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“El arte de enseñar incluye otras habilidades que no son innatas”

Sonsoles Castellano, presidenta de la Fundación San Patricio, habla con MAGISTERIO con motivo del III Congreso de Innovación Educativa ENAP que se celebra los días 3, 4 y 5 de octubre en el Colegio "Tagus" de Toledo.
Estefanía MartínezMartes, 30 de septiembre de 2014
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(Foto: Jorge Zorrilla)

Toledo acoge este próximo fin de semana –3, 4 y 5 de octubre– la III Edición del Congreso Enseñar a Aprender organizado por la Fundación San Patricio. En la edición de este año, la prestigiosa cita sobre innovación educativa se centra en la inteligencia emocional y la necesidad de trabajar las competencias emocionales como parte imprescindible del sistema educativo. Para profundizar sobre el tema, una cita con Sonsoles Castellano, presidenta de la Fundación San Patricio.

Este año se celebra la III Edición del Congreso Aprender a Enseñar ¿qué objetivos tiene?
Pretende marcar un antes y un después en la consideración de la inteligencia emocional en los colegios. El congreso tiene una parte formativa, otra en la que se pretenden compartir experiencias útiles para los docentes en el aula, y una última en la que se muestra un modelo, un marco de referencia para trabajar la competencia emocional en los colegios, que es el modelo i3e –inteligencia emocional en entornos escolares, tiene 3: ‘e’ emocional, entorno y escolar– validado por Aenor. Es un modelo que aborda los cuatro ámbitos: el docente, el alumno, la familia y el personal no docente. No basta con tener la intención, ya que, aunque la voluntad de hacerlo es imprescindible, hay que sistematizarlo, preparar la formación permanente en este ámbito y, por supuesto, medir y evaluar constantemente los resultados para ver en qué hay que incidir y por qué. Cada colegio es un mundo. Sus necesidades son diferentes y así hay que atenderlas en lo que se refiere a su competencia emocional, desde la realidad de cada centro.

¿Por qué es importante aprender a enseñar? ¿Cree que no sabemos enseñar correctamente?
Porque los docentes tradicionalmente nos ocupamos de dominar nuestra materia, los contenidos que hemos de enseñar y transmitir dentro del aula. También en los últimos años nos hemos ido haciendo conscientes de la importancia de saber psicología evolutiva además de conocer la legislación vigente para poder programar y atender las necesidades de los diferentes alumnos. Por otro lado, el arte de enseñar incluye muchas más cosas, otras habilidades que no son necesariamente innatas en quienes tienen vocación educativa, estas hay que aprenderlas y conseguir con ellas ser el docente excepcional que todo alumno merece tener. ¿Que si creo que no todos los docentes que están en ejercicio saben enseñar correctamente? Sí, lo creo; y creo también que no existen los mecanismos adecuados para corregir este problema.

Cuando hablamos de inteligencia emocional ¿a qué hacemos referencia?
A las habilidades y a los conocimientos que tenemos para gestionar las emociones que sentimos; cómo las podemos regular, cómo las reconocemos y cómo las identificamos en nosotros y en los demás. Nos referimos a la parte emocional de la inteligencia, a la que tiene que ver con los valores y con los sentimientos, a la que se refirió Daniel Goleman en su famoso libro sobre Inteligencia emocional, y a la que definen los estudios de otros escritores como Salovey y Mayer en la década de los 90.

¿Por qué es tan importante incluir la inteligencia emocional dentro del sistema educativo?
Creo que es importante para los docentes porque les ayuda a enfocar y concretar la actitud necesaria que precisa un profesor para educar hoy. Además, la veo imprescindible para los alumnos porque les posibilita enfrentarse a un mundo que cambia a gran velocidad. Esa capacidad de adaptación hace que necesiten conocer y reconocer las cosas que pasan a su alrededor y asimilarlas en positivo para su mejor desarrollo personal. Y esto no es sencillo, por eso hay que empezar a enseñarlo en la escuela, desde muy pequeños, porque es un camino largo y complejo. Es el camino del crecimiento personal.

¿Potenciar este tipo de inteligencia nos lleva a obtener mejores resultados académicos?
En el Colegio “San Patricio” hemos visto que así es. Desde que la trabajamos, los alumnos obtienen mejores resultados académicos porque aumenta su motivación, su autoestima, su interés y, por tanto, su esfuerzo.

¿Cómo se pueden incluir las competencias emocionales en el currículo, a través de qué tipo de actividades?
No creemos que se pueda limitar a una asignatura curricular, creemos que deben ser contenidos transversales que han de impregnar toda la labor docente. Por supuesto tiene que haber actividades concretas dentro del horario, pero es una apuesta mucho más ambiciosa, ha de abordar todos los aspectos de la vida escolar. Supone un compromiso.

¿Tienen las familias la obligación de potenciar las emociones de los alumnos?
De ello depende la capacidad que desarrollamos para ser felices. Forma parte de la tarea de educar que tenemos los padres, pero a veces no sabemos cómo hacerlo. Falta formación en ese campo y hay que ayudarles, enseñarles también a ellos. La adaptación familiar mejora cuando en el colegio se trabajan las competencias emocionales y la adaptación escolar también es mejor cuando la familia atiende al aspecto emocional; bien porque lo hacen de forma natural o bien porque ante las dificultades deciden asistir a talleres, formarse en ello y ponerlo en práctica en la convivencia familiar.

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