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“Es necesario educar a los más pequeños en la cultura de la salud”

Valentí Fuster defiende la prevención y la formación frente al tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
RedacciónMartes, 16 de diciembre de 2014
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(Foto: Obra Social La Caixa)

Desde el año 2005, Valentí Fuster compagina el trabajo como investigador con la divulgación. En este último campo destaca la creación de la Fundación SHE –Science Health and Education– para la promoción de la salud entre los jóvenes. Recientemente ha firmado un convenio con la Obra Social “la Caixa” y el Fútbol Club Barcelona que ha permitido la elaboración del KitCaixa –enmarcado en el programa eduCaixa–, dirigido a promover hábitos saludables entre alumnos de Educación Infantil, enseñándoles la importancia de cuidarse desde pequeños. No en vano, las cardiopatías son la primera causa de muerte en el mundo entre la población adulta.

¿Cuándo podemos considerar que existe riesgo de enfermedad cardiovascular?
Hay siete factores importantísimos que están relacionados. Dos son mecánicos: la presión arterial alta y la obesidad y, dentro de la obesidad, hay un tercero que es el sistema nutritivo, lo que comemos. Hay dos más que son químicos, el colesterol elevado y la diabetes, y luego hay dos preguntas clave: ¿fumas? ¿llevas una vida sedentaria? Pues bien, basta con tener dos de estos factores para que, en el curso de 10 años, la posibilidad de infarto de miocardio o de infarto cerebral sea del 25%, en mayores de 55 años. ¡Y esto se da en el 75% de la población española!

¿Y qué podemos hacer?
Tomar conciencia de nuestra gran vulnerabilidad, porque si ampliamos la proyección de 10 a 30 años, el 25% pasa a ser un 75%. Pero la sociedad no se cree vulnerable y este es el problema de la gran epidemia cardiovascular que padecemos. Hay que educar en este aspecto: se destinan billones al tratamiento de la enfermedad cardiovascular, pero no suficientes en educar y promover la salud. Ambos aspectos son fundamentales para prevenir una enfermedad.

¿Cuáles son los siete hábitos que reducen estos siete riesgos?
Mira, en los últimos días he vivido algo en Nueva York que me sirve para contestarte. Me visitó un grupo y me dijo que lo fundamental es la dieta. Y luego otro que defendía que lo fundamental es el ejercicio físico. Y ambos estaban equivocados, porque lo fundamental es el cerebro. Decidir si te cuidarás o no.

Con todo, la realidad parece mostrarnos que no nos cuidamos. En España, la prevalencia de sobrepeso y obesidad entre los menores de 24 años es del 26%.
Sí, porque se ha olvidado la infancia. El problema de la obesidad comienza a una edad muy temprana, sin que haya conciencia de lo que pasará después: el 75% de la obesidad adulta surge aquí. Por eso ahora me centro en la Educación.

¿Como el KitCaixa del programa eduCaixa?
Sí, para promover hábitos saludables en los niños de 3 a 5 años. Se prevé que en el Programa SI! de la Fundación SHE, en el que se basan las actividades propuestas en KitCaixa, hayan participado 100.000 niños y niñas en 2015.

¿Cuáles serán los mensajes que habrán escuchado estos participantes?
No se trata tanto de un mensaje como de una cultura de la salud en general. Pero si tuviera que centrarse en un mensaje, sería “tengo que cuidarme”.

Los próximos 50 años será imposible cubrir los gastos de tratamientos para patologías cardiovasculares. ¿Nuestra sociedad está preparada para optar por la prevención?
No sé si está preparada, pero sí está obligada porque no habrá otra opción. No habrá un presupuesto que pueda cubrir el uso de la tecnología más moderna –corazones artificiales, trasplantes…– en enfermos que, además, ya tienen enfermedad avanzada, porque la población sigue envejeciendo…

En sus libros denuncia que vivimos sin tiempo para reflexionar. ¿Qué aporta la re­flexión al ser humano del siglo XXI?
Vivimos en una sociedad oportunista, en la que lo que importa es la gratificación rápida, porque todo pasa veloz. Al pararte a pensar 15 minutos, parece que estás perdiendo el tiempo, y eso está latente en la sociedad, consciente o inconscientemente. Solo hay que ver las calles, con la gente hablando por teléfono… es impresionante. Por eso es imprescindible reflexionar, aunque choque con ese oportunismo, porque al reflexionar miras cómo estás enfocando tu vida.

En su práctica como cardiólogo sitúa a los pacientes en el centro. ¿Quizá la medicina necesita volver a recuperar el contacto humano con los pacientes?
No solo la medicina, ya que es una parte de la sociedad operacional. Puedes hacer un escáner a un paciente y ver qué le pasa al hígado, pero pasando por alto aspectos de su vida emocional que inciden en más de un 50% en su salud. Por eso, hoy, la parte tecnificada de la medicina es un handicap si no entras en el individuo, en el paciente. Yo creo que la medicina moderna necesita la empatía y luego la tecnología. Y en este aspecto debemos tener mucho cuidado con la formación de la gente joven.

El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares pretende situar a España en primera línea de la investigación cardiovascular. ¿Qué balance hace de estos años de trabajo?
Estoy muy contento, porque creo que ha sido un éxito en una situación no ventajosa para el país, económicamente hablando. Los hechos hablan por sí solos.

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