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Extremadura se desploma, aprendamos la lección

José Mª de MoyaMartes, 10 de junio de 2014
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Con los resultados de las Elecciones al Parlamento Europeo bien leídos y analizados estamos en condiciones de confirmar los peores augurios sobre el impacto en el voto de determinadas políticas educativas. Se veía venir, así ha ocurrido, lo lamento por muchos motivos.

Los dos grandes partidos se han desplomado pero hay importantes diferencias por comunidades. En concreto hay dos en las que el retroceso ha sido desigual, Andalucía y Extremadura. En ambas regiones el PP ha perdido mucho más que el PSOE hasta el punto de que en Extremadura los socialistas han vuelto a aventajar a los populares y no se ha sabido gestionar el poder.

Es cierto eso de que el poder desgasta pero tienen que pasar bastantes años para que eso ocurra. Si un partido llega al poder y tres años después pierde 11 puntos de porcentaje de voto y su adversario sólo cinco se lo tiene que hacer ver. El PP extremeño, apenas tres años después de que Monago ocupara el Gobierno, ha pasado de tener el 46,2 por ciento del apoyo electoral que obtuvo en las autonómicas al 35,5 por ciento que ha logrado en las europeas. ¿Desplome del bipartidismo? Obviamente no sólo en en este caso, porque el PSOE ha retrocedido notablemente menos, en concreto, del 43,5 al 38,7 por ciento. De hecho, en este momento, el PSOE vuelve a aventajar al PP claramente, tanto que no podría gobernar ni siquiera con el apoyo de IU.Vale la pena la comparación odiosa de lo que ha ocurrido en Castilla-La Mancha donde el PP también estrenó gobierno en las pasadas autonómicas después de años de hegemonía socialista. Allí sí se ha sabido gestionar el poder porque el PP ha aumentado su ventaja con el PSOE en cuatro puntos.
¿Por qué nos lo temíamos? Sencillamente porque Extremadura ha hecho la misma política educativa que hubiera hecho Fernández Vara y la gente prefiere el original a la copia. Porque ha defraudado las expectativas reformistas que suscitó cuando estaba en la oposición. Porque si la gente vota cambio hay que darle cambio. Porque la gente se aparta al paso de alguien que sabe donde va y Monago, me temo, no lo tiene claro o disimula por estrategia o ciertos complejos. Pero a la vista está que al que no sabe dónde va, la gente le da collejas.

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