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Europa promueve sistemas de formación y de Educación cada vez más permeables

Los países europeos están intensificando sus esfuerzos para aumentar la flexibilidad de sus sistemas de Educación y formación. Sin embargo, las disparidades entre ellos pueden incrementar los obstáculos en lugar de derribarlos.
Diego FranceschMartes, 19 de febrero de 2013
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Los geólogos explican que existen muchos tipos de rocas permeables, como la tiza, las piedras calizas y las areniscas. Si bien estas rocas son diferentes, todas ellas dejan pasar líquidos o gases a través de sus poros, en cualquier dirección, horizontal o verticalmente, según decida la madre naturaleza.

La permeabilidad también es un rasgo característico de los sistemas de Educación y formación, es decir, la capacidad para permitir el movimiento de los estudiantes entre diferentes tipos de Educación (académica y profesional, por ejemplo) y entre diferentes niveles educativos.

El Comunicado de Brujas de 2010 y la Estrategia Europa 2020 hacen hincapié en que la permeabilidad constituye “un requisito previo para la creación de sistemas europeos de Educación y formación modernos que fomenten el aprendizaje permanente”, es decir, el aprendizaje que tiene lugar a lo largo de la vida, no solo en los centros educativos, sino también en el lugar de trabajo y durante el tiempo de ocio. No obstante, “la mayor parte de los sistemas de Educación y formación en Europa son permeables sólo hasta cierto punto”, dice la Unión Europea.

Decisión predeterminada
Los sistemas de Educación y formación se dividen en subsistemas independientes y bien diferenciados que se interrelacionan según una rigurosa jerarquía de niveles. Esta relación jerárquica funciona a la perfección si los estudiantes siguen la trayectoria que ha sido predeterminada para el ámbito y el subsistema de su elección. Sin embargo, la segmentación de la Educación y la formación levanta obstáculos institucionales que pueden restringir las opciones y decisiones de los estudiantes de continuar hacia niveles de aprendizaje superiores o de decantarse por diferentes ámbitos de estudio de un mismo nivel. Con demasiada frecuencia, los estudiantes deben especializarse a una edad prematura, lo que dificulta, por ejemplo, que los alumnos de Formación Profesional opten por estudios académicos o los combinen posteriormente.

Acceso a la etapa superior
En muchos países, mejorar la permeabilidad de los sistemas de Educación y formación consiste principalmente en facilitar el acceso de los graduados de FP a la enseñanza superior. Los Estados miembros de la Unión Europea cuentan con diferentes políticas que regulan el acceso a la enseñanza superior. No obstante, entre 2006 y 2010, el porcentaje de estudiantes matriculados en Educación Secundaria superior, en la que se incluye la FP inicial, que permite el acceso directo a la enseñanza superior aumentó hasta superar el 80 % del total de estudiantes matriculados (véase el gráfico de la otra página). Esta evolución es bastante desigual, puesto que el indicador aumentó en 12 países y descendió en cinco.

Los países adoptan diferentes estrategias para afianzar los vínculos entre la Educación secundaria y la terciaria. Por ejemplo, los programas Lehre mit matura en Austria y Yrkesveien en Noruega permiten a los estudiantes de itinerarios profesionales acceder directamente a los estudios correspondientes de nivel terciario.

Permitir y alentar el acceso formal a los sistemas de Educación y formación, a cualquier nivel, reviste una importancia crucial; pero solo constituye un primer paso. Una verdadera permeabilidad debe facilitar la transferencia y capitalización de todos los tipos de aprendizaje anterior de los estudiantes (formal, no formal e informal), con independencia de cómo y dónde haya tenido lugar dicho aprendizaje: en centros educativos, en el lugar de trabajo o durante el tiempo de ocio.

Por lo tanto, la decisión de permitir que alguien tenga acceso a determinadas modalidades de Educación y formación; sea admitido en un curso o programa específico; esté exento de realizar parte de dicho curso o programa; le sea reconocido el aprendizaje anterior por medio de una determinada cualificación; o tenga el derecho de ejercer una profesión; no debería adoptarse solamente en función del aprendizaje formal, sino que debería reconocer también todos los tipos de aprendizaje anterior. Esta visión más amplia de lo que constituye el “aprendizaje pertinente” supone una gran diferencia para los estudiantes, ya que otorga valor a los resultados del aprendizaje adquiridos a lo largo del tiempo y en diferentes contextos.

Las prácticas nacionales hacen hincapié en el reconocimiento de las cualificaciones formales con fines de acceso o admisión. La posibilidad de eximir a los estudiantes de realizar determinados cursos o programas en función del aprendizaje anterior (para evitar la duplicación) no resulta tan habitual ni está tan ampliamente aceptado. Por ejemplo, las universidades ofrecen acceso, por lo general, a sus programas de estudio, pero solo permiten a un reducido número de personas validar el aprendizaje anterior y quedar exentas de realizar parte de dichos programas.

No obstante, las experiencias en el ámbito de la validación en países como Finlandia, Francia, Noruega, los Países Bajos y Portugal ponen de manifiesto la viabilidad de iniciativas en esta dirección.

Validación de créditos
En las dos últimas décadas se han puesto en marcha continuas iniciativas nacionales y europeas destinadas a respaldar la validación, el reconocimiento y la transferencia de créditos (ver cuadro de la página siguiente). Estos instrumentos, vinculados cada vez más con los nuevos marcos de cualificaciones, pueden considerarse como los cimientos de una estrategia concebida para fomentar la permeabilidad de la Educación y la formación.

Las iniciativas europeas deben ejecutarse a escala nacional. Los esfuerzos centrados en la creación y adopción de los Marcos Nacionales de Cualificaciones parecen confirmar el firme compromiso de los países por mejorar la flexibilidad y permeabilidad de sus sistemas de Educación y formación.

Diferentes cualifiaciones
Cerca de 30 países europeos han concebido o están de­sarrollando MNC completos que abarcan todos los tipos y niveles de cualificaciones. La creación de MNC completos facilita la comparación de los diferentes tipos y niveles de cualificaciones. En muchos países, los MNC han puesto de manifiesto los obstáculos que existen entre las cualificaciones generales, las profesionales y las académicas.

En consecuencia, los países han buscado alternativas para acomodar los diferentes tipos de cualificaciones. Por ejemplo, en Alemania, Irlanda y Lituania, los MNC combinan todos los tipos de cualificaciones a todos los niveles, incluidos los superiores. En cambio, el MNC de Austria divide los niveles superiores en dos vías paralelas: una abarca las cualificaciones que conceden los centros de enseñanza superior, y a otra las cualificaciones profesionales o vocacionales otorgadas por otros centros.

Algunos países, como Finlandia, los Países Bajos, Suecia y Noruega, han ido un poco más lejos al utilizar sus MNC para mostrar los vínculos entre la Educación y formación inicial y la continua. Los MNC serán, probablemente, un instrumento clave para la identificación de todos los tipos de oportunidades de aprendizaje que existen tanto a un nivel concreto como a diversos niveles.

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