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"Quienes usan la Educación para lucrar réditos políticos demuestran una falta de ética notable"

El presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Alfonso Aguiló, asegura que “el cansancio de la politización del debate educativo está llevando a un escenario” propicio al pacto.
Adrián ArcosMartes, 27 de octubre de 2015
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Sevilla acogerá del 5 al 7 de noviembre el 43 Congreso de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) bajo el lema Liderazgo y excelencia en un mundo global. A lo largo de esos días, la patronal trabajará y debatirá sobre este tema en conferencias, mesas redondas y grupos de trabajo, con importantes ponentes y conferenciantes de relevancia nacional e internacional.

¿Cómo afronta la CECE el nuevo Congreso?
Estamos en un momento sumamente interesante para la Educación. Se intuye que vienen tiempos más propicios para el acuerdo. La fragmentación política y el cansancio de la politización del debate educativo están llevando a un nuevo escenario en el que espero que por parte de todos se piense más en nuestra responsabilidad de cara a la Educación de las nuevas generaciones y menos en los intereses de grupo.

¿Por qué se ha elegido Sevilla para celebrarlo?
Cada año celebramos el Congreso en una ciudad diferente. Para esta ocasión se ofreció la Federación de CECE de Sevilla, y a todos nos pareció una excelente idea. Es una ciudad con un enorme atractivo y con unos excelentes centros educativos.

¿Qué motivo ha llevado a escoger el lema Liderazgo y excelencia en un mundo global?
El liderazgo es uno de los grandes temas en Educación. Quizá se ha puesto demasiado énfasis en lo que las leyes dicen o dejan de decir o en las dotaciones económicas, cuando los que llevamos años en Educación sabemos bien que la clave no está ahí, siendo cuestiones importantes, sino más y sobre todo en el liderazgo del profesor, de la familia, de los titulares de los centros y de la propia Administración educativa. Cuando ese liderazgo se busca y se vive por parte de todos, se enciende también el liderazgo en el alumno, pues de eso trata la Educación, de hacer a las personas líderes de su propia vida, no espectadores ni víctimas de ella.

¿Por qué son tan importantes el liderazgo y la innovación, puntos clave del Congreso?
Cuando no hay innovación lo que sucede es que la rutina invade todo. Un buen educador siempre debe albergar un espíritu de renovación, de una cierta insatisfacción con el presente, de un deseo de mejorar, de no arrellanarse, de despertarse y despertar a otros.

¿Qué ponencias destacaría de todo el Congreso?
Creo que todas las ponencias tienen gran interés, tanto por el contenido como por el nivel de los conferenciantes y, además, están dirigidas a toda la comunidad educativa.

Este año hemos cambiado varios formatos, precisamente con esa idea de innovar. Queremos reflexionar con profundidad sobre el escenario actual y futuro del sector. Queremos saber cuáles son las coyunturas de natalidad, de demandas reales de las familias, de efectividad de cada uno de los aspectos de nuestra oferta educativa. Queremos aprender a evaluar mejor, a trabajar con criterios más profesionales, a comunicar, a darnos a conocer mejor. También queremos trasladar a la Administración educativa y a la clase política, y a toda la sociedad, una imagen más real de lo que somos y queremos.

Hay una mesa redonda sobre el declive de la demografía y su efecto en la enseñanza. ¿Se está notando en los centros privados?
Desde 2008 asistimos a un declive demográfico que sin duda se ahondará en los próximos años si no hay políticas muy activas de fomento de la natalidad, como las ha habido y las hay en muchos países de nuestro entorno. El descenso de nacimientos se está notando en nuestros centros y espero que nos sirva para incentivar más aún nuestra apuesta por la calidad y el servicio a la familia.

La última mesa es sobre Educación, política y pacto por la Educación. Ahora que se acercan las elecciones generales, ¿deberían los partidos comprometerse a alcanzar un Pacto de Estado en Educación?
Por fortuna ahora todos los partidos encabezan sus programas con llamamientos al Pacto Nacional por la Educación. Eso me produce una alegría enorme. Ahora solo falta que todos, también las organizaciones sociales, seamos responsables y generosos a la hora de alcanzar acuerdos, pensando siempre en el bien de la Educación y no en otros objetivos. Pienso que las principales barreras contra ese pacto provienen de intereses ajenos a la Educación y quienes usan la Educación para lucrar réditos políticos demuestran una falta de ética notable.

¿Qué conclusiones espera sacar la CECE del Congreso?
Observo que afortunadamente hay entre nosotros una convergencia grande en nuestros análisis y en las líneas de solución que debemos seguir. El congreso será una oportunidad estupenda para poner en común todo eso y proponer unas conclusiones que, sin duda, tendrán gran importancia. Hay que hacer una apuesta clara por alejar la escuela del campo de batalla político o ideológico. Hay que hacer un esfuerzo en no ampararse en dificultades coyunturales (políticas, económicas, de natalidad, etc.) para acabar cediendo a la mediocridad. Hay que acabar con el frentismo empresa-trabajador, patronal-sindicato, pública-concertada-privada, laico-confesional, nacional-inmigrante, izquierdas-derechas, conservador-progresista, etc. Porque veo que todo eso está lleno de retóricas que contaminan los debates y quitan del horizonte la verdadera búsqueda del bien del alumno, de las familias, de los profesores, de los centros, de toda la comunidad educativa y la sociedad en general.

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