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“Si eres bilingüe, tu cerebro es más flexible y creativo”

Patricia Kuhl y Andrew Meltzoff explican cómo el desarrollo temprano del cerebro puede afectar al aprendizaje, sobre todo de una segunda lengua.
Estefanía MartínezMartes, 4 de noviembre de 2014
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(Foto: Madrid)

Patricia Kuhl y Andrew Meltzoff, ambos investigadores y profesores en la Universidad de Washington, visitaron hace unos días la capital de España para presentar su interesante estudio sobre cómo el desarrollo temprano del cerebro y la experiencia bilingüe puede afectar en el aprendizaje de los más pequeños. Durante su corta estancia en Madrid, MAGISTERIO tuvo la posibilidad de entrevistar a los docentes y conocer mucho más de cerca todo su trabajo.

¿Cómo repercute el aprendizaje inicial de una segunda lengua en el resto de etapas educativas?
Patricia Kuhl. Si aprendes dos idiomas desde que naces, lo más probable es que seas muy bueno y rápido en ambos. La habilidad de leer en dos lenguas diferentes nos permite abrir la mente a dos literaturas y culturas en un contexto muy amplio. Por un lado, ser bilingüe desde el nacimiento va a afectar en gran medida al resto de tu Educación porque, en esencia, estás añadiendo el conocimiento de una nueva cultura a otra que ya tienes. En segundo lugar, diferentes estudios demuestran que el bilingüismo es muy bueno para lo que llamamos flexibilidad cognitiva, es decir, la habilidad de inventar una nueva solución ante un problema, ya sea en la infancia o en la edad adulta.

¿Algún ejemplo?
P. K. Si te doy un problema en el que necesitas crear una vía alternativa para resolverlo, el estudio demuestra que si eres bilingüe lo haces más rápidamente y de forma más creativa. Esto es realmente sorprendente, sobre todo cuando lo haces con niños de un año. Se puede decir que tu cerebro es más flexible cuando eres bilingüe, ya sea de pequeño o de adulto. Ese es uno de los grandes beneficios que tendrás durante toda tu vida.

Y además eso tiene beneficios para la salud…
P. K. Desde la perspectiva de la salud, si eres bilingüe tu cerebro envejece mejor. Por ejemplo, si coges dos adultos de unos 70 años, uno bilingüe y otro monolingüe, la incidencia de enfermedades como el alzheimer o la demencia es más baja en aquellos que hablan dos idiomas. Se puede decir que tu cerebro es más fuerte debido al ejercicio que realizamos al pensar en dos idiomas diferentes. Es un muy buen ejercicio para nuestro cerebro, ya que cuando haces eso cada día, el cerebro se ejercita y te protege contra el envejecimiento.

Habla de aprendizaje social y estadístico, ¿qué caracteriza a cada uno?
P. K. Son conceptos muy difíciles de explicar. Por un lado, el aprendizaje estadístico relaciona al cerebro con un ordenador. Es decir, tu cerebro es capaz de medir la frecuencia de las cosas y calcularlas. Por ejemplo, la primera vez que entras en una habitación y ves más de 100 vasos iguales pero solo ves dos diferentes, tu cerebro recordará estos vasos porque la frecuencia de lo que vemos se queda en tu mente.

¿Cómo afecta eso a los niños?
P. K. Lo mismo sucede en los niños cuando ven ciertas cosas que suceden repetidamente, ya que el lenguaje funciona bajo ese principio. Al principio no entienden las palabras, pero tan solo con escucharlas, las mentes están almacenando la frecuencia con la que un sonido u otro aparece. De esta forma, la frecuencia de los sonidos afecta al lenguaje, incluso antes de empezar a entender las palabras.

¿Eso tiene que ver con la capacidad enorme del cerebro?
P. K. El cerebro es un ordenador capaz de almacenar información todo el tiempo. Por otro lado, el aprendizaje social aparece cuando el bebé está cara a cara con otra persona, con su madre o algún otro familiar. El niño está mucho más emocionado y motivado, ya que hay una persona ahí que está reaccionando a todo. El niño aprende de una nueva forma, ya no hablamos de estadística sino de algo social. Hablamos de información que va más allá, qué estoy mirando o qué estoy haciendo en el momento que hablo con el niño.

¿Podemos decir que cuanto más hablemos y repitamos las cosas a los niños, mejor y más rápido van a aprender?
P. K. Cuanto más repitas algo, eso va tener una mayor huella en el cerebro. Las palabras que más repetimos son las que antes aprenden los niños, debido a que continuamente estamos usándolas. Funciona así por el aprendizaje estadístico que te he comentado.

Durante su ponencia comentó que sentar a los niños frente a vídeos en inglés no era especialmente efectivo a la hora de aprender un nuevo idioma. ¿Cómo es posible?
P. K. Depende sobre todo de la edad del niño. Nuestros experimentos nos dicen que si el niño es menor a 2 años, no parece que haya aprendizaje al sentarlos frente a la televisión. La miran y observan, están cautivados por las luces, el sonido y el movimiento, pero no aprenden. Por el contrario, cuando hablamos de una interacción real con otra persona, el aprendizaje es increíble y muy bueno. Aún no hemos hecho estudios para ver cómo afecta cuando son más mayores, pero sabemos por nuestra experiencia en Estados Unidos que por encima de 3 años se puede reforzar ese aprendizaje en un segundo idioma a través de la televisión, aunque no tenemos estudios para demostrarlo. Si creemos que nuestro hijo va a aprender inglés o francés tan solo poniéndole frente al televisor, no va a suceder solo.

¿Cómo afecta la neuroplasticidad del cerebro de la que hablaba en su ponencia en el aprendizaje de una segunda lengua?
Andrew Meltzoff. Cuando hablamos de neuroplasticidad, hacemos referencia a la capacidad del cerebro de los bebés para ser flexibles. Cuando un niño nace no hay diferencia entre hacerlo en Seattle o en Madrid. Su cerebro está preparado para aprender cualquier lengua o cultura, y se debe a la neuroplasticidad de la que hablamos. Su sistema cerebral es realmente capaz de cambiar y adaptarse. Por el contrario, cuando somos adultos ya no tenemos esta capacidad. Tu cerebro es más lento a la hora de asimilar una cultura o lengua cuando eres mayor. Los científicos creen que esta neuroplasticidad permite a los niños aprender de una forma más rápida una segunda lengua.

¿Y esto se aplica solo al lenguaje o a otros tipos de conocimientos?
A. M. Esto no solo se aplica al lenguaje, también afecta al aprendizaje de otras cosas como habilidades, hábitos o valores. Todo eso junto es a lo que nos referimos cuando hablamos de cultura española o americana. Probablemente, te podrías dar cuenta cuando una persona se ha mudado de Estados Unidos a Madrid ya en edad adulta o a un bebé americano que llegó a España con tan solo unos meses. Nunca podrías notar la diferencia en este bebé.

Durante estos días han visitado algunos de los colegios públicos bilingües de la Comunidad de Madrid, ¿qué les han parecido?
A. M. Creo que [la consejera de Educación] Lucía Figar ha hecho un trabajo fantástico incluyendo colegios bilingües en la Comunidad Madrid, ya que no solo se está enseñando a los niños una segunda lengua, también están aprendiendo parte de la cultura gracias a los asistentes de conversación nativos que están con los niños en el día a día. Es un programa realmente bueno para que los niños puedan llegar a ser bilingües.

¿Qué beneficios tiene el modelo bilingüe en su opinión?
P. K. Una de las cosas buenas que tiene es que mejora el nivel y la competitividad. Es muy bueno para España, ya que en 10 o 20 años, estos niños bilingües podrán formar parte de la próxima generación de empresarios y podrán hablar dos idiomas por todo el mundo. En Estados Unidos lo llamamos competitividad nacional, es decir, qué puede hacer una persona para que su país sea más competitivo; y el bilingüismo ayuda mucho en este aspecto. De hecho, nuestro país es más lento en ese sentido, a la hora de ayudar a los alumnos a ser bilingües. En España estáis más avanzados y creo que esto ayudará en el futuro. De hecho, me encantaría que nuestros políticos se dieran cuenta de la importancia del bilingüismo y por eso estudiamos cómo afecta en el cerebro.
P. K. Creo que Madrid puede ser un buen ejemplo para el resto del mundo. La idea de organizar dos clases diferentes, en español y en inglés, con diferentes actividades y decoración. En su esencia, permite dar al cerebro la posibilidad de ir cambiando de una lengua a otra. Si esto finalmente funciona, y creo que así será, Madrid podría ser un ejemplo de referencia para el resto de países.
A. M. De hecho, cuando estamos en Seattle y hablamos de este modelo, lo llamamos ‘el experimento de Madrid’. Creemos en su éxito y que puede ser un ejemplo para otros países. Pero no debe ser una cosa puntual, es algo que debe ir mejorando a través de evaluaciones para que cada vez sea mejor.

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