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“La formación docente sigue teniendo importantes lagunas en los contenidos”

Salmerón lamenta las importantes lagunas en la actual formación del profesorado, que “está lastrada por los planes de estudio de las facultades de Educación, donde se prima excesivamente la pedagogía y la psicopedagogía”.

Adrián ArcosMartes, 17 de septiembre de 2013
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(Foto: Jorge Zorrilla)

Decano del Colegio Profesional de la Educación de Madrid desde hace dos años, Roberto Salmerón ha sido también catedrático de Bachillerato y profesor asociado de la Universidad Complutense de Madrid durante más de 20 años. Desde que es decano, está organizando una serie de proyectos como la Universidad de Mayores, colaboraciones con centros para que alumnos extranjeros aprendan español, y lo más novedoso, la Escuela de Prácticas Docentes, que va a poner en marcha a partir de octubre y que pretende suplir las carencias actuales de la formación docente.

¿Considera adecuado el actual modelo del formación docente?
Después del CAP y con el Máster actual, la formación del profesorado sigue teniendo lagunas importantes en los contenidos. El Máster está lastrado por un gravísimo problema que tienen también las facultades de Educación y que se ha demostrado en las últimas oposiciones de Magisterio en Madrid, donde el 84% de los titulados universitarios no ha superado una prueba de cultural general que cualquiera puede comprobar que es muy sencilla de contestar. Eso demuestra que en las facultades de Educación se prima en exceso la pedagogía y la psicopedagogía en detrimento de los contenidos y la didáctica.

¿Es lo que pretende corregir la Escuela de Prácticas Docentes?
Existe una carencia de conocimientos que habrá que corregir, ya que la Comunidad va a seguir poniendo esa prueba general. Por tanto nuestros cursos de preparación están encaminados a superar esas pruebas. Pero también vamos a intentar mejorar el prácticum intentando conectar a los alumnos que acaban el Máster con profesores de Secundaria que eligiremos con un perfil especial. Queremos unir a los alumnos más prometedores con los mejores profesionales que encontremos para que la práctica docente y el trabajo del aula sea lo más eficaz posible.

¿Sería algo parecido a un MIR?
El MIR sanitario ha funcionado bastante bien porque los docentes de las prácticas son los mismos docentes universitarios. En la Educación esto plantea un problema organizativo, pero se trata de que sea muy estrecha la comunicación y la articulación del trabajo entre el profesor tutor de los centros y el profesor universitario. Lo que pretendemos es que los profesores de los centros de Primaria y Secundaria sean tutores, que enseñen de verdad, y que eso se prolongue como mínimo un curso. Esto exige además un dinero, que nosotros planteamos desde la perspectiva de que el alumno lo abone.

¿Qué duración y contenidos va a tener el curso?
Vamos a intentar que dure un curso completo, de forma que por las tardes se impartan aquí los conocimientos teóricos [en la sede del Colegio Profesional de la Educación] y por las mañanas las prácticas en los centros. En cuanto a las materias, vamos a tener Lengua, Matemáticas y una mezcla de Sociales y Naturales, sobre todo porque son los parámetros con los que mide PISA.

¿Piensa que es más importate el conocimiento teórico que la pedagogía?
Ambas cosas son absolutamente necesarias. Yo no puedo explicar correctamente a un alumno cómo se produce la alternancia de las estaciones climatológicas si no lo conozco bien, y luego tendré que saber un buen método didáctico para que un alumno de una determinada edad lo entienda. Pero si primero no conozco el tema con exactitud, después no sabré explicarlo.

¿Cree que en las oposiciones habría que darle más valor a la nota que a la experiencia?
Hay que buscar un equilibrio, ya que hasta ahora estaba descompensado a favor de la experiencia, y en muchos casos los profesores, por el simple hecho de tener antigüedad, ya se convertían en interinos fijos y lo único que hacían de vez en cuando era cambiar de centro. Esto cerraba mucho el acceso de los nuevos opositores, que aun sacando buenas notas en los ejercicios de la prueba, se quedaban fuera del sistema. Así que nos parece bien inclinar la balanza en la dirección contraria. Pero tampoco hay que desequilibrarla del todo, ya que sabemos que los sistemas de oposiciones en sí mismos no son suficientes para garantizar que una persona es un buen profesor. En todo caso, pueden servir como un instrumento para elegir a los mejores desde el punto de vista académico y, que en el proceso de unas prácticas bien realizadas o de un MIR educativo de uno o dos años, se puedan convertir en buenos profesores. Por lo tanto, el acento lo pondría en esas prácticas posteriores. No como ha pasado en este país con las prácticas del CAP o del Máster, en las que aprobaba todo el mundo.

¿Cree que el funcionariado dificulta este tipo de fórmulas?
Los funcionarios tienen más ventajas con respecto a los profesores de los centros privados: ganan más, tienen más seguro su puesto de trabajo y tienen más libertad ideológica a la hora de enseñar. En un centro privado el docente está más sujeto al régimen de la empresa privada y a su ideario. Además, el director de un centro privado sí que ejerce como director de ese centro, porque tiene en su mano la capacidad de gestión y decisión sobre la selección de sus profesores, de forma que puede premiar a los buenos y castigar a los malos. En cambio, en un centro público, el director es un mero administrador o gestor, porque nunca va a poder premiar al buen docente, penalizar al malo para que mejore, ni mucho menos va poder prescindir de un profesor.

¿Está a favor de profesionalizar la dirección?
Hay que moverse en esa dirección. Esto choca contra hábitos de trabajo y derechos ya están consolidados, pero no es más que entrar en competencia con el mundo normal de la empresa.

Pero así se introducen mecanismos de gestión de la escuela privada en la pública.
Pero son mecanismos de gestión cuya eficacia está más que demostrada. Y tampoco es que se le permita al director despedir al profesorado. Muchas veces en la escuela pública el director denuncia a un docente, se abre expediente y lo único que se hace con el funcionario es cambiarlo de centro. Es decir, se traslada la cuestión de un sitio a otro, pero no se acaba con el problema. Nosotros mismos, como docentes, tenemos que reconocer que algunos compañeros de la Pública son claramente incompetentes.

Reflexiones acerca de la Lomce
-Necesidad de la Lomce
“Es necesaria una reforma, aunque sólo sea porque en la sociedad en la que estamos las cosas evolucionan mucho más deprisa que antes, y los planes de estudio no pueden aguantar tanto tiempo. Pero es que está claro que desde 1984 hasta la actualidad, que son casi 30 años, han regido una serie de leyes con unos principios que ha organizado el PSOE que nos han llevado a una situación con unas cifras a nivel internacional que nos sitúan en muy mala posición, desde cualquier punto de vista, y hay que mejorarlo”.
-Comprensividad
“La idea general que iluminaba todo el sistema, que es la comprensividad, es un error serio que hay que rectificar y adaptarnos a lo que necesita cada tipo de alumno. Porque ahora tenemos más medios que hace 10 años y, por tanto, no es impensable que con las nuevas tecnologías podamos crear planes de mejora personales. Llegar a una educación personalizada no es una quimera, en un horizonte se habrá conseguido, pero hay que cambiar mentalidades. Y, en ese sentido, estoy de acuerdo con la diversificación en 4º de ESO”.
-Evaluaciones externas
“Suponen más información sobre el tipo de trabajo que realizamos y los resultados. Su ausencia es un grave defecto de nuestro sistema educativo que, por miedo, no hemos sido capaces de introducir en los últimos 30 años”.
-Itinerarios
“Hay que entender la segregación en sentido positivo. Entenderla como separación de listos y tontos, pobres y ricos es una simplificación terrible. ¿Por qué van a hacer todos los alumnos Bachillerato y carreras si luego el paro universitario es tremendo?”.

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