La Educación como espectáculo
El Deseo utópico:
Los sistemas educativos modernos deben estar muy profesionalizados, ser cumplidores de las normas generales, transparentes en sus resultados, alejados de las polémicas políticas y personalistas, equitativos para todos los alumnos y comparables en sus parámetros con los sistemas educativos de los países del entorno.
Los órganos colegiados consultivos o de gobierno de un sistema educativo público deben destacar por su capacidad de consenso y por ser ejemplo en conseguir acuerdos entre las posturas más alejadas. Con un honrado buen hacer de las partes que eviten enfrentamientos públicos y polémicas innecesarias que pudieran hacer llegar a la sociedad una sensación de inestabilidad que afecte a la necesaria paz social que debe rodear a la escuela.
Todas la leyes educativas vigentes en un país civilizado tienen pros y contras, algunos evidentes y otros dependiendo de la ideología y las creencias personales; pero las normas se cumplen escrupulosamente y en todo caso su posible cambio, que no suele ser frecuente, se encauza por las vías y órganos democráticamente establecidos. Así mismo se evitará hacer de la Educación una punta de lanza para pretender cambios de todo el orden establecido proyectando una idea de un estado casi revolucionario de las aulas.
La Educación moderna debe fomentar en los alumnos el respeto a los demás, el juicio crítico, el autocontrol de la frustración, la responsabilidad individual, una capacidad de esfuerzo notable y una actitud solidaria con los demás. Debe evitar el acoso, el insulto, la agresión y la estigmatización de nadie. Sus profesores no desarrollan actitudes despóticas y todos los alumnos son susceptibles de ayuda y mejora.
Los responsables políticos educativos deben ser discretos, no debiendo aprovecharse de las circunstancias desfavorecidas de algunos alumnos para así convertirse en supuestos salvadores; la inequidad y la exclusión existente no deben ser causa para hacerse fotos poniéndose al frente de la manifestación. Deberán en todo caso personalizarlo cuando hayan arbitrado una solución efectiva y se quiera demostrar como buena práctica.
La tensión entre el conocimiento académico a enseñar y los métodos didácticos para su transmisión efectiva es un equilibrio coherente de mejora mutua. Los avances científicos y técnicos de las disciplinas de apoyo y sustentación al aprendizaje como la neurología, psicología, tecnología informática, sociología, pedagogía etc. son asumidos paulatinamente en el orden escolar ordinario. Los modelos escolares tradicionales pero efectivos y acumulados en años de ensayo, no deben ser rechazados gratuitamente.
Los colegios y sus profesores trabajan con discreción y constancia en la búsqueda de lo mejor para sus alumnos con la complicidad y el vínculo adecuado con los padres.
La realidad increíble:
Algunos responsables políticos autonómicos no cumplen o anuncian que no cumplirán preceptos de la ley orgánica principal vigente, haciendo llamadas a su desacato y colocando a los funcionarios dependientes de ellos en una situación irregular. Convierten lo ilegal en normal en base a que las creencias están por encima de las normas y si algo no me gusta tengo derecho a incumplir la ley.
Otros responsables políticos territoriales dicen en público que esa ley orgánica vigente no les gusta nada y que no comparten preceptos de ella para el sistema educativo, explorando la posibilidad de no aplicarlos disimulando que sí lo hacen en una vergonzosa búsqueda de su paz social individual.
Las manifestaciones y algaradas en la calle de los afectados por una ley educativa vigente que consideran injusta, hacen uso de su derecho de manifestación acusando de no legitimidad al gobierno democrático que la ha promulgado con el respaldo de los votos de los ciudadanos.
Los niños y jóvenes están aprendiendo de forma efectiva qué hacer cuando algo no les gusta, y lo harán posiblemente contra los mismos que se lo han enseñado.
Algunos profesores provocan pseudocreencias políticas en contra del sistema democráticamente establecido en alumnos que están en un estadio evolutivo que todavía no les permite tener un criterio propio real, vulnerando con ello la tutela efectiva de los padres y provocando conductas públicas inadecuadas de los niños.
Algunos responsables políticos educativos lucen proyectos inexistentes que dicen que harán y utilizan la presencia de alumnos con dificultades para que su nombre destaque debajo de la foto conmemorativa.
Hay profesores que hacen alegatos altisonantes contra los avances técnicos y científicos de disciplinas que aportan modernidad y permiten superar problemas a un porcentaje significativo de alumnos que no podrían sobreponerse por sí mismos a dificultades limitantes, ayudando además a que la mayoría de los alumnos disfruten de una Educación más moderna y eficaz. Estos profesionales recuperadores del “medievo escolar” llegan a decir que “los que valen son los elegidos” pero de los demás alumnos dicen poco o nada… toda una soflama antipedagógica que lamentablemente tiene eco en parte de la sociedad que prefiere ignorar o aceptar que la escuela siga siendo, en parte, una caja oscura de procesos y resultados.
La mayor parte de los colegios y sus profesores trabajan con discreción y constancia en la búsqueda de lo mejor para sus alumnos con la complicidad y vínculo adecuado con los padres.
La Lomce presenta áreas manifiestamente mejorables, al igual que lo fue la LOE y la Logse y la LODE y la del 70…