Una enfermedad para el olvido en un colegio para el mejor de los recuerdos
El doctor Marcelino Cucarella, director médico del hospital, aseguró que “la integración educativa en nuestro centro se ha convertido en un elemento terapéutico más”. La existencia del colegio posibilita que se “minimice el impacto en el desarrollo de los menores en su paso por el hospital”. El doctor Luis Madero, del Servicio de Oncología, añdió que “no es un problema solo de que se curen, sino de que se curen con la mayor calidad de vida”, y en este sentido “el colegio les aporta mucho. Una parte determinante del cuidado de los niños es su escolarización”.
El trabajo de los profesionales médicos y educativos se desarrolla codo con codo, “los profesores toman decisiones con el grupo terapéutico”, por lo que “lo que conseguimos no sería posible sin ellos”, dijo orgullosa la doctora Victoria Cabellos, del Servicio de Psiquiatría. Precisamente por este motivo, es imprescindible que “los profesores que trabajan con no-sotros tengan una capacidad y una sensibilidad especial”.
La comunidad educativa
“No me gusta estar enferma, pero al ver el hospital me pareció que entraba en un Disneylandia con médicos, ¡hasta teníamos un cole para no- sotros!”, compartió Ana, una alumna actual del colegio. “Yo he tenido que ingresar varias veces, más de tres años entrando y saliendo, aunque ahora espero no tener que volver mucho más”. En ese tiempo “los profesores siempre me han ayudado haciéndome sentir especial”. Ana ganó un concurso de dibujo en el que aparecía un arcoíris. Así es como ella ve el colegio, “como un arcoíris que me da alegría, esperanza y conocimiento”.
Alicia Pérez de Osma es madre de una niña escolarizada en el “Niño Jesús”, lo que “nos ofrece la posibilidad de normalizar nuestras vidas”, dándole a su hija la oportunidad de “seguir adelante”. Si por ella fuera, “borraría la enfermedad de nuestros hijos, pero no la experiencia vital de este colegio”. Charo del Rey, directora del colegio desde hace 11 años, tiene claro que gracias a las familias, profesores y médicos “la enseñanza de calidad es una realidad en las clases”, tanto en las que se imparten en el hospital como en las casas de los alumnos-pacientes. “Los libros de escolaridad nos muestran los buenos resultados obtenidos”, defendió. Por eso “hoy también celebramosque nuestros alumnos hayan podido continuar sus estudios con garantía de éxito”.
Existe también una relación constante entre los profesores de las aulas hospitalarias y los que están en los centros educativos en los que están matriculados cada uno de los alumnos. Esta relación es fundamental para trabajar conjuntamente en el proceso educativo del alumno. Porque, como recordó Charo, la implicación de la particular comunidad educativa del cole es imprescindible, pero siempre teniendo al alumno como protagonista porque “ya sabemos que en Educación lo que es fundamental es la adaptación al alumno”.
Un poco de historia
Cada curso escolar el colegio atiende a unos 1.600 alumnos desde Infantil hasta Bachillerato, pasando por Educación Especial. En 1966 era un centro de referencia para el tratamiento de polio. Marina fue una de estas niñas que tuvo polio en los años sesenta. “Yo soy extremeña –ahora los alumnos también vienen de toda España– y cuando este colegio empezó era diferente, entonces veníamos aquí como a un colegio interno. Vivíamos aquí y en vacaciones volvíamos a nuestras casas”.
Muy emocionada recordó lo que les gustaban las clases de música con don Juan, mientras antiguos compañeros asentían entre el público. También recordó las clases de teatro, en las que Manuel, el profesor, consiguió que “físicamente nos obligáramos a hacer cosas que eran impensables”. En definitiva, “el colegio nos dio la oportunidad de hacer algo en la vida y muchos lo logramos”. Quienes asentían emocionados entre el público son parte “de la gran pandilla que hicimos y que dura hasta hoy”, explicó Marina.
Un vídeo recordó las cinco décadas de historia del colegio, hitos como el Premio Magisterio, celebraciones como el Día del Libro o la Navidad aparecen en este repaso. Como dice uno de los alumnos que pone voz al vídeo: “No sé cuántos días especiales habrá, pero aquí se acuerdan de todos. ¡Esto es un no parar!” Su paso por programas europeos Comenius en los que trabajaron con niños hospitalizados de otros países, talleres con profesionales del Museo del Prado y mucho más. En definitiva, un “un trabajo desarrollado con estilo positivo”, concluyó Charo del Rey.
