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“PISA es solo una parte de la verdad, hay que mirar detrás de los datos”

Este experto noruego en Educación emocional y social se dedica a trabajar con jóvenes con problemas de conducta. Cree que lo mejor es la actuación temprana –hasta los 3 años– pues más tarde es difícil conseguir buenos resultados.

José Mª de MoyaMartes, 17 de diciembre de 2013
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Johannes Finne es noruego y dirige el programa Aggression Replacement Training (ART) en el Lincoln Centre de Oslo, una residencia hogar para jóvenes violentos. Actualmente también dirige e imparte conferencias en el Diakonhjement University College. Finne presentó una ponencia en la jornada sobre Educación emocional y social de la Fundación Botín celebrada en Madrid.

¿Cuáles son las acciones concretas que realizan en los centros para mejorar la Educación?
Realizamos programas para Educación emocional-social, incluyendo programas específicos para las familias. Todos estos programas están basados en actividades en las que uno tiene que adaptar un rol de sonrisa y juegos. Está basado en que los profesores muestren el ejemplo, no digan lo que tienen que hacer y ya está. Incluso las familias y los niños muestran ejemplos unos a otros.

Estoy muy de acuerdo con el ejemplo. ¿Comparte aquella frase que decía que el ejemplo no es la mejor manera, sino que es la única manera?
Sí, solamente cuando tú mismo estás convencido de que una manera de hacer es buena es cuando la tienes interiorizada. Yo tengo que inventar mis propias ideas porque si alguien de fuera me dice lo que tengo que hacer no lo haría porque es una imposición. Si en el entorno hablan de resultados de forma indirecta, yo por mí mismo pensaría que es buena idea. Por eso estamos trabajando en el aprendizaje formativo. Especialmente hay familias y niños que tienen problemas que han sido afrontados de esta manera y antes no querían escuchar.

Entonces, ¿es crítico con esa forma de enseñar ética o valores simplemente basado en clases?
Creo que para tratar temas de ética, el debate es la mejor herramienta. Uno cree que los estudiantes pueden conectar lo que dice el profesor a sus propias vidas.

Me gustaría que desarrollase la idea de la integración temprana. Ha dicho que en séptimo grado ya lo único que se puede corregir son errores del pasado. ¿A qué edad es bueno intervenir?
A los 3 o 5 años debe de haber una metodología de entrenamiento. Cuando tienen 3 años su forma de actuar es muy espontánea y sacan sus impresiones fuera. Cuando tienen 4 o 5 años su forma de actuar cambia y pasan a estar más callados y a esperar. Entonces, lo mejor es trabajar con ellos cuando tienen 3 años y tienen esa forma de actuar para enseñarles cómo actuar. No obstante, a los 6 u 8 años son todavía un lienzo en blanco donde poder pintar.

¿Cómo se puede intervenir cuando el niño pasa a ser adolescente?
El trabajo de motivación es muy importante en el aprendizaje, en el entrenamiento. Hacemos lo que hacemos porque nos está dando buenos resultados. Durante muchos años trabajé en centros con familias y niños y prácticamente la mayoría de los niños eran solitarios, así que tenía que trabajar mucho con ellos sobre cómo era su día a día y que querían hacer, y la mayoría deseaba tener amigos. Entonces empezábamos ahí con el entrenamiento.

En estos casos, ¿nota también que hay un origen familiar?
Siempre está en la familia. Los niños que están peor los sacamos fuera de la familia, tratamos de ayudarles y reintegrarles de nuevo en la familia, pero no funciona porque el entorno de la familia es el mismo. Si sacas al niño y lo entrenas necesitas trabajar también el entorno en la familia, porque el niño se comporta y actúa como mejor le ha convenido en el entorno familiar, como reacción. A menudo el problema está en que dentro de las familias hay falsas expectativas entre sus miembros, los unos de los otros. Los padres esperan que los niños cumplan todas las reglas, de ahí que se produzcan muchos ‘shocks’.

Sin embargo, hay quien piensa que lo que falta en las familias es fijar más límites y no ser tan permisivos, ¿qué opina de esto?
No creo que necesiten más reglas sino mejores reglas. Creo que los estudiantes no siguen reglas que no entienden.

También hay quien es crítico con una pedagogía lúdica y quiere contraponerla con una pedagogía del esfuerzo, ¿cuál es su opinión?
Desafortunadamente en muchos sitios prima esta opinión y me parece triste. Creo que si sonreímos más y somos más asequibles llegas más a los alumnos, transmites mejor y estás mejor en clase. Cuando hay algún adolescente que es expulsado del colegio por su agresividad, y empezamos a trabajar con ellos les pedimos que definan cómo debe de ser este grupo y cómo tienen que estar juntos para que se sientan seguros. Invertimos mucho tiempo en describir las reglas y todos se ciñen a ellas, así los niños saben cuándo las cumplen y cuándo no, y nunca tenemos más de cinco reglas.

En su ponencia ha explicado que invierten cuatro minutos en conseguir la calma en clase y que eso hace que los niños tengan 17 minutos de concentración …
Trabajamos en estructuras concretas. Al principio de cada ejercicio hay minutos más relajados, donde se dan la mano, se miran a los ojos y se conocen, se dicen los nombres. Eso les hace relajarse, sentirse seguros y saber que cada sesión empieza y termina de igual forma. Esto conlleva que el tiempo de clase se imparta de una manera más concentrada, es como una especie de marco.

¿La concentración dura 17 minutos?
Las investigaciones nos han enseñado que la concentración dura más o menos 17 minutos y después empieza a disminuir. Cuando los niños se sienten seguros y tranquilos en clase pueden tener una concentración más focalizada.

Finlandia y los países nórdicos son un ejemplo en el Informe PISA, pero en España hay quien critica que los alumnos son muy competentes en Matemáticas o Física, pero no en materia emocional, como reflejan estos países que también tienen una alta tasa de suicidio juvenil.
A los estudiantes de Finlandia no les gusta estar allí. Hace tres semanas tuve un seminario en ese país para psicólogos sobre temas de familias. Los estudiantes en Finlandia tienen un alto nivel de inglés en gramática e inglés escrito, pero no tratan lo verbal y no saben hablar inglés, así que PISA es solo una parte de la verdad, pero hay que mirar detrás de los datos. En Noruega tenemos una ratio baja en PISA y no hay ningún país que invierta más en Educación que tenga tan malos resultados. Pero, por otra parte, Noruega tiene el 50% de los niños con necesidades especiales escolarizados cuando en Europa la media está en un 2%. Todos esos números son relativos y creo que España está al mismo nivel de Educación emocional-social. En No-ruega, las bases para implantar la Educación emocional y social se están creando ahora, desde hace menos de diez años.

¿Y cómo valora que Finlandia tenga una tasa de suicidio juvenil tan alta?
Creo que en todos los países nórdicos la comunicación es muy distinta al resto de Europa. En el norte de Europa hace mucho frío y no vamos a ver al vecino si no necesitas algo concreto. Nadie se comunica por comunicarse. En este sentido, creo que en estos países no se está tan abierto al hecho de pedir ayuda a amigos o familiares. He trabajado mucho en Rusia y me sorprendió enormemente la riqueza del idioma emocional que tienen, cosa que no ocurre en los países nórdicos. No hablamos mucho sobre sentimientos y eso posiblemente tenga que ver, pero es una opinión personal.

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