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Riesgo de exclusión para los jóvenes que no estén conectados a las redes

En la sede de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) tuvo lugar una rueda de prensa ofrecida por el director de la FAD, Ignacio Calderón, y el director técnico de la FAD, Eusebio Megías, en la que se presentó la investigación Jóvenes y comunicación. La impronta de lo virtual, realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. 

Laura de FrutosMartes, 22 de abril de 2014
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En el estudio se analizó cómo las nuevas tecnologías de la comunicación, en especial las redes sociales, influyen en las formas de comunicación entre la población joven, principalmente en edades comprendidas entre los 16 y los 24 años, en un espacio de socialización en el que recomendó Megías que “hay que integrarse”. También comentó que “hace falta un proceso de alfabetización digital importante ya que aquellos grupos sociales que tienen peor acceso a esa alfabetización, hacen que se produzca una brecha digital, incluso que se pueda producir exclusión social”.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2013 el 94’5% de los jóvenes españoles entre 16-24 años utilizó internet al menos una vez por semana. Y, según la encuesta Uso de medios en la Unión Europea, realizada por Eurobarómetro en 2012, esta franja de edad es la que realiza un uso más habitual de las redes sociales y, a medida que aumenta la edad, aumenta la proporción de quienes no las usan.
El estudio dejó claro que una de las razones por las que hay que estar integrado en las redes sociales es por no perder oportunidades en las relaciones personales. “Hay que estar por si acaso”, insistió Megías. Aunque los jóvenes sean conscientes de que estar en las redes sociales implique un riesgo de perder parte de la intimidad, “compensa a partir de la potencialización de las cosas positivas que te da la Red”, volvió a incidir Megías.
Las nuevas tecnologías permiten tenerlo todo a la distancia de un clic, es decir, facilitan enormemente las cosas. Pero Megías advirtió que aún así “hay que aprender a controlar y a manejar una situación de dependencia” porque, según el estudio, un exceso de dependencia puede aislar al joven de su entorno más cercano o generar relaciones de baja intensidad.
Otra de las conclusiones que se sacaron de la investigación fue que el yo on line y el yo off line tienen que ser complementarios, no sustitutivos, para que no haya riesgo de exclusión en la sociedad actual española.
En relación a todos estos datos, Megías opinó que los jóvenes de hoy en día deberían marcar fronteras, ya que “no deben renunciar a las oportunidades que les presenta la Red, pero tampoco deben poner en peligro su yo más íntimo”. Una de las oportunidades que ofrecen las redes sociales es que permiten mantener el contacto con personas físicamente alejadas, con lo que potencia la necesidad de comunicación. “Es un vehículo muy eficaz para la comunicación, además te permite cosas que el lenguaje presencial no, como el repensar o modificar algo del mensaje”, añadió Megías.
La exposición del estudio acabó con una ronda de preguntas en la que Calderón sentenció que “las redes tienen máxima importancia en la actualidad, ya que suelen condicionar a la sociedad en general. Además, su utilización cada vez va aumentando más en los menores, por eso creo que hay que hacer un esfuerzo de maduración”. En cambio, Megías opinó que “la utilización sigue siendo todavía insuficiente. Estamos en un proceso de aprendizaje que utilizamos torpemente y, para mejorarlo, sería deseable que se hiciera en la escuela o en la familia, o que desde fuera se ayudase a la familia a llevarlo a cabo”.
Para poner fin a la presentación, Ignacio Calderón acabó matizando que “cuantas más herramientas tienen en edades cada vez más tempranas, el nivel de necesidad de aprender y mejorar aumenta considerablemente”.

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