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Balance de siete años de aplicación de los programas PROA

En Primaria, el 50,9% de los alumnos promocionaron con todas aprobadas, el 25,3% en Acompañamiento de Secundaria y el 44,8% en Apoyo y Refuerzo en Secundaria.
Diego FranceschViernes, 7 de diciembre de 2012
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El Plan PROA se concibió desde su inicio en 2005 como un proyecto de cooperación entre el Ministerio y las comunidades autónomas para abordar las necesidades educativas asociadas al entorno sociocultural del alumnado, mediante un conjunto de programas de apoyo a los centros. Sus objetivos estratégicos eran lograr el acceso a una Educación de calidad para todos, enriquecer el entorno educativo e implicar a la comunidad local. Para ello ofrecía recursos humanos y económicos para reducir la desigualdad y garantizar la atención a los colectivos más vulnerables.

Una vez terminada su aplicación, puede ser el momento de analizar su resultado. La Lomce prevé unos nuevos programas, denominados “de Mejora de la Calidad”, que serán “de concurrencia competitiva, donde los centros tendrán que presentar unos proyectos concretos y justificar por qué van a contribuir a esa mejora de la calidad”, asegura la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio. Además, y a diferencia de los programas de cooperación territorial, estos nuevos proyectos de centros “tendrán una evaluación continua para saber si están teniendo los resultados que se esperan”, añade Gomendio.

Por otro lado, el Ministerio también va a evaluar ahora al alumno, “así que se dispondrán de más datos para saber si el estudiante necesita apoyo y refuerzo”, dice la secretaria de Estado. Para eso se ha dispuesto la prueba de 6º de Primaria que no tiene efectos académicos, pero a partir de la cual “los profesores y la familia pueden decidir si lo mejor para ese alumno es repetir o que tenga medidas de apoyo y refuerzo en 1º de la ESO”. Si esas medidas no son suficientes para que el alumno se ponga al mismo ritmo de la clase, entonces están los Programas de Mejora del Aprendizaje, que el Ministerio quiere adelantar a 2º y 3º de Secundaria, “con el fin de que estos alumnos tengan una vía de atención mucho más individualizada que les permita recuperar el retraso”, señala Montserrat Gomendio. Y en 3º de ESO se realiza una evaluación de diagnóstico, “donde a los padres se les da un consejo o una orientación sobre cuál es la vía más apropiada para sus hijos: académica, hacia Bachillerato, o aplicada, hacia la FP”, añade la secretaria de Estado.

Evaluación del PROA
El Ministerio de Educación, al igual que en cursos anteriores, puso en marcha un proceso de evaluación de los diferentes programas del Plan PROA de-sarrollados durante el curso 2009-10, último del que se dispone de datos, para lo que contó con la colaboración de las consejerías autonómicas.

La evaluación recoge los resultados académicos de los alumnos en cada uno de los tres programas: acompañamiento escolar en Primaria; acompañamiento escolar en Secundaria y apoyo y refuerzo en Secundaria. En resumen, en Primaria promocionaron de curso con todas las materias aprobadas la mitad de los alumnos. El 12,7% promocionó con valoración negativa en un área y el 10% en dos materias.

En el Programa de Acompañamiento escolar en Secundaria, el 25,3 % de los alumnos promociona de curso con todas las materias aprobadas. El 13,7 % promociona con valoración negativa en una materia y el 11,9 % en dos. Además, el 12,8 % abandonó el programa antes de su finalización.

Por lo que respecta al programa de Apoyo y Refuerzo en Secundaria, el 44,8% promociona con todas las materias aprobadas. El 11,9 % promociona con valoración negativa en una asignatura y el 9,4% en dos.

Estos datos vuelven a poner sobre la mesa el debate sobre la promoción, que de nuevo se reedita ahora con la negociación de la reforma educativa. Entre las aportaciones de la comunidad educativa al anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa se vuelve a insistir en que la promoción “no debe ser automática, que el alumno debe tomar conciencia de que no va a pasar al siguiente curso hasta que no se esfuerce”. Dicen las aportaciones que “si un niño necesita repetir un curso, que pueda hacerlo”. Pero también se ha hablado de los cursos por nivel en lugar de por edad, lo que suprimiría las repeticiones, puesto que el alumnos siempre estudiaría en función de su nivel, no de su edad.

Por otro lado, buena parte de las aportaciones a la Lomce se refieren a la importancia de la detección de los problemas educativos en edades tempranas. “O se construyen cimientos fuertes en Primaria e incluso en Infantil, o todo lo que se intente en edades superiores tenderá al fracaso”, indica el documento de resumen de aportaciones a la Lomce. Además, se habla de fomentar la orientación personal, académica y vocacional desde las primeras etapas educativas.

Para el curso 2010-11 el Plan PROA ha tenido dos ámbitos de actuación: por un lado a centros públicos que cuenten con un alumnado ajustado al perfil de los programas; y, por otro, a alumnos de 3º y 4º de Primaria, por ser en este ciclo cuando se inician los mayores desfases y adelantar así la detección e intervención más temprana en los problemas de aprendizaje del alumnado.

Opinan los participantes
La participació́n en el PROA es muy satisfactoria para la práctica totalidad de los consultados en el curso 2009-10. Más del 95% que consideran que el centro debe seguir participando en próximas ediciones. En cuanto al alumnado participante, también muestra un elevado interés en seguir vinculado. En Primaria, el 65,5% del alumnado en centros de primera implantación, el 64,1% en centros de segundo curso y el 72,3% en centros de tres cursos en el programa manifiestan su interés por continuar participando. En Secundaria estos porcentajes van del 80,4% de los alumnos en centros de primer y segundo curso y el 85% en centros de tres cursos.

Con respecto al Programa de Apoyo y Refuerzo, el 97,1% del alumnado y el 95,5% de las familias consultadas, manifiesta su interés en seguir dentro del programa. El interés por continuar en el programa también se detecta en el 85,7% de los coordinadores y el 97,2% de los jefes de Departamento. Esta expectativa de continuidad se basa en una percepción de mejora global de la situación del centro, señalada por el 98% de los equipos directivos.

Anualmente, en la Conferencia Sectorial de Educación se acuerdan los criterios de distribución a las comunidades autónomas del presupuesto destinado a la financiación del Plan PROA. Durante los ejercicios presupuestarios de los años 2010 y 2011, el Ministerio ha aportado a la cofinanciación del Plan 49.650.000 y 59.700.000 euros respectivamente, mediante convenios de colaboración con cada una de las comunidades autónomas.

En ellos se establece que la Administración educativa de la comunidad autónoma seleccionará los centros de acuerdo con los criterios recogidos en el plan y asignará los recursos para su desarrollo, unos fondos que a partir de los recortes no sabemos si existirán.

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