fbpx

Vocabulario específico y juegos, claves del aprendizaje bilingüe

A través de palabras en un panel y estructuras comunicativas en otro, se consigue que los alumnos relacionen conceptos complejos en una clase impartida en inglés.
Adrián ArcosMartes, 11 de junio de 2013
0

(Foto: Shutterstock)

El CEIP “San Sebastián” es un centro con 800 alumnos en la sierra de Madrid que está formado por cuatro edificios cada uno en una localidad distinta de la sierra, lo que genera una gran dificultad organizativa. Hace nueve años que decidieron implantar el bilingüismo por iniciativa de los propios docentes, que vieron que, a pesar de que sus alumnos cursaban seis años de inglés, al final no sabían hablarlo. Justo coincidió con que el programa de bilingüismo que puso en marcha la Comunidad de Madrid, al que pudieron acceder, aunque los profesores pensaron en que el modelo aquí tenía que ser un tanto particular, precisamente por las características específicas del centro.

Para ello se fijaron en la metodología CLIL3.0, ideada por la editorial Pearson y que consiste en una serie de herramientas que hacen que los docentes puedan impartir sus clases en inglés de la forma más sencilla posible. La formación de los docentes no consiste en que aprendan inglés, sino en que aprendan a utilizar el idioma en asignaturas como Natural Science, Social Science y Arts & Crafts, y disfruten impartiendo sus clases. Esas herramientas son las que utilizan en el CEIP “San Sebastián” y fueron presentadas el miércoles pasado durante la jornada CLIL3.0, un evento de e-learning 100%, celebrada en Madrid.

Magdalena Custodio es una profesora del centro y, además, es autora del curso CLIL sobre Managing, teaching & learning in bilingual schools. Ella imparte Natural Science (Conocimiento del Medio), una asignatura especialmente complicada en inglés sobre todo por la utilización de lenguaje y términos científicos. Ella pone como ejemplo una clase sobre el sonido en Primaria, “un tema que es abstracto y hay que enseñarlo a una edad temprana, así que no es nada fácil”, explica. Para ello escribe en un panel una serie de palabras relacionadas con el contenido que se enseña, en este caso sobre el sonido. Y por otro lado expone una serie de estructuras comunicativas que van a servir para compararlas con las palabras del otro panel. “Lo uno y lo otro son esenciales en una clase”, asegura.

La parte del contenido académico requiere un apoyo en ese lenguaje técnico específico, que en teoría se llama Cognitive Academic Language Proficiency. Según la profesora, “si no se trabaja explícitamente este tipo de lenguaje, resultará muy difícil que el niño lo vaya adquiriendo, por tanto es fundamental que cuente con ese apoyo simple y visual”.

Y por otro lado están las actividades en clase para desa-rrollar las funciones comunicativas, de tal manera que en cualquier momento se puede recurrir a ellas sin el estrés que supone no tener adquirida esa estructura del lenguaje. Estas actividades se llaman en teoría Basic Interpersonal Communication Skills y se encargan de cubrir perfectamente el apoyo lingüístico anterior. “Ambas herramientas son fundamentales en la lengua, porque si el niño no tiene apoyo en el contenido técnico específico ni tampoco en el comunicativo, al final no va a poder hablar y se termina frustrando tanto él como el maestro”, explica Magdalena Custodio, para quien “es una solución sencilla que toma poco tiempo, pero que sistematizada resulta muy efectiva”.

La clave: las actividades
Para Marta Cervera, que también es docente en el CEIP “San Sebastián” y formadora de profesores en Pearson, “es muy simple, ya que los alumnos pueden aprender a comunicarse en inglés pero les cuesta utilizar el lenguaje específico de la asignatura, por lo tanto necesitamos actividades alrededor del tema que les ayuden a comprender y a trabajar ese contenido”. Por eso ella considera tan importantes los juegos y las actividades: “Muchas veces nos centramos sólo en el contenido y no lo envolvemos con una actividad, no lo ponemos en el contexto, por lo que a los niños les va a costar mucho más asimilarlo”.

En CLIL es fundamental, en primer lugar, contextualizar al máximo lo que se va a enseñar, utilizando gráficos o paneles de forma visual. En segundo lugar hay que personalizar y conseguir que el aprendizaje nazca del propio interés del niño,de algún aspecto del tema que tenga conexión directa con él. Un ejemplo de este punto, como explica la profesora Magdalena Custodio, es “utilizar algún recurso que al niño le haga gracia y que vaya a recordar, como puede ser su voz, grabándola con la explicación que él mismo haga del tema”. A continuación otro aspecto importante es el apoyo, de forma que cuando el docente enseña CLIL es fundamental que se apoye no sólo en el ámbito lingüístico sino emocional, “animando al niño, haciéndolo sonreír, dando por buena su explicación aunque tenga errores, ya que el niño está intentando hablar, apoyándolo para que esté contento”, señala la profesora. Y por último, otro truco es la tecnología que también ayuda mucho. En este caso, la profesora cuelga todas las clases y actividades que hacen los niños en un blog para que las vean los padres.
“Si queremos que el alumno produzca lenguaje, tenemos que darle oportunidades para que lo produzca, tenemos que favorecer situaciones comunicativas, incluso haciendo que los niños enseñen las clases a otros compañeros o a sus padres”, subraya la profesora Marta Cervera. La idea es dar a ese niño una necesidad de utilizar la lengua, explicando el tema a otras personas para que así se sienta importante y competente, lo que al final proporciona al alumno un refuerzo positivo y una motivación. “Si no le doy motivos y sólo contenidos, no tiene sentido”, manifiesta Cervera.

EL SECRETO DEL ÉXITO

  • Las actividades

Como explica la profesora Marta Cervera, “nosotros queremos que los niños hablen sobre conceptos científicos, pero no disponen del vocabulario técnico ni de las estructuras gramaticales necesarias para expresarse. Por eso es tan importante idear una serie de actividades que permitan a los niños interactuar sobre ese tema. Con una sencilla preparación de cuatro palabras en un panel y una serie de estructuras comunicativas en otro, conseguimos que ellos relacionen los conceptos y terminen explicando sin problemas los contenidos del temario”.

  • Cambio de horarios

El director del CEIP “San Sebastián”, Carlos Miranda, asegura que otra de las claves del éxito ha sido el cambio de horarios: “Establecimos una jornada de seis sesiones de 45 minutos, con la que obtuvimos cinco sesiones más a la semana, y conseguimos un planteamiento más dinámico y comunicativo con los alumnos”.

  • Tutoría

Como explica el director, “es fundamental que el tutor se dirija siempre en inglés a los alumnos, incluso en situaciones fuera del horario lectivo, para que el niño siempre se exprese con él en esa lengua”.

0