las que nos proporciona PISA. Bastaría con que todas las comunidades participaran en PISA con muestra ampliada para que fueran perfectamente superfluas.

¿Qué opinión tiene sobre la Selectividad? ¿Habría que cambiarla por una prueba final de Bachillerato?
Yo sería partidario de recuperar el enfoque que a ese asunto daba la LOCE, porque esa es la pauta de nuestros socios europeos más destacados. Es la pauta de los franceses con el Bac, que es la prueba que cierra el Bachillerato, de los alemanes con el Abitur y de los italianos con la Maturità. Con la prueba general de Bachillerato, hay suficiente información empírica como para que las universidades puedan hacer sus baremos. Lo que tenemos ahora es un sistema en el que la PAU está condicionando el desarrollo del 2º de Bachillerato, no sólo acortando su duración prácticamente un trimestre, sino también recortando los contenidos.

¿Y qué contenidos debería haber en ese primer curso de Bachillerato o de FP?
El curso de iniciación sería uno para el Bachillerato y otro de naturaleza específica para la FP de Grado Medio, de manera que hablamos de dos cursos de iniciación distintos. En el caso del Bachillerato no sólo tiene que centrarse en las instrumentales, sino que tiene que haber elementos formativos sustantivos. Lo que pasa es que tiene que estar concebido sobre la base de esos elementos comunes que después van a diferenciarse en función de las modalidades del Bachillerato; o elementos comunes con una orientación pedagógica de carácter aplicado en el caso de la FP.

Un alumno que haya terminado el primer curso de iniciación del Bachillerato y decida volver a la FP, ¿tiene que empezar de nuevo?
Aún no podría llegar hasta tal grado de detalle, pero lo que sí está claro es que tendremos que reforzar la orientación profesional. En nuestro sistema, la orientación se ha entendido casi exclusivamente en su componente educativo (gestión de la diversidad, diversificación curricular) con el objetivo de conseguir que la mayor parte de los alumnos titulen. Ese objetivo no se ha conseguido y, además, hemos descuidado la orientación estrictamente profesional, que es la que hace que se minimicen esos errores de enfoque y de elección. Pero eso no significa que si un alumno elige la vía de la FP tenga que renunciar al acceso a los estudios superiores. Detrás de esta concepción existe la idea de apostar por diferentes vías de éxito y por distintas formas de excelencia. Uno de los problemas de nuestro sistema educativo, y de su ordenación, es que hemos apostado por una única vía de la excelencia, que es la vía académica, a diferencia de lo que ocurre en otros países.

Cuando se habla de implantar la FP dual parece que se va a extrapolar el sistema alemán, pero aquellas em-presas no pueden compararse con las pymes españolas.
El sistema dual alemán es un buen sistema, pero requiere de empresas que sean suficientemente grandes y que estén dispuestas a invertir en la formación de los jóvenes. Ahora, por encima del punto de vista conceptual existe la idea de modelos integrados de FP escuela-empresa, de los cuales la expresión de mayor nivel de integración quizá sea el modelo dual, pero hay otras alternativas. Por ejemplo, el hecho de que durante un curso completo, o parte de él, los alumnos puedan conciliar el trabajo con la formación situándose en un entorno real de aprendizaje en la empresa. No debemos olvidar que cuando las tecnologías cambian muy rápidamente, las empresas se convierten en el lugar más adecuado para formarse, ya que la obsolescencia de las tecnologías es tan rápida que a las administraciones no les da tiempo a hacer una renovación completa de toda la maquinaria, porque son inversiones millonarias. Además, tenemos evidencia empírica de que los sistemas educativos con ese modelo de integración escuela-empresa tienen menores tasas de paro juvenil que aquellos, como el nuestro, en el que la FP es básicamente escolar.

El ministro habla de seleccionar a los mejores docentes. Usted que escribió en MAGISTERIO el artículo sobre el MIR, ¿cómo cree que debe ser ese sistema de acceso?
Si mal no recuerdo, el primer decreto de especialidades médicas que pone en marcha el MIR sanitario se publica en el 76. A lo largo de todo ese tiempo el sistema ha ido evolucionando hasta que se consolida y se perfecciona, y ahora tenemos probablemente el sistema de selección-formación de nuestros especialistas médicos más potente y de más calidad de la UE. Tenemos un buen ejemplo, otra cosa distinta es que luego se tenga que adaptar a las características de la Educación.

0