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Pedro Poveda, defensor de la no violencia

Un film retrata la vida del fundador de la Institución Teresiana. Natural de Linares (Jaén), Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, canonizado en 2003, destacó por su defensa de la no violencia y por su labor pedagógica, cuando estalló en España la Guerra Civil.
RedacciónMartes, 1 de marzo de 2016
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La contienda sobrevino cuando llevaba 15 años establecido en Madrid, donde este sacerdote trabajaba estrechamente con educadores y los más desfavorecidos. A pesar de los episodios de violencia contra la Iglesia que acontecieron entonces, seguía aferrado a sus principios: «La mansedumbre, la afabilidad, la dulzura, son virtudes que conquistan el mundo». Decidido a dejar testimonio de su fe, aunque le costara la vida, fue detenido el 27 de julio de 1936, por milicianos, en su casa de la calle de La Alameda, cuando acababa de celebrar la Eucaristía. Se dice que no ocultó su identidad, y que afirmó «Soy sacerdote de Cristo». Y que incluso consoló a su hermano, que le acompañó, cuando le separaron de él: «Serenidad, Carlos, serenidad. Se ve que Dios, que me ha querido fundador, también me quiere mártir». A la mañana siguiente, una doctora y una profesora encontraron su cadáver en el actual cementerio de La Almudena.

El biopic, que reconstruye su vida, hace especial hincapié en la fundación de la Institución Teresiana, y en su impulso a la formación femenina, en tiempos en los que no estaba bien visto. El film ha sido dirigido por Pablo Moreno, que ya dio muestras de su habilidad para reconstruir el drama de los mártires de la Guerra Civil, en Un Dios prohibido. Raúl Escudero interpreta al protagonista, si bien en el film destaca la presencia de Elena Furiase, como Pepita Segovia, colaboradora del sacerdote.

Las mejores películas de santos

A lo largo de la historia del cine, han sido muchas las películas que han repasado las vidas de los más ilustres miembros del santoral católico. Repasamos algunos de los títulos más significativos.

En tiempos del cine mudo Carl Theodor Dreyer rodó una de sus obras maestras, La pasión de Juana de Arco, de 1928, que reconstruye el procesamiento de la Doncella de Orleáns. Su figura ha dado lugar a otros títulos, como Juana de Arco, de 1948, de Victor Fleming, con Ingrid Bergman en el papel principal, la versión de 1999, de Luc Besson, con Milla Jovovich, y la televisiva de ese mismo año, de Christian Duguay, con Leelee Sobieski.

Franco Zefirelli condensó la vida de San Francisco de Asís, en Hermano Sol, Hermana Luna, con Graham Faulkner en el papel principal. En La canción de Bernadette, la estrella Jennifer Jones interpretó a Bernadette Soubirous, pastora francesa a la que se le apareció la Virgen María en Lourdes, en 1858.

El incomparable Richard Burton dio vida a Santo Tomás de Canterbury, en Becket. Paul Scofield protagonizó uno de los mejores títulos sobre este tema, Un hombre para la eternidad, de 1966. El actor daba vida a Santo Tomás Moro, que se enfrentó a Enrique VIII por su pretensión de divorciarse de la reina.

Menos conocida, pero interesante, Thérèse, de 1986, de Alain Cavalier, con Catherine Mouchet, reconstruye el periplo de Santa Teresa de Lisieux. Margarethe von Trotta dirigió Visión, sobre Hildegard Von Bingen, que fue la actriz Barbara Sukowa. San Pedro, con Omar Sharif, cuenta la vida del personaje histórico desde la crucifixión de Cristo.

El polaco Kryzstof Zanussi glosó la vida de un ilustre héroe de la II Guerra Mundial en la angustiosa Maximiliam Kolbe. También reconstruyó la vida de otro de sus compatriotas más carismáticos, Juan Pablo II, en De un país lejano. La televisión ofreció el periplo de este último en dos partes Karol, y Karol II: El papa, el hombre.

En España, se ha rodado algún film de interés, como la popular Fray Escoba, de Ramón Torrado, donde René Muñoz fue San Martín de Porres. Concha Velasco encabezó el reparto de la memorable Teresa de Jesús. Ahora llega a las carteleras Poveda, de Pablo Moreno, donde Raúl Escudero interpreta al mártir y fundador de la Institución Teresiana.

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