Los peques identifican y saborean las plantas que comemos cada día
Esta ofrece numerosas ocasiones de realizar investigaciones sorprendentes para los pequeños: las plantas, las flores, los frutos… y tantas cosas que los niños descubren, miran y admiran. Las observaciones son vitales en estas edades y, si además están bien realizadas, hacen descubrir y experimentar la belleza de la naturaleza con todos los sentidos.
La llegada de la primavera es un momento privilegiado para que los niños descubran la belleza de las plantas y las flores, además de la utilidad y la alegría de vivir en consonancia con su vitalidad y deseo de crecer. Son muchas las actividades de clase que realizamos año tras año en Educación Infantil: observación de los árboles en el patio, cuidado de las plantas, colocación de algunas semillas y las salidas: ocasiones estas para poner a los niños en contacto directo con las plantas y flores, con la tierra, con el agua, con los animales, con la vida… desarrollando casi todos los sentidos.
Este año hemos planteado una tarea nueva: vamos a comer plantas, desarrollando especialmente el sentido del gusto. Son muchos los objetivos que nos planteamos para el de-sarrollo de una unidad de trabajo, si bien en relación a esta propuesta concreta nos vamos a centrar en:
- Tomar conciencia de la necesidad de las plantas y las flores para la vida de las personas.
- Descubrir partes de plantas que se comen: raíces, semillas, tallo, hojas, flores, frutos.
- Desarrollar el sentido del gusto a través de las plantas.
- Disfrutar con la degustación de plantas.
Para la consecución de estos objetivos planteamos una metodología vivencial con ayuda de las familias. Así, a la vez que vamos estudiando las partes de las plantas, proponemos a los alumnos diseñar el menú para los almuerzos en el aula durante dos semanas. Cada alumno ha ido completando los alimentos que quería degustar e hicimos mucho énfasis en que, a ser posible, eligiesen aquello que no habían probado nunca. Con la inestimable ayuda de las familias, los pequeños han saboreado alimentos tan atípicos para almorzar como:
- Frutos: manzana, tomate, ciruela, fresas, pepinos, peras, membrillo.
- Raíces: zanahorias, rábanos.
- Semillas: pipas, maíz, lino.
- Hojas: lechuga, espinacas, acelgas, col.
- Tallos: apio, puerro, hinojo.
- Frutos secos: almendras, nueces, castañas, cacahuete.
- Frutos carnosos: tomate, manzana, pera, patata.
- Flores: coliflor, alcachofas, brócoli, romanescu.
Después de la experiencia, nuestros alumnos quedaron encantados. Emilio nos contaba que había aprendido a comer pipas de calabaza. “Me las comía con corteza”, relataba. A Carmelo, sin embargo, le encantó el brócoli, “quiero traer todos los días”. Para Eva el descubrimiento fue el pepino, “¡qué bueno está!”. Rubén, por su parte, se decantó por las patatas que, según él, “están buenísimas”.
Obviamente, no todos los alimentos tuvieron el mismo éxito. Para Miguel la lechuga resultó “amarga”. Una cualidad que comparte el apio, que para Jesús, además de amargo, es “agrio”. Curiosamente, María opina que el hinojo también es agrio, lo que no le ha impedido disfrutarlo, “me gusta”.
Antonia Cascales, Manuela Navarro, María Luz Cerezo, Gemma Rodríguez Cayuelas
CEIP “Virgen de los Desamparados” de Orihuela (Alicante)
