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El 75% de los profesores cree que no recibiría ningún reconocimiento por mejorar

Diego FranceschMartes, 5 de febrero de 2013
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Según el Informe TALIS de la OCDE, los profesores que son evaluados llevan a cabo cambios positivos en su actividad docente. Pero casi la mitad de los docentes cree que las evaluaciones y la información que reciben sobre sus resultados es un mero requisito administrativo y un 75% piensa que no recibiría ningún reconocimiento por mejorar su práctica docente ni por ser más innovador. Aunque los profesores valoran positivamente la evaluación de su trabajo, muchos afirman que no se les evalúa de forma periódica. Concretamente, uno de cada cinco declara que el director de su centro nunca les ha evaluado ni informado sobre el resultado de las evaluaciones.

Se supone que realizar una minuciosa evaluación del trabajo docente y comunicar sus resultados –y que se les reconozca por ello– es una “poderosa herramienta para desarrollar y promover una enseñanza eficaz”, según la OCDE. Sin embargo, el estudio internacional TALIS muestra que tres cuartas partes del pofesorado cree que no recibiría ningún reconocimiento por mejorar la calidad de su labor docente ni por ser más innovadores.

Para Kristen Weatherby, que ha analizado dicho estudio de la OCDE, “las prácticas eficaces de evaluación y comunicación de los resultados a los docentes pueden llevar al reconocimiento de los profesores y a la promoción de unas prácticas innovadoras en la enseñanza, pero lamentablemente parece ser que no todos los profesores cuentan con esta experiencia”.

Pero muchos se preguntan qué es exactamente evaluar al profesorado. Pues bien, la OCDE considera que se ha evaluado al profesorado cuando “su trabajo se examina de modo formal” y los resultados se comparten y se analizan con los interesados. La comunicación de los resultados implica la existencia de la evaluación, pero no todas las evaluaciones van seguidas de esa información. En TALIS las dos se combinan para describir un proceso integral de evaluación. El informe concluye que “en España habría que estimular una evaluación rigurosa, eficaz y justa”.

Aunque la frecuencia de las evaluaciones y la comunicación de sus resultados a los profesores varía enormemente dentro de un mismo país y de un país a otro, en todos ellos hay algunos docentes que afirman no haber sido evaluados nunca. En primer lugar figura Italia, con más del 50% de los profesores no evaluados, seguida de España, con el 45%. Como media de los países encuestados en TALIS, más del 13% de todos los profesores declara que jamás se le evalúa y otros muchos revelan que raras veces son objeto de evaluaciones y reciben información sobre ello (una vez al año o menos).

Además, como ya ha quedado claro, que los profesores sean evaluados no signifca realmente que reciban información sobre su actividad docente. En algunos países, como Corea o Turquía, los profesores señalan que el nivel de información proporcionado a los profesores tras una evaluación es bajo.

Contenido de la evaluación
Tanto el tipo como el contenido de la evaluación y la información recibida son importantes. Los profesores evaluados que además reciben información sobre los resultados valoran positivamente estas prácticas. Su deseo es que les ayuden a mejorar en su actividad docentes. La inmensa mayoría de los profesores (83%) está de acuerdo en que la evaluación e información recibida son justas (83%) y útiles para el de-sarrollo de su trabajo (79%). Asimismo, los buenos resultados deben ser reconocidos, aunque este reconocimiento no tiene por qué ser necesariamente económico. Según Kristen Weatherby, analista de la OCDE, “el reconocimiento público por parte del director o los compañeros, los cambios en las responsabilidades laborales o la promoción profesional son otros tipos de reconocimiento que los profesores valoran”. De todos ellos, el reconocimiento público de su trabajo está más estrechamente relacionado con la autoeficacia de los docentes, especialmente en Austria, Bélgica (comunidad flamenca), Corea, España, Estonia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Malta y Noruega.

Lo que más se valora
A la hora de concretar la evaluación docente, la OCDE determina una serie de áreas de actividad que sirven para indicar al profesor que es lo que más y lo que menos se valora de su trabajo. Por ejemplo, las prácticas innovadoras deben ser una prioridad para los centros, por lo que deben ocupar un lugar destacado entre los criterios utilizados para evaluar a los profesores. Pero la OCDE reconoce que “lamentablemente, esto no suele ser así”.

Por lo general, los docentes afirman que la relación con los alumnos, los conocimientos pedagógicos y la gestión de aula son áreas a las que se da gran importancia en las evaluaciones y en la comunicación de los resultados. Las áreas sobre las que se pone el énfasis varían de un país a otro. Por ejemplo, en Brasil, Malasia y Polonia, las prácticas innovadoras son de gran importancia, mientras que en Dinamarca y Noruega su relevancia es mucho menor.

Impacto en el aula
La OCDE dice que “las prácticas eficaces de evaluación y comunicación de los resultados a los docentes tienen un impacto real sobre lo que sucede en el aula”. Muchos de los profesores que afirman haber sido evaluados y recibir información sobre el resultado, señalan que su labor docente se ha modificado, especialmente en lo relativo al énfasis puesto sobre la mejora de los resultados de los alumnos en los exámenes, la disciplina y la gestión del aula.

Además, TALIS pone de manifiesto que las prácticas innovadoras son las que tienen mayores niveles de eficacia. En resumen se puede decir que los sistemas eficaces de evaluación e información pueden repercutir sobre lo que sucede en el aula, pero al mismo tiempo muchos profesores creen que su trabajo no recibe el reconocimiento ni las críticas que debiera. Por ello, una buena forma de mejorar la eficacia de los profesores y el aprendizaje de los alumnos es valorar la labor innovadora de los docentes y reconocer públicamente su trabajo.

Incentivos a la excelencia
Por otro lado, un documento de los consejos escolares señala sobre la evaluación que “el actual sistema de acceso y de-sarrollo de la función docente no ofrece estímulos reales a la hora de incentivar y valorar la excelencia del profesorado en el desempeño de sus funciones”. Y añade que “el modelo actual está basado en la antigüedad como regla prácticamente única de promoción salarial, de mejora de destino y de puesto de trabajo en la enseñanza pública –en definitiva, de carrera profesional– lo que no contribuye a incentivar el crecimiento personal en el de-sarrollo de la actividad docente del profesor”.

Según este documento de los consejos escolares, “la ausencia de un proceso de valoración externa de las distintas tareas que un docente realiza, así como de su actualización científica y profesional, ha sido considerada por los propios docentes como un factor de frustración”. Los consejos escolares concluyen que “los profesores quieren ser evaluados y apoyados en su labor educativa y que dicha valoración se traduzca en mejoras en la calidad de su desempeño, en la eficacia y eficiencia de su trabajo y en sus condiciones profesionales, que contribuyan al reconocimiento social y profesional de su labor”.

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