Un colegio pide dinero a sus profesores para gastos de mantenimiento
El director y gerente del centro, Jorge Marí, ha explicado a EFE que la Conselleria de Educación adeuda un total de 58.000 euros al centro y que más de una veintena de profesores, de forma voluntaria, ya han secundado la propuesta, de forma que se han recaudado más de 30.000 euros. Marí ha insistido en que la petición no se ha realizado de forma pública, sino "a nivel interno", y sólo porque "la situación económica es muy complicada". La cantidad aportada por los profesores les será devuelta en cuanto el centro cobre la deuda de la Conselleria, ha explicado.
"El año pasado se pidió dinero a los padres, pero la situación económica de las familias es muy complicada. Con el dinero recaudado podremos cubrir parte de lo que debemos, sin que los profesores, que son la base de nuestra institución, hayan dejado de cobrar una sola nómina", ha añadido Marí. "Hasta ahora siempre hemos sufrido un retraso en los pagos de la Generalitat de unos tres meses, pero en las últimas fechas ha subido a seis meses. Por eso hemos tomado esta medida. No pretendemos crear ninguna alarma, el colegio no va a cerrar", ha afirmado el director del centro, quien reconoce sentirse preocupado por la trascendencia de la noticia, publicada por el diario Levante. Asimismo, ha afirmado haber recibido críticas porque actualmente se están acometiendo unas obras en la parroquia del colegio. "La parroquia es la que ha estado haciendo frente a los problemas del colegio durante mucho tiempo y nunca ha pedido nada", ha añadido.
Desde la Conselleria de Educación, consultada por EFE sobre este asunto, se ha reconocido la deuda, ha informado de que recientemente se ha abonado al centro una mensualidad y ha expresado su compromiso de liquidar la deuda en cuanto haya disponibilidad de crédito.
Por otra parte, el Gremi de Llibrers de València ha exigido a la Generalitat que salde la deuda de 8 millones de euros que mantiene con ellos desde hace dos años por la subvención de los libros de texto escolares, los llamados bono-libros. Según ha denunciado el presidente de esta asociación, David Cases, durante la presentación de la 48 edición de la Fira del Llibre de València, la propuesta hecha por el Consell para "reutilizar" los libros que aún no se han pagado es "inaceptable".
Cases asegura que solo han cobrado una tercera parte del importe que adelantaron para subvencionar los libros escolares a través de este sistema y, a pesar de las insistencias del gremio, el Gobierno valenciano "no da plazos" para saldar la deuda, algo que hará "cuando quiera o cuando pueda", lamenta.
El Consell también ha reducido en un 20 por ciento la ayudas concedidas a la Fira del Llibre, que este año albergará setenta casetas con 46 librerías y espera recibir a 400.000 personas. Según las cuentas oficiales, esta debería ser la 44 edición del certamen, si bien, la investigación de un lector ha permitido descubrir que es cuatro años más vieja que lo que se creía. La Fira, que representa un pequeño porcentaje de las ventas anuales de las librerías, se sigue viendo como una "fiesta" para autores, editores y lectores en torno a presentaciones, firmas de libros y lecturas, entre otras actividades.
Entre el 25 de abril y el 5 de mayo, la feria acogerá la visita de autores como Manuel Vicent, Javier Serra, Lorenzo Silva, Mara Torres o Ángeles Caso; exposiciones como "Oficis extraordinaris" (una irónica visión de los trabajos de personajes actuales) o coloquios y mesas redondas en torno a diferentes temas, como la lectura, uno de los asuntos que más preocupa a libreros y editores. Según ha recordado el presidente de la Associació d'Editors del País Valencià, Jesús Figuerola, la Comunitat Valenciana se encuentra tres puntos por debajo de la media nacional en el índice de lectura, y España está situada "a la cola de Europa".
Figuerola defiende la lectura como mejor vía para luchar contra el fracaso escolar, y por ello ha reclamado un plan nacional para el fomento de esta actividad que además proteja a las librerías e incentive la compra. También ha instado a los lectores a comprar libros en las librerías, donde sus propietarios conocen y cuidan las obras, y no en los centros comerciales, que venden textos "entre miles de artilugios". A pesar de las dificultades que atraviesa el sector por cuestiones como la piratería en los libros electrónicos, los libreros continúan siendo un gremio "pleno de vida" que trata de reinventar su oficio, ha asegurado Cases.