La meta no es una cinta que rompes con el pecho
¿Por qué corremos? Correr no pasa de moda, pero cierto es que en los últimos tiempos parece que esta práctica deportiva ha vivido un repunte.
Las nuevas tecnologías han tenido su parte de culpa. Gracias a distintas aplicaciones, ahora los corredores acostumbrados a hacer deporte en solitario pueden compartir dificultades y kilometraje de su recorrido en las redes sociales. Algo que sirve para motivar y aumentar el ego de los deportistas.
Así como crece el interés por el footing, jogging, cross y demás modalidades, también aumenta su relación con el terreno solidario. Corriendo se puede ayudar a los demás y muchas organizaciones e instituciones lo saben, así que organizan iniciativas solidarias de muy diversas índoles. El compromiso con la investigación de todo tipo de enfermedades está presente en muchas propuestas. Las personas más desfavorecidas de nuestro entorno y de países del Tercer Mundo son también destinatarios habituales de los fondos que se recaudan con estas propuestas deportivas, aunque en este caso poco nos importa cuál sea el fin de la carrera. Lo fundamental es que cada vez más estos eventos deportivos se están haciendo un hueco en los centros educativos de toda España. Una buena manera de aunar práctica deportiva con compromiso social y sensibilización.
Kilómetros de solidaridad
Kilómetros de Solidaridad, una iniciativa para educar y ayudar es una propuesta de la organización Save the Children. Kilómetros de Solidaridad nació en 2004 dirigida a centros educativos. Su finalidad es doble: sensibilizar y despertar un “espíritu crítico, participativo y solidario hacia las injusticias que afectan a millones de niños y niñas en todo el mundo”, reza su página web. Y, “recaudar fondos para ayudar a la infancia más vulnerable en los países más desfavorecidos y asegurar que se respeten sus derechos”, continúa. Todos los centros españoles están invitados a participar en Kilómetros Solidarios. El primer paso es inscribirse en la web (www.savethechildren.es/carrera). Después de esto, el centro organiza una carrera u otra actividad deportiva con sus propios recursos. Cada uno de los participantes tiene que buscar patrocinadores entre sus familiares y amigos que, como tales, se comprometen a abonar una cantidad de dinero por cada kilómetro que recorra el alumno. El dinero recaudado se envía a Save the Children, que lo destina a “ayudar a paliar las necesidades de los niños y niñas en los países más vulnerables de África y otros lugares del mundo”, dicen desde la organización.
Pero no todo es correr, Save the Children envía material didáctico al centro para que los profesores preparen la carrera en su espectro social: cuentos, unidades didácticas, etc. Cientos de miles de alumnos participan cada año en esta iniciativa, que este curso cuenta ya con 286.312 inscritos. Algunos de los centros que ya han celebrado este curso su carrera solidaria han sido el CP “Fco. Montero Espinosa” de Almendralejo (Badajoz), el CEIP “Bernabé Figueroa Umpiérrez” de Corralejo (Fuerteventura) o el CP “Andrés Torrejón” de Móstoles (Madrid).
Carrera contra el Hambre
La Carrera contra el Hambre de la organización Acción Contra el Hambre es un “proyecto pedagógico, solidario y deportivo”, según define la propia organización. La actividad está destinada a chavales de entre 8 y 18 años, a los que “sensibiliza acerca del problema de la desnutrición en el mundo y les brinda la oportunidad de poder luchar contra el hambre”, afirma la organización.
Los centros interesados se pueden inscribir en www.carreracontraelhambre.org. Durante los meses de marzo y abril un miembro de la organización acude al centro escolar para dar una charla a los alumnos sobre el hambre en el mundo. Tras la charla, los chavales pueden buscar sus patrocinadores, pues la carrera funciona de forma similar a Kilómetros Solidarios, pero, en este caso, todas las carreras tendrán lugar el próximo 17 de mayo.
Acción Contra el Hambre puede presumir también de corredores. En concreto, 270.000 alumnos solidarios corrieron el año pasado y recaudaron más de tres millones de euros para República Centroafricana y Sahel. Toda una experiencia para los estudiantes de diferentes edades. Cada uno lo vive a su manera, en función de su edad, pero todos cargados de ilusión. Por ejemplo, en Primaria, “mis alumnos estaban muy contentos de poder, a pesar de su edad, ser útiles. Se sentían orgullosos de ayudar”, explica la profesora Sandrine Dalmon.
