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“¿Alguien se cree que los jóvenes van a estudiar más por una prueba final?”

El diputado de CiU advierte de que las evaluaciones finales imponen una pedagogía del castigo que no funciona con los alumnos que hay que incentivar y recuperar, y apuesta por el apoyo a través de una detección precoz de las dificultades.

Adrián ArcosMartes, 26 de noviembre de 2013
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(Foto: Jorge Zorrilla)

Como antiguo profesor de la EGB y formado en dirección de centros educativos, el diputado de Convergència i Unió (CiU) se muestra convencido de que la Lomce no va a mejorar la calidad de nuestro sistema, ya que afecta a aspectos que no son los básicos. Martí Barberà considera válida la LOE, ya que ha dado resultados positivos en varias comunidades, aunque en otras no lo haya conseguido por una serie de variables.

¿Qué dificultades tienen las comunidades para aplicar la Lomce?
Estamos hablando de aplicar una reforma educativa que no mejora nada el sistema cuando tampoco tenemos recursos suficientes para poder aplicarla. Cuantos más alumnos se queden en el sistema, más recursos necesitaremos. La mayoría de comunidades van muy justas y necesitadas para becas de comedor, libros, matrículas, material escolar… El objetivo en este momento es la equidad que se había conseguido hasta ahora, y ahí están las autonomías dando el callo. Pero las mismas autonomías, en el marco de la LOE, están mejorando la Educación y trabajando para conseguir reducir el abandono temprano, aumentar la oferta de FP o expandir la lengua extranjera. Eso está pasando con los recursos actuales y sin que el PP haya hecho ninguna ley ni la haya aplicado.

¿Hubiera sido mejor continuar con la LOE y hacer pequeñas modificaciones?
La LOE fue una ley socialista a la cual no nos opusimos, sino que nos abstuvimos, porque conseguimos mejorarla en algunos aspectos y el PSOE en su momento lo permitió. Y esa ley ha permitido a las administraciones educativas conseguir diferentes niveles. En Cataluña hay que tener en cuenta la inmigración y cómo se está incorporando a la escuela, y no está dejando que el nivel medio del resultado sea alto, pero no está hundiendo el sistema. Cada comunidad tiene sus variables. Pero el Ministerio no ha querido ver esas variables, sino hacer su propia ley. Y no es que estemos en contra del ministro, que personalmente es inteligente, formado, capaz y todo lo que quiera, pero lo que no puede hacer es imponer una ley que no mejora la calidad educativa.

¿Por qué la Lomce no mejora la calidad educativa?
Porque afecta a aspectos que no son los básicos. Por ejemplo, que el currículum de Geografía lo establezca el Estado en un 55% y el resto la comunidad autónoma, o incremente ese porcentaje, ¿eso en qué mejora la calidad? Dicen que los centros tendrán autonomía para ofertar asignaturas específicas. Eso no es verdad, porque cuando tú estableces las horas de Lengua, Historia, Geografía, Matemáticas y Ciencias, lo que te queda es mínimo. Por tanto, la formación integral de los alumnos sale perjudicada con esta ley. Si te imponen un examen al final de la Secundaria, en cuanto los centros dediquen más tiempo a superar ese examen, la que va a salir perjudicada es la Educación integral, ya que la Música, la Filosofía, la Tecnología o las Artes Plásticas van a sufrir al no ser examinadas en esa prueba final.

¿Esa prueba no es una forma de pedir más exigencia?
¿Alguien se cree que los jóvenes van a estudiar más o menos por una prueba final? Los que estudian continuarán estudiando, pero a aquellos que tenemos que recuperar e incentivar, no les va a funcionar esta pedagogía del castigo, al menos hasta una cierta edad. Nuestro problema no son los alumnos preparados, con un entorno sociocultural adecuado, que en clase casi avanzan solos, sino aquellos a los que les cuesta encajar en el modelo educativo formal, que hay que sacarles de clase y ponerles unos tutores, y que hay que motivarlos de otra manera. Ahí es donde está el trabajo. Además, esas pruebas pretenden recuperar competencias autonómicas, porque todas las comunidades estamos haciendo pruebas finales, pero no para poner nota académica, sino para saber en qué condiciones está el alumno y qué tiene que mejorar el centro.

¿Qué hacer entonces con un alumno de 13 o 14 años que no quiere seguir en clase? ¿Lo derivamos a compensatoria?
Al menos en Cataluña, ahora se está trabajando mucho en Primaria para la detección precoz. Aquí la clave es encontrar al alumno que puede tener dificultades y estar atento a los cambios en su entorno social que pueden influir en su rendimiento. Si estas dos cosas se detectan precozmente, en Primaria ya deberíamos saber qué alumnos pueden desviarse en un momento determinado para volver a encauzarlos. A partir de ahí, en 1º y 2º de ESO, si los alumnos no se pueden recuperar con refuerzo y compensatoria, se les lleva a un PCPI y ahí se les trata de recuperar otra vez, pero no dentro del sistema formal, sino fuera, con un tutor, con una atención específica y en un entorno diferente.

¿Y qué me dice de encaminarlos hacia la FP Básica?
La FP Básica lo que hace es reforzar la formación académica. El alumno pierde otra vez el tiempo aprendiendo Lengua, Historia o Geografía en lugar de profesionalizarse, que es lo que realmente pide el tejido productivo. Ahora, como se supone que el alumno no se habrá formado bien, pues tiene que seguir con la formación académica. Y cuando el alumno apruebe la FP Básica, ya no tendrá el título de Secundaria, sino que puede pasar al Grado Medio. Los PCPI estaban empezando a dar resultados, porque teníamos un 25 o 30% de alumnos en Cataluña que conseguían el título de ESO y el sistema los recuperaba. La FP Básica sirve más para ir descartando y dejando solo a los buenos en el Bachillerato.

Si nuestro país ya ha conseguido ser un ejemplo de equidad, ¿cómo conseguir ahora más excelencia?
La excelencia se consigue con más exigencia, más recursos y mejores profesionales. La exigencia no significa sacrificios inasumibles, sino no dejar que los alumnos se acomoden, exigirles un trabajo diario y pulcro. En cuanto al profesorado, tiene que estar mejor formado, pero no solo en tener más conocimientos, sino saber cómo transmitirlos, y hay que reconocerles su carrera profesional. Esto se incentiva muy poco con esta ley. Sí que se está haciendo a nivel de comunidades autónomas. En Cataluña las pruebas que pusimos el año pasado aumentaron el grado de exigencia para la Lengua Extranjera o Matemáticas, y dependiendo de los resultados, el profesor podía seguir con su metodología o buscar otras distintas. Esas pruebas finales que va a elaborar el Ministerio, pero que van a realizar y corregir los profesores de las comunidades, ¿qué diferencia tienen con las pruebas autonómicas? Que las preguntas las pone el Ministerio y que las respuestas sirven para nota. ¿Eso es un cambio educativo? Yo creo que no, porque los profesores, las aulas y los alumnos serán los mismos.

 

LA LOMCE Y EL CATALÁN

– Sistema de inmersión
“El alumno llega a la escuela hablando en castellano, la maestra le responde en catalán, y con su compañero habla en castellano pero le responden en catalán. Y así se va creando toda una amalgama, que parece que no sea la lógica, pero que funciona”.

– Potencia del castellano
“La lengua castellana es muy potente en Cataluña, y queremos que siga siéndolo, pero lo que no queremos es perder nuestra lengua propia, que no la habla tanta gente, pero que culturalmente nos une”.

– Ataque al catalán
“La Lomce ataca frontalmente este sistema de inmersión lingüística que ha permitido que los alumnos aprendan por igual el castellano y el catalán sin sufrir. El ministro no reconoce que en diferentes centros en Cataluña, la intensidad de la inmersión es diferente. Hay un mínimo de tres horas de catalán y tres de castellano, y cada centro dedica el resto de horas dependiendo de que se encuentre en zona castellano o catalanoparlante”.

– Atención individualizada
“Aquella familia que pide el castellano como lengua vehicular, se la damos con atención individualizada. El profesor trabaja con el alumno solo en lengua castellana, pero sigue en clase con el resto de compañeros”.

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