Los centros privados no tendrán que cotizar por los hijos de sus empleados
Finalmente, tanto centros privados y concertados como sus empleados no tendrán que cotizar por la escolarización de los hijos de los trabajadores del centro. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social publicó el pasado 22 de mayo el borrador de Real Decreto por el que se modifica el Reglamento general de la Seguridad Social, aprobado el 22 de diciembre, que obligaba a centros privados a cotizar por cada hijo de sus trabajadores que se encontraran estudiando en el centro –hasta entonces se les reconocía la gratuidad de la plaza–. Asimismo, los trabajadores también tenían que cotizar por sus hijos, algo de lo que estaban exentos hasta ese momento.
Después de meses de reuniones entre las patronales de la enseñanza y de los ministerios de Empleo y Educación, al final se presentó un borrador que establece que las becas para los hijos de los empleados no estén exentas de cotización, pero sí que se cuantifica la retribución en especie por un criterio específico de coste marginal para la empresa, que en la práctica no supone un coste real para el centro.
Javier Hernández, secretario general de Acade, explica que “en términos de producción industrial, ese coste marginal supone fabricar una unidad más de algún producto, aunque en Educación significa tener a un alumno más en clase, que es el hijo del trabajador, con lo cual el coste marginal para el centro es cero. Según Hernández, “tener 22 o 23 alumnos en clase no supone ningún coste añadido para el centro, ya que el profesor cuesta lo mismo, de igual forma que los suministros de luz, agua o mantenimiento de la clase”.
Satisfechos
Para el representante de Acade, “se ha buscado la fórmula más apropiada desde el punto de vista legal, ya que, sin cambiar la ley completamente, se ha intentado que los centros educativos no salgan perjudicados”. También se muestra satisfecho el presidente de CECE, Antonio Rodríguez Campra. Para él, “aunque legalmente la situación no es igual a la anterior a la publicación del decreto, económicamente sí que queda igual”. Campra entiende que “desde el principio no debería haberse metido a la enseñanza”, pero considera que esta última “es una buena solución”.
También Luis Centeno, de Escuelas Católicas, cree que se mejora la situación creada, aunque advierte de que “solo es un borrador y habría que precisarlo más”, y que también “hay que tener en cuenta qué va a pasar con la prestación del comedor escolar”.