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“En España justo estamos viviendo una adolescencia del sistema educativo”

Alfredo Hernando, director de Escuela21.org y autor del libro Viaje a la escuela del siglo XXI, asegura que actualmente nos encontramos en una fase de “cambio hormonal” en la que estamos creciendo, y esto se demuestra en la gran cantidad de centros que están innovando, están haciendo las cosas de forma diferente y poniendo en práctica distintas metodologías, muchas de ellas muy disruptivas.
Adrián ArcosMartes, 16 de febrero de 2016
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Alfredo Hernando.

Alfredo Hernando Calvo es psicólogo, investigador y dirige desde 2013 el proyecto Escuela21.org. Durante dos años se ha emprendido en un viaje para conocer de primera mano las escuelas más innovadoras del mundo y que ha plasmado en el libro Viaje a la escuela del siglo XXI, publicado por Fundación Telefónica. Un trabajo del que destaca “la idea de que es posible cambiar la escuela y lograr, a través de diversos proyectos, que todos tus alumnos tengan éxito”.

¿Cómo eligió los diferentes colegios que aparecen en el libro?
Surge de una labor previa de recopilación, guiado por la admiración de esos centros. Me lancé a hacer el proyecto, a contactar con ellos y a recoger sus experiencias. Si tengo que decir por qué estos colegios y no otros, es porque han demostrado ser pioneros e innovadores en la forma de trabajar, han demostrado tener éxito y, en muchos de sus casos, han eliminado el fracaso escolar. Esa idea de que en un colegio nadie suspenda sí que es posible.

¿Tiene la sensación de que son casos aislados o realmente están más extendidos de lo que pensamos?
Yo creo que en España justo estamos viviendo una adolescencia del sistema educativo. Nos encontramos en una fase de cambio hormonal en la que estamos creciendo, y esto se demuestra en un montón de escuelas que están haciendo las cosas de forma distinta y lo están haciendo muy bien. Yo miré hacia fuera porque me parecía que era un proyecto más desafiante, pero también es interesante mirar hacia dentro. El hecho de que, a nivel mundial, diferentes escuelas en distintos países estén llegando a las mismas soluciones con el mismo éxito, quiere decir que realmente estamos progresando. Creo que hay un florecimiento de escuelas innovadoras más que de sistemas innovadores.

¿Entonces las metodologías dependen más del propio entorno o siempre pueden ser extrapolables?
La unidad de cambio de los sistemas educativos son las escuelas, y éstas cambian y mejoran en la medida en que sus claustros pueden crecer como equipos profesionales. Lo importante es ver con qué condiciones se han llevado esas metodologías en las escuelas porque, por ejemplo, muchas de los experimentos que se hacen en el Ganges tienen sentido aquí en Las Barranquillas [poblado chabolista de Madrid]. Y la forma de exportar esa metodología, fuera de esos valores socioculturales, tiene muchas posibilidades de éxito. No es un problema sociocultural, ya que el enfoque de cambio no procede tanto del sistema sino de esa capacidad de crear proyectos y experiencias de aprendizaje que sean manejables para equipos de profesores.

¿Nota que eso también está pasando aquí en España?
En España está pasando algo muy bonito, que es el florecimiento de las escuelas innovadoras. Distintos agentes, tanto públicos como privados, ya están reconociendo que hay una serie de escuelas que están haciendo cosas muy interesantes. Por ejemplo, a veces se dice que hay escuelas finlandesas aquí en España. Se pone el foco en los coles, y al mismo tiempo, nos permite entender que las experiencias de replicación pueden darse dentro del cole de distintas maneras. Es un poco inocente buscar una receta mágica que valga para todos los colegios, porque cada uno tiene diferentes alumnos con distintas necesidades y, a partir de esas necesidades y distintos equipos de trabajo, tenemos una serie de pautas por las que podemos pasar y que van más enfocadas a la teoría del cambio que con disciplinas educativas. Pero luego podemos llegar a excelentes resultados tocando distintas metodologías de distintas maneras. Yo estoy convencido de que hay colegios en Perú que tienen más que ver con colegios de Móstoles que los de Móstoles con los del centro de Madrid.

¿De quién depende ese poder de cambio? ¿Del propio centro, del profesorado, de la dirección o la Administración?
Depende del Claustro introduciendo al equipo directivo. Pero para mí la palabra grande es comunidad educativa. Al final del libro pregunto ¿qué es una escuela del siglo XXI? Es una comunidad de aprendizaje personalizado. El cambio depende de la comunidad educativa (profesores, equipo directivo, Administración y padres), en la medida en que esa comunidad educativa elige mejorar la sociedad y el mundo desde su lugar correspondiente, y el equipo de profesores, a la vez, es capaz de contagiarlo. En ese momento surge un sueño, un reto y un deseo constante de cambiar a mejor lo que estás haciendo. Y cuando se tiene un sueño, al final aparecen muchos líderes.

Me gustaría que destacara algún caso que le haya llamado especialmente la atención.
Me quedo con una forma de trabajar llamada paisajes de aprendizaje. Tiene mucho potencial y permite trabajar con distintos alumnos a distintos ritmos –con o sin digital–, es muy transversal y toca muchas áreas desde Primaria hasta Secundaria. Estamos dibujando un escenario, un paisaje de alumnos que tiene en sí un montón de actividades variadas, pero que todas dibujan el mismo objetivo y llevan al aprendizaje integrado con el contenido curricular. Hay alumnos que pueden irse por una ruta, otros por otra… Con equipos de profesores, hemos desarrollado una forma de empezar a trabajar esta metodología en los colegios, y combina muy bien con el aprendizaje basado en proyectos, ahora tan en boga pero que muchas veces cuesta ponerlo en práctica.

¿Tienen riesgo estos modelos por la falta de recursos?
Todos los colegios recogidos en el libro son públicos o tienen algún tipo de concertación. No se toca la escuela privada precisamente por la idea de que no podamos escudar el cambio en los recursos ni en las variables socioeconómicas. Todas las experiencias están integradas en los currículos oficiales, por lo que los centros son comparables con otros que están en el mismo barrio. La Administración tiene que poner los recursos al servicio de la realidad concreta de cada una de las escuelas. Yo creo que el debate en España está todavía en pañales, ya que la pregunta no es sobre el pacto por la Educación, sino cómo hacemos para que cada escuela reciba lo que necesita para tener éxito. Hay que volver a la idea de que el foco está en el cole y que la Administración ponga los cauces para que pueda lograr el éxito de sus alumnos. Que no sea a pesar de la Administración, sino gracias a ella.

¿Hay miedo a que estas metodologías produzcan un aprendizaje más superficial?
nR. Muchos docentes tienen la sensación de que si los contenidos no pasan por ellos, los alumnos no van a tener ese conocimiento profundo. Creo que este planteamiento está mal realizado porque estas nuevas metodologías están demostrando tener mejores resultados y, por tanto, se ponen a su favor. No siempre los docentes tienen que ser el foco. Es mejor dejar que los alumnos tengan su propia experiencia de aprendizaje con elementos que tú has diseñado como docente. Tú puedes explicar algunas ideas, pero ellos tienen que trabajarlo. El problema es todavía la idea del aula a la que se va a escuchar.

¿Se necesitan las TIC para innovar?
Sí, porque independientemente de que tengas experiencias innovadoras sin tecnologías, que son perfectamente viables y pueden ser igual de exitosas, es cierto que los niños deben dominar la competencia digital. Y necesitan familiarizarse con esa competencia de forma transversal y de manera concreta.

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