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Docencia compartida como catapulta de los procesos de innovación educativa

Cada vez más centros optan por que dos o más profesores enseñen de manera simultánea en un mismo espacio. La docencia compartida o codocencia suele actuar como palanca de un profundo cambio metodológico.
Rodrigo SantodomingoMartes, 12 de abril de 2016
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Los enfoques docentes individualistas cotizan a la baja en un mundo que abraza la colaboración profesional. Interdisciplinariedad como visión holística de la enseñanza, conexión en red, evaluación colegiada… Todo anima a que los profesores retroalimenten su saber y buenas prácticas en un flujo de permanente enriquecimiento mutuo.

Sin embargo, el dogma de un profesor por aula sigue sosteniendo la estructura didáctica en la mayoría de centros. Pocos son, por el momento, aquellos que han decidido llevar su apuesta por la cooperación entre docentes hasta sus últimas consecuencias. Cierto que la codocencia (o docencia compartida) está en boga, y que cada vez más colegios e institutos se animan a explorar las posibilidades de que dos o más profesores enseñen simultáneamente en el mismo espacio sin que uno de ellos actúe como mero refuerzo. Pero haber establecido este formato como línea metodológica concreta continúa siendo el coto de una minoría.

Hace casi 15 años, el Centro de Formación “Padre Piquer” (Madrid) se convirtió en uno de los pioneros al respecto en nuestro país. La decisión de que tres profesores compartieran la responsabilidad en clases de 50 alumnos se integró en un proyecto global de renovación pedagógica que, desde entonces, sirve de senda hacia la mejora educativa. “Las aulas cooperativas multitarea (ACM) se ponen en marcha para responder a un contexto complicado: alto fracaso escolar, mucha desmotivación, gran diversidad entre el alumnado… Quisimos hacer algo nuevo, romper con la enseñanza tradicional”, comenta su director, Ángel Serrano. Otras novedades metodológicas que desde el 2003-04 acompañan a la codocencia en el “Padre Piquer” son la distribución del tiempo lectivo por ámbitos (socio-lingüístico y científico-tecnológico) o la renuncia al libro de texto.

Proceso de innovación
Dos innovaciones más (trabajo por proyectos y aprendizaje cooperativo) parecen también ir de la mano con la docencia compartida en el colegio madrileño y en otros centros como el IES “Arrecife” (Lanzarote). Hablamos casi de un hermanamiento sine qua non, una unión necesaria de elementos innovadores que evita contradicciones como, por ejemplo, que el alumno aprenda por sí solo mientras dos o tres profesores trabajan juntos. Si los docentes cooperan, lo lógico es que lo hagan también los alumnos.

En el caso del instituto lanzaroteño, su proceso de cambio metodológico (emprendido el pasado 2014-15 y reservado para 1º de ESO) se enmarca en el Proyecto Travesía impulsado por la Consejería de Educación de Canarias. Aunque el objetivo original era facilitar al alumno el tránsito entre Primaria y Secundaria, la multiplicidad de focos de innovación está permitiendo a los centros implicados acometer una reforma pedagógica de gran calado. “El proyecto nace con un planteamiento de experimentación metodológica cuyas prácticas de cambio nos permitirán, en un futuro próximo, llegar a unas conclusiones con el fin de consolidar esa forma de trabajo y transferirla a los centros”, asegura Juan Rafael Bailón, director general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa en la consejería canaria.

La codocencia suele entonces emerger como innovación indefectiblemente asociada a otras transformaciones. Difícil saber si es antes el huevo o la gallina. En cualquier caso, integrar la docencia compartida en una aventura más ambiciosa implica, más si cabe, una coordinación eficaz entre profesores. El IES “Arrecife”, que también trabaja por ámbitos del conocimiento, establece una reunión semanal entre las ocho profesoras que practican la codocencia. Allí ajustan los pormenores de la interacción docente y planifican los proyectos trimestrales en torno a los cuales se articula el ejercicio didáctico. “La docencia compartida tiene que ir acompañada de una programación compartida”, dice el director del instituto, Juan Pedro López. Encuentros similares celebran los tres profesores de ámbito responsables de cada ACM en el “Padre Piquer”.

Parejas pedagógicas
Según explica López, la Consejería propuso en principio que un DAP (docente de actualización pedagógica) apoyase al profesor titular. El “Arrecife” optó por que los dos docentes que conforman las llamadas “parejas pedagógicas” fuesen del mismo ámbito y tuviesen idéntico estatus. Simetría para favorecer los flujos entre profesores y de los docentes con el alumnado. “Corríamos el riesgo de que el DAP se viera como un intruso en el aula y de que hubiera mayor preponderancia de uno sobre otro”, apunta López.

Por el contrario, la Escola “Sadako” (Barcelona) sí asigna diferentes roles a los profesores. En Primaria, utiliza la figura del cotutor (miembro del departamento psicopedagógico que acompaña al tutor de aula) para, en palabras de su director, Jordi Musons, “garantizar que el cambio metodológico que vamos introduciendo se despliega de forma correcta, así como que existe coherencia” entre los dos tutores de aula que hay en cada curso.

El centro barcelonés reserva para 5º y 6º de Primaria una versión más avanzada de docencia compartida. Ellos lo llaman multidocencia, y congrega en un espacio amplio a los dos tutores de aula y el cotutor, que también se ocupa, explica Musons, de la “atención a la diversidad”. En opinión de Musons, todas las ventajas de la codocencia se ven ampliadas cuando son tres los profesores que enseñan simultáneamente. Beneficios tales como “un mayor autoconocimiento del profesor, una práctica reflexiva más sólida, la posibilidad de evaluar conjuntamente o la mejora en la gestión emocional del aula”.

Serrano, por su parte, cita el hecho de que “los alumnos quieran venir al instituto y disfruten aprendiendo” como el principal “efecto positivo” de su experiencia con la docencia compartida y la imbricación de esta con otros ingredientes disruptivos. También resume, en una frase, la máxima de que el todo es más que la suma de las partes: “Juntos, los profesores son capaces de hacer algo mejor que separados”.

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