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Abandono, desajustes de competencias y paro limitan los avances en formación

Más del 40% de los jóvenes de 25 a 34 años ha completado algún tipo de estudios superiores, frente al 27% entre los mayores de esa edad. La tasa de abandono temprano se ha reducido en 10 puntos desde el inicio de la crisis y España muestra el segundo avance en competencias entre los jóvenes y los mayores de 55 años en el conjunto de la UE, según un estudio de la Fundación BBVA y el IVIE.
Diego FranceschMartes, 8 de marzo de 2016
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“Sin embargo, se mantiene un desfase sustancial respecto a otros países avanzados en términos de empleabilidad, abandono, competencias y desajustes educativos”, advierte el estudio.

El informe constata que “los jóvenes gozan hoy de más oportunidades educativas que en épocas anteriores y poseen los niveles de estudios más elevados de la historia de España”. El 41% de la población de 25 a 34 años ha completado estudios superiores, 14 puntos más que entre los mayores de esa edad; apenas el 12% carece de estudios obligatorios, casi 20 puntos menos que entre los mayores de esa edad.

Sin embargo, persiste un “retraso en la realización de estudios secundarios postobligatorios, a consecuencia del elevado abandono temprano”. Atendiendo al nivel máximo de estudios terminados, en España los jóvenes de 16 a 34 años con enseñanza Secundaria postobligatoria apenas suponen en torno al 30%, mientras la media de la UE es del 45% y en Alemania supera el 50%, aunque se han logrado avances durante la crisis, al reducirse en 10 puntos la tasa.
“Esa mejora –añade el estudio del BBVA– se ha derivado en parte de los efectos negativos de la crisis en la probabilidad de empleo de los jóvenes, que los incentiva a seguir estudiando”. A pesar de que se mantiene una diferencia de más de 10 puntos porcentuales respecto a la media de la UE (21,9% frente al 11,1%), aunque esa distancia era de 17 puntos al comienzo de la crisis.

El aumento en el nivel de formación de los jóvenes no ha evitado que siga siendo bajo su nivel de inserción laboral. La tasa de paro de los universitarios menores de 35 años ha llegado a situarse por encima del 20%, 13 puntos por encima de los niveles previos a la crisis, aunque por debajo de las cotas máximas de crisis previas. Entre los jóvenes sin estudios postobligatorios, el paro ha superado el 46%, muy por encima de crisis anteriores. La formación ha reducido, por tanto, el riesgo de desempleo, más que en crisis pasadas.

Junto con la mejora en los niveles de formación completados se ha producido un aumento de las competencias de la población.

Más competencias
Los resultados más recientes de las pruebas internacionales de evaluación de competencias de la población adulta (Piaac) indican que solo Corea del Sur supera a España en el incremento de competencias de la población de 16 a 24 años respecto a la de 55 a 65 años.

A pesar de ello, se mantienen diferencias sustanciales en competencias respecto al conjunto de países avanzados, incluso entre los más jóvenes. El 80% de esas diferencias pueden atribuirse al menor nivel de competencias de los jóvenes españoles a igualdad de nivel educativo completado. El 20% restante es provocado por los menores niveles medios de estudios en España con respecto a otros países.

Los españoles destacan por la escasez relativa de jóvenes que alcancen los niveles más elevados de competencias (Nivel 4 y 5): apenas un 5% del total, frente al 15% de la media de la OCDE. Por el contrario, abundan más los que no pasan de los niveles más bajos de competencias (Nivel 1 y menor que 1),, un 22,4% del total frente al 15,3% medio de la OCDE.

Desajuste con empleo
Otro problema español es el elevado desajuste entre la formación del trabajador y la requerida por el puesto de trabajo. El 27% de los trabajadores jóvenes con estudios universitarios están empleados en ocupaciones que no requieren tanta formación. Se trata de un porcentaje mayor que el de los países de nuestro entorno, aunque menor que el habitual en la última fase de expansión económica.
“La sobrecualificación –señala el informe de BBVA– está en parte ligada las deficiencias en las competencias adquiridas, y su intensidad se reduce cuando el nivel de competencias del individuo mejora”. Entre los jóvenes titulados españoles que solo demuestran niveles bajos de competencias, el porcentaje que desempeñan trabajos para los que teóricamente están sobrecualificados supera el 70%, pero en cambio es muy bajo entre los que poseen competencias elevadas. Los jóvenes titulados que solo tienen un nivel bajo o medio de representan el 92,6% del total de los que padecen sobrecualificación.

En definitiva, pese a los notables avances conseguidos, se aprecian “problemas para aprovechar eficazmente la inversión en Educación. A ello contribuyen las deficiencias en los resultados educativos, que comienzan en los niveles iniciales y persisten en los posteriores, pero también el mal funcionamiento de las instituciones laborales y el uso que hacen las empresas de los recursos cualificados, formando todo ello un círculo vicioso”, concluye el BBVA.  

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