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“Deberían evaluarse los resultados de cada norma y modificar solo los fallos”

La portavoz de IU se muestra partidaria de evaluar, pero no para hacer rankings de centros, sino para detectar los fallos que las normas educativas producen en los sistemas con el fin de modificar esos aspectos sin tener que cambiar de ley.

Adrián ArcosMartes, 19 de noviembre de 2013
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(Foto: Jorge Zorrilla)

Caridad García ha sido diputada por Izquierda Unida (IU) en la Asamblea de Madrid durante cuatro legislaturas, donde desarrolló la portavocía en materia de asuntos sociales y sanidad. Ahora es la portavoz de Educación del Grupo Parlamentario de La Izquierda Plural en el Congreso. Se muestra contraria a todas las propuestas recogidas en la Lomce y denuncia al Ministerio por entender que ha llevado a nuestro país al caos educativo.

¿Qué va a hacer IU si entra en vigor la Lomce?
Nosotros vamos a mantener nuestro espíritu de lucha contra la Lomce, entre o no en vigor. Nuestro deseo es que no entre en vigor y, de hecho, tenemos serias dudas de que se pueda hacer. Pero no solo nosotros, sino que también las propias comunidades del PP dudan de ello, sobre todo por motivos económicos. Es una norma que no tiene subvención y las autonomías no están en condiciones de asumir la inversión que tendrían que realizar si la pusieran en marcha. En cualquier caso, ellos tienen mayoría absoluta pero nosotros vamos a seguir denunciando la Lomce, al ministro y al resto del Ministerio porque están llevando a todo el país al caos educativo.

¿Qué aspectos negativos tiene la Lomce?
La mayoría de los aspectos son negativos. Llama poderosamente la atención que en la segregación por sexos –lo que se denomina de forma más eufemística Educación diferenciada– se admitan en el Senado enmiendas que contradicen sentencias del Tribunal Supremo. A nosotros no nos gusta, pero si las familias deciden llevar a sus hijos a la Educación diferenciada que lo hagan de forma privada. Estamos también en contra de la segregación temprana, y no porque ideológicamente ya lo estemos de por sí, sino porque hay suficiente material científico para estar en contra en cuanto al desarrollo futuro del alumnado. Y estamos en contra de los rankings de centros que se van a establecer a través de las evaluaciones externas. No compite lo mismo un centro de Vallecas que uno del Barrio de Salamanca en Madrid. ¿Cómo lo quieren disfrazar luego? Haciendo un área única educativa como ha hecho Madrid, que no es nada más que la trampa para primar el sector privado por encima del público. Nosotros confiamos en el sector público porque consideramos que da más calidad, es más equitativo y reúne condiciones mejores hacia el alumnado sin diferenciación de clases sociales. En ese mismo sentido, creemos en el trabajador público, ya que, aunque se le intente descalificar, tiene que pasar por unos filtros, algo que no sabemos si se hace en otros centros.

¿Qué hacemos entonces con esos alumnos de 12-13 años que no quieren seguir en la misma clase y que están interesados en otras vías?
Yo tengo nietos en un amplio abanico de edades, y aunque no se pueda extrapolar, no vislumbro en ellos esas inquietudes que aparentemente figuran en la norma.Quizá a los 14 ya empiezan a saber si quieren ir a un lado o a otro, pero con 12 y 13 no tienen mucha idea de hacia donde quieren encaminar sus pasos. En cualquier caso, sí que hay una serie de medidas –que son las que se están quitando de los presupuestos– como la Educación compensatoria, es decir, el apoyo a aquellos alumnos que tienen una serie de dificultades para que puedan superarlas y continuar con sus estudios durante toda la etapa obligatoria. Y luego el alumno ya decidirá dónde quiere ir, de una forma adecuada a sus propias necesidades y ofreciéndole vías que mejoren su formación de cara al futuro. Porque un alumno puede pasar por un bache en un momento de su etapa formativa y, sin embargo, superarlo posteriormente. Por tanto, no puede haber ninguna puerta cerrada a esos alumnos. Hay que conocer esos problemas y encauzar, trabajar y ayudar precisamente a la superación de los mismos. No podemos decir que unos alumnos van a ser mañana los dirigentes del país y los otros son los que van a trabajar para esos dirigentes. Los alumnos pueden pasar por momentos de dificultad y lo que tenemos que hacer desde las administraciones públicas es ayudar a superarlos.

¿Está de acuerdo con las nuevas propuestas sobre FP?
La FP Básica fue una de las ocurrencias del Ministerio. No nos gusta porque, insisto, rompe con el desarrollo formativo del alumnado que puede pasar por determinadas dificultades. Sí creemos que debe haber una FP, y tiene que ayudarse al alumnado a saber por dónde quiere salir y qué quiere hacer con su vida posterior, pero tiene que ser después de un periodo de edad, no tan temprano. Hemos preguntado cómo se iba a poner en práctica, cómo se va a ayudar a los alumnos, cómo se va a trabajar, qué recursos va a tener… Puede leerse en los diarios de sesiones: ni una sola respuesta. Y ahora vemos los presupuestos, en los que fondos que iban destinados a la FP desaparecen o se recortan estrepitosamente. Las dudas siguen surgiendo. Yo puedo ver en la ley que en FP Básica se van a impartir determinadas materias, pero no sé cómo se va a encaminar (no quiero decir la palabra dirigir, pero casi me sale) a esos alumnos de cara a seguir formándose hacia el futuro. Por ejemplo en Madrid nos hemos encontrado con que 20.000 alumnos no tenían plaza en FP. ¿Cómo se encaja lo uno y lo otro? ¿O lo que vamos a hacer es ofrecer mano de obra barata a los empresarios? Nuestros jóvenes tienen que ser el futuro de nuestro país desde una FP o desde estudios superiores, no mano de obra barata para nadie.

¿Cómo se podría entonces mejorar la Educación?
Nosotros hemos creído siempre que toda norma educativa ha de ir adaptándose al correr de los tiempos. No puede ser estática. Es verdad que debe tener unas bases, pero luego tiene que ser lo suficientemente flexible para que conforme vayamos obteniendo resultados, podamos ir introduciendo modificaciones que permitan mejorar el propio sistema público. Si contamos con el conjunto de la comunidad educativa para establecer una base normativa lo suficientemente sólida, seguro que cada gobierno no tendrá que ir modificándola en función de sus intereses más cercanos a postulados ideológicos que a los de la Educación y el futuro de los jóvenes.

¿Y qué medidas deberían ponerse en marcha para mejorar los resultados?
Nosotros creemos mucho en la planificación. Aquí las administraciones públicas sí que deberían hacer una evaluación continua de todos los resultados que se obtengan en la norma que en ese momento esté establecida, e ir modificando aquellos aspectos donde aparezcan fallos. Por ejemplo, si detectamos fallos en compensatoria, por ejemplo, pues tendremos que ver los mecanismos para solucionar que haya alumnos que se quedan atrás y que ese aburrimiento que implica no superar etapas les lleve al abandono. Y habrá que trabajar con las comunidades autónomas de forma conjunta para conseguir que la formación final de nuestro alumnado sea lo más equilibrada en el conjunto del Estado.

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