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Asturias, la excepción en una prueba en la que el 93% aprueba

Mientras el Ministerio de Educación y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) han acordado la creación de una comisión mixta para perfilar la prueba de acceso a la universidad para 2017-18, la Selectividad da sus últimos coletazos...
Pablo RoviraMartes, 19 de abril de 2016
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O no, porque la Educación vive tal incertidumbre que, pese a todos los papeles, la realidad es que hay una reforma educativa impulsada por un Gobierno en funciones que ha sido paralizada por un Congreso que quizás sea renovado para el próximo curso, mientras algunas autonomías aplican la ley, otras piden paralizarla e incluso comienzan a salir insumisas de alguno de sus puntos.

En esta tesitura, el paso de la Selectividad a una evaluación externa al final de Bachillerato, como propone la Lomce, suponen dos cambios importantes, además de la propia estructura de la prueba. Primero, que la llamada reválida será requisito para titular, a diferencia de la Selectividad. Y segundo, su carácter estandarizado para toda España. No como la Selectividad, cuyo valor es el mismo para el acceso a cualquier universidad, pero su elaboración y corrección se aplica por comunidades autónomas.

Así, en cuanto al porcentaje de aprobados, las diferencias entre autonomías rozan los 20 puntos porcentuales. En la convocatoria ordinaria, la de junio, mientras que en Canarias supera la PAU el 97,26% de los alumnos presentados, en Asturias el porcentaje baja al 78,8%. Distinto es el caso de la UNED, por las peculiaridades de su alumnado, cuya tasa de aprobados es del 72,07%. Todos datos referidos a las convocatorias de 2015 según las estadísticas publicadas recientemente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Cierto es que, quitando estos dos casos –Asturias y la UNED–, el resto de autonomías obtienen tasas superiores al 90% de aprobados en la convocatoria ordinaria de junio. Así, del 78,8% de aprobados en Asturias ya se pasa al 91,16% de Galicia o al 91,6% en el caso de la Región de Murcia.

En cambio, en la convocatoria extraordinaria, únicamente en la Comunitat Valenciana la tasa de aprobados según alumnos presentados se mantiene por encima del 90% (exactamente, 90,9%). Por su parte, Canarias mantiene una tasa elevada de aprobados del 89,27%.

Asturias continúa en la convocatoria extraordinaria siendo la autonomía con menor tasa de aprobados, en este caso del 55,68%, seguida por Cataluña, con el 70,89%. Aquí también se observa otro de los puntos de divergencia autonómica. Mientras que Cataluña ‘pierde’ casi 13 puntos porcentuales de aprobados entre una convocatoria y otra, la Comunitat Valenciana ni siquiera baja cinco puntos su tasa de aprobados en la Selectividad.

Por materias
El Ministerio de Educación también ha publicado los resultados obtenidos en cada una de las materias por comunidades autónomas y, de nuevo, la variabilidad autonómica, en principio, no tiene el por qué responder a las habituales causas de política educativa –o de la otra– con las que se suelen intentar responder estas diferencias. Así, en Inglés el alumnado del País Vasco es el que obtiene mejor calificación en la PAU, con 7,23 puntos de media, seguido por el catalán con 7,83 puntos, mientras que los últimos puestos los ocupa Asturias (5,58) y Baleares (5,92).

Por su parte, en Lengua Castellana, en primer lugar está Canarias con 7,61 puntos, seguida de Murcia (6,81), Asturias (6,55) y Cataluña (6,48), mientras que Comunitat Valenciana (6,08), País Vasco (6,08) y Baleares (5,93) ocupan los últimos puestos.

Por eso, si se intenta explicar por el bilingüismo, comunidades bilingües como País Vasco y Cataluña ocupan los primeros puestos, pero no Baleares. Y en Castellano, tres autonomías bilingües ocupan las últimas posiciones, pero Cataluña es la cuarta. Asturias es la peor en Inglés y la tercera mejor en Lengua, pero también sabemos que es la que menos fracaso escolar tiene mientras que Baleares, de las que más, y un tejido productivo anclado al turismo que es como decir a los idiomas, pese a su bajo resultado en Inglés.

Todas estas contradicciones igual pueden encontrarse en el resto de autonomías. Castilla y León y Navarra ocupan discretas posiciones (novena y décimo tercera, respectivamente) en la clasificación por nota PAU en Matemáticas; en Biología, Castilla y León está la décimo cuarta y Navarra la undécima, mientras que en Química, Navarra queda la décimo quinta y Castilla y León sube al sexto puesto. Aunque no se trata de los mismos tramos de edad, nada que ver con las posiciones destacadas sobre el resto que estas autonomías ocupan en los resultados autonómicos del Informe PISA en Matemáticas o en Ciencias.

Otro ejemplo que puede descartar prejuicios habituales: Cataluña obtiene el cuarto puesto en la materia de Historia de España.

Todas estas diferencias que parecen no correlacionar entre sí son las que en principio dan los argumentos a los promotores de instaurar una evaluación externa común para todos los territorios en España, de tal forma que no solo en el acceso a la universidad esté estandarizado el resultado y sus consecuencias, sino también su metodología y corrección.

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