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“No se puede mantener la calidad educativa por debajo del 4,5% del PIB”

En su nuevo libro Marina aborda el talento como “la inteligencia triunfante a la hora de resolver problemas”. Considera que se debe inculcar al niño la capacidad de soportar el esfuerzo y apuesta por un nuevo modelo con más autonomía.

Ruth LodeiroLunes, 30 de abril de 2012
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Cercano,directo y sin pelos en la lengua. El polifacético escritor José Antonio Marina vuelve a sorprendernos con la publicación de su último libro La Educación del Talento. En su visita a Galicia con motivo de una charla organizada por la Fundación Barrié en Vigo, el filósofo toledano analiza para MAGISTERIO el actual sistema educativo en España y advierte de que, si no lo mejoramos, nuestro país será considerado de tercera división regional. Por ello, hace un llamamiento a la comunidad educativa para coger el toro por los cuernos.

El talento vuelve a cobrar protagonismo en una sociedad donde cada vez es más difícil de encontrarlo. ¿Cómo lo definiría usted ?
Lo entiendo como la inteligencia triunfante, no como una capacidad misteriosa, sino lo que resulta cuando una inteligencia se pone a resolver problemas, a gestionar bien las emociones para conseguir objetivos, como la inteligencia resuelta, que resuelve y avanza con perseverancia. El talento está al final de todo el proceso educativo y la Educación es la gran generadora del mismo.

En su libro, usted habla de la universalización del talento y de su condición en las personas…
Exactamente. El talento es que cada uno de los niños alcance el máximo desarrollo de sus posibilidades, teniendo en cuenta que, en niños sanos, estas posibilidades de la inteligencia son siempre colosales.

¿Por qué es tan difícil educar a los hijos hoy en día?
Vivimos en una sociedad complicada. Antaño era más fácil esta tarea porque la sociedad era autoritaria y facilitaba la Educación, pero no la libertad. También la misma sociedad adiestraba en modos de comportamiento y eran sociedades con pocas posibilidades para los jóvenes. Actualmente nuestra sociedad es mejor porque permite la coexistencia de distintos modos de pensar y no es autoritaria.

¿Cuándo se debe empezar a educar a un niño?
Queramos o no se educa desde el nacimiento. Ya en el último trimestre del embarazo el niño tiene influencias y está siendo educado. La tarea de los padres en el primer año es enseñar al niño que el mundo es un lugar acogedor y previsible. El aprendizaje debe estar basado en rutinas estables que puedan predecir su futuro inmediato. En poco tiempo asistiremos a muchos cambios en nuestras capacidades educativas con los descubrimientos de la neurociencia, que nos dicen que las posibilidades de la Educación son enormes.

¿Cuáles son los límites para exigir a un niño?
Hay que estar pendiente de él. No todos nacen con el mismo temperamento. Se debe aceptar al niño, pues hay veces que no se corresponden con las expectativas de los padres antes de tenerlo y comprender su temperamento. El niño necesita un período de acomodación para mitigar los aspectos desagradables y fomentar los agradables. Hay que priorizar el conocimiento, la evaluación y el esfuerzo.

¿Es posible inculcar el esfuerzo en una sociedad que fomenta el triunfo rápido y la gratificación inmediata?
Es difícil, pero intentarlo es una obligación de la escuela. Hay que tomarlo como objetivo educativo. Inculcar la capacidad de soportar el esfuerzo y la frustración debe hacerse desde edades tempranas. Hay que cuidar ese aspecto de la Educación, el saber aplazar la recompensa es fundamental para todo el proceso educativo más que el resultado de los tests de inteligencia.

¿Cómo se debe preparar a los jóvenes del futuro?
No podemos darles una Educación concreta porque no sabemos los problemas que va a haber. Lo que estamos haciendo es identificar unas competencias básicas polivalentes que permitirán a los jóvenes resolver problemas y soportar las dificultades. Estamos encerrados en una mala psicología de la Educación, basada en el constructivismo de Piaget. En los últimos años ha habido una elaboración más compleja de cómo funciona el cerebro de los niños y debemos aplicarla en el aula.

Un futuro un tanto incierto. Pues es inevitable hablar de los recortes en Educación…
Los estudios reflejan que la calidad de un sistema no está directamente ligada a la inversión económica. Pero también que por debajo de un determinado nivel no podemos tener un buen sistema educativo. No se puede mantener la calidad educativa por debajo del 4,5% del PIB. De confirmarse que bajará al 4,3 %, se traspasará la línea roja. Y eso será mortal para el país.

Dice usted que el fracaso escolar en Galicia puede solucionarse en menos de seis años…
Según los estudios, un sistema educativo se puede reconvertir entre tres y seis años. Con una buena hoja de ruta y decisión política el fracaso en Galicia podría acabar en cinco años. El Pacto de Estado sobre la Educación debería de ir con este objetivo, pero algunos gobiernos tienen miedo a comprometerse. El umbral de fracaso escolar soportable es del 10% y estamos por encima. Si no mejoramos el sistema al nivel de nuestros competidores nos descolgamos. Lo que pasará es que España será considerado de tercera división regional. Nuestro sistema está estancado en la mediocridad, hay que recuperar una especie de optimismo educativo. El fracaso lo podemos eliminar si se aumenta el presupuesto y gestionando bien la Educación, con mejores equipos directivos, adaptar la función docente al mundo real, con centros más autónomos y, por supuesto, con la colaboración del docente y la familia.

¿Qué papel cumplen los profesores en esta época de crisis económica?
Somos una profesión de élite. No hemos tenido buenos gestores, pero necesitamos que los centros funcionen bien; o lo arreglamos nosotros o no lo va a hacer nadie.

¿Existe una falta de autoridad familiar y docente?
Todas las instituciones han perdido autoridad por razones bastante explicables, es decir, hemos pasamos de un época autoritaria a una sociedad permisiva. Ahora necesitamos recuperar la autoridad de las instituciones. Cada profesor debe ganarse su propia autoridad para ser reconocida como un merecimiento de excelencia. Los alumnos detectan el entusiasmo del profesor y terminan acatando su autoridad. La sociedad debe conceder autoridad a la escuela y los profesores debemos ganarnos el respeto de los alumnos.

No puedo terminar la entrevista sin hacer mención a la intención del Ministerio de otorgar las becas universitarias más en función de las notas y menos de la renta…
Hay que ser más exigentes. Lo que ocurre es que en la universidad hay demasiada gente con pocas ganas de estudiar. Yo suprimiría la cantidad de convocatorias para una asignatura. No existe razón alguna por la que un alumno tenga seis más una de gracia. La dinámica es que me presento aunque no sepa nada por si cuela, y eso es un gasto inútil y además baja el sentimiento del trabajo. Hay que tener en cuenta que un universitario cuesta entre 6.000 y 12.000 euros al año.

Qué le parece la propuesta de la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de limitar la gratuidad de la Educación a determinadas etapas?
Yo estoy de acuerdo en que la Educación Secundaria tiene y debe ser de carácter gratuito. Pero a partir de la etapa del Bachillerato considero de extrema necesidad incluir y tener bastante en cuenta los méritos académicos.

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