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"La Lomce se caracteriza por su sesgo de exclusión social"

Ana González, consejera de Educación del Principado de Asturias, está obligada a implantar una reforma en la que no cree. Cuestiona tanto la autonomía de los centros como la posible selección del profesorado.
José Mª de MoyaMartes, 25 de noviembre de 2014
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Encastillada en sus posicionamientos ideológicos acerca de la Educación, gestiona un sistema educativo que rinde buenos resultados a pesar de la enorme conflictividad con los sindicatos de profesores. Respecto a la Lomce, cree que –además de estar en las antípodas de su modelo educativo– se ha aplicado con mucha precipitación.

¿Se siente cómoda aplicando la Lomce?
No me siento cómoda por lo que representa esta ley para mí, para este Gobierno y para la comunidad autónoma. Pero eso no significa que no sepa que las leyes orgánicas son de obligado cumplimiento. Además, no me siento cómoda, insisto, no solo por el trasfondo terriblemente ideológico de esta ley sino por la precipitación con la que nos han obligado a hacer las cosas.

¿Hay algo que le guste de la Lomce?
Realmente no, porque estamos en posiciones radicalmente distintas. La Lomce se caracteriza, o bien por palabras vacías cuando habla del plurilingüismo o de las TIC, o bien de un sesgo ideológico de exclusión social, elitista y clasista.

Una medida que suele gustar entre los responsables educativos y también en los propios centros es la apuesta por dotarles de mayor autonomía. ¿Eso tampoco le gusta?
Lo que pasa es que como no la define, no me gusta. A mí me parece positiva, pero al final la autonomía del PP pasa por cargarse los consejos escolares, no por dársela a la comunidad educativa, sino porque una persona gobierne en solitario un centro educativo. Yo no creo en ese modelo, no puedo creer en ello.

Algunas comunidades están tratando de implantar esa autonomía cediendo parte del currículo a los centros. ¿En Asturias se va a hacer algo parecido?
Realmente no. Pero no es porque quiera recortar la autonomía. Creo que nos confundimos sobre lo que es el currículum. El currículum son enunciados de carácter muy general que luego hay que concretar en las programaciones, que son el margen de maniobra que tiene cada centro. Cada centro puede hacer la programación y el proyecto educativo que desee y ese debería de ser uno de los instrumentos básicos para la autonomía, en este caso, pedagógica, que incluye la organización y el funcionamiento del centro.

¿Usted va a permitir que los centros puedan reforzar determinadas materias?
Nosotros hemos preferido fijar las horas lectivas del currículum con carácter general para toda la comunidad autónoma. La autonomía que dice la Lomce creo que es una ficción. Es más, creo que esta hecha para beneficiar a algún tipo de centro determinado en contra de otros centros, lo creo sinceramente.

Por lo que veo usted es más bien partidaria de controlar los procesos y no evaluar los resultados, cuando parece que la tendencia actual es dar libertad a los procesos y evaluar los resultados.
No es verdad, somos de las pocas comunidades que hace rigurosamente la evaluación y el diagnóstico y hacemos informes que enviamos a los centros.

Entonces, ¿no está por la autonomía curricular?
Claro que creo en la autonomía curricular. Lo que creo es que es una engañifa. Porque, ¿para qué tenemos ese marco general del currículum? ¿Para que cada centro dé lo que quiera? ¿Cómo puede ser que los currículums sean más extensos que nunca?

Hay un cierto consenso internacional acerca de reforzar las materias instrumentales, ¿usted comparte esa idea?
Si son instrumentales hay que reforzarlas en las otras áreas. En Asturias llevamos muchos años queriendo trabajar en una línea realmente instrumental, y no decir que son instrumentales para compartimentarlas y desgajarlas de todo.

¿Qué le parece que un equipo directivo pueda elegir a sus profesores? Es decir, que como ha propuesto Cataluña, que los directores puedan elegir el 50% de la plantilla.
Yo creo mucho en el servicio público y creo que –sin duda alguna– el sistema de acceso debería de ser perfeccionado. Creo que hay un campo de mejora grande pero estoy en contra de la selección a dedo por parte de las direcciones, totalmente en contra.

Pero el sistema que no le gusta es el que funciona en el mundo real. Incluso usted, cuando ha tenido que seleccionar personas de confianza, también habrá elegido aquellas que eran más acordes al puesto que tenía que cubrir.
Una de las críticas que se hace a la política es el nombramiento a dedo y ahora pretendemos que hasta los directores de los centros nombren a dedo. Para mí no tiene ningún sentido y además creo que no tiene nada que ver con la autonomía pedagógica.

¿Usted aceptaría que se le impusiera un equipo y que ese equipo tuviera que adaptarse a su proyecto educativo?
Pues mire, el 50% del personal que hay en esta casa no lo he elegido. Son los funcionarios y funcionarias que había y trabajo estupendamente con ellos. De las 500 personas que trabajamos en la Consejería, aparte del gabinete, hay siete nombradas por mí.

Pero entiende que esas personas deben ser seleccionadas…
El director o la directora nombra a su equipo directivo de la misma manera que yo nombro a mi equipo directivo, no es distinto.

¿No le parece que hemos centrado la mirada más en las necesidades del profesorado o en el centro que en el servicio que se debe prestar a las familias?
Coincido en que yo creo que uno de los problemas que hay en nuestro sistema educativo es que se nos ha olvidado quién era el sujeto. El sujeto no son las familias, son los niños y las niñas. La Educación tiene que estar incluso a pesar de las familias, es un derecho de los niños y de las niñas, esto es muy importante. Pero es verdad que el sistema educativo se ha volcado mucho en las condiciones laborales del profesorado.

Esta comunidad está dirigida por una consejera de izquierdas. Sin embargo, es la Consejería que más conflictos ha tenido con los sindicatos de izquierdas.
Yo creo que a la izquierda se le pide más que a la derecha, de la derecha no se espera nada. A mí lo que me gustaría es que comparara las condiciones objetivas de trabajo de esta comunidad con las de otras.

¿No ha habido una importante reducción de jornada del profesorado?
No es cierto, hay 200 jornadas partidas más de las que había en interinos. Ahora hay 800. Ojalá todo el mundo tuviera una jornada completa, pero el problema es que que yo tengo que cubrir las necesidades del alumnado, no otra cosa. nP. ¿Cuántas plazas de oposición van a convocar? nR. Todavía no lo podemos decir. De acuerdo con un cálculo aproximado, yo creo que estaremos en unas 150.

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