fbpx

“Hay que dejar de ver las drogas como un hecho y verlas como causa de algo”

Las acciones en materia antidroga no siempre han sido efectivas. “No han servido para nada las charlas informativas”, afirma Francisco de Asís Babín, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, y da las pautas del éxito dice: “Estrategia integrada, mantenida y dentro del programa del centro”.
Gema EizaguirreMartes, 21 de junio de 2016
0

El consumo de drogas y alcohol entre menores ofrece datos sorprendentes. Por ejemplo, los jóvenes consideran menos perjudicial el consumo de cannabis que de tabaco. Desde el Plan Nacional sobre Drogas consideran crucial la labor de los profesores en esta tarea de construir personalidades fuertes, que sepan decir no a esas sustancias y detectar posibles inicios.

¿Cómo se desarrollan las campañas de prevención?
Cuando se habla de prevención se tiende a simplificar, pero ésta se compone de muchos objetivos y estrategias diferenciadas según los públicos. No son lo mismo los niños que los adolescentes. La prevención en el nivel infantil es imprescindible porque, si se espera a la adolescencia, los consumos exploratorios ya se habrán realizado, entonces ya habremos perdido la posibilidad de retrasar su inicio.

Entonces ¿a qué edades y cómo se debe empezar esa labor?
Se debe comenzar a trabajar con pequeños de 7 y 8 años, para el reforzamiento de la personalidad y que, en el futuro, puedan superar la presión del grupo. Hay que empezar a trabajar con mensajes, pero no centrados en las sustancias, sino con una serie de valores, como la solidaridad y la participación con los iguales.

En los centros educativos ¿se dirigen más en alumnos de 14 a 18?
Hay una prevención inespecífica que se lleva haciendo desde hace mucho en los centros educativos dirigida más a colectivos donde está demostrado un mayor riesgo, cuando no ya, unos consumos establecidos de sustancias. La metodología parte de esa premisa de consumo y su fin es cambiar una dinámica, no prevenir un inicio.

¿Cómo ha evolucionado la prevención en los colegios?
España ha estado a la cabeza en cuanto a número de iniciativas, pero se han revelado inútiles e ineficientes, desde el punto de vista de la prevención. Se sustentaban en que alguien iba al aula y emitía cierta información. Eso no sirve absolutamente para nada. Incluso, si está mal construida la argumentación, puede ser un aliciente para la exploración de sustancias, para levantar la curiosidad.

Para que sea eficaz ¿cómo debe ser?
Hoy sabemos que para que una estrategia de prevención sea útil en el ámbito educativo tiene que tener tres condiciones inexcusables. La primera, ser mantenida en el tiempo. Debe formar parte del contenido curricular, desde una perspectiva transversal o específica, y en todos los cursos. Segundo, es fundamental que no sea una mera trasmisión de información. Tiene que ser coparticipada y, si me apuras, codiseñada por los propios alumnos, con los que se efectúe la prevención. Debe ser una estrategia muy participativa.

¿Qué personal debe impartirla?
Ese es el tercer punto. No puede ser desarrollada por “paracaidistas”, sino que debe ser parte de la estrategia del Claustro. Algunos de estos profesores tendrían que estar formados en ese tema. Está demostrado que si mantenemos una estrategia integrada, mantenida en el tiempo y como parte del programa educativo del centro conseguimos un porcentaje de resultados interesante como para que la inversión merezca la pena y para que la estrategia sea eficiente.

Desde el Gobierno central ¿cómo se promueve esto en los colegios?
Depende mucho en cada región, porque la ejecución de las políticas está en manos de las comunidades autónomas. En ocasiones, este tema está más vinculado a las acciones de la Administración sanitaria que de la educativa. Primero trabajando con el profesorado con formación académica, desde sus estudios de Magisterio. Por ejemplo, la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense oferta diversos másteres y otros títulos de menor grado a los docentes; en otros lugares también se trabaja en las escuelas de Magisterio con los futuros profesores. En todas estas escuelas hemos ido incorporando módulos de mayor o menor exigencia, en muchos casos, consiguiendo así que esa formación tenga una valoración desde el punto de vista de promoción del propio profesor, y así hacerla más atractiva.

Cómo hacer llegar estos conocimientos a todos los docentes?
Queremos transmitir esta formación a toda España de manera virtual. De momento está sin desarrollar, pero es prioritario ofrecer esta experiencia en todos los lugares. Si nosotros seguimos en el Gobierno se llevará a cabo, y si no esperamos que los que vengan lo vean como una acción útil, prioritaria y necesaria.

¿Qué tal es la disposición del profesorado a formarse en estos temas?
Las drogas hay que dejar de contemplarlas como un hecho en sí mismo y verlas como un síntoma de otra serie de circunstancias que ocurren en el centro educativo o en la familia. Desde esa perspectiva sí que interesa al profesorado, porque su propia eficacia informativa tiene que ver con el control de ese tipo de situaciones. En muchas ocasiones ese consumo te puede alertar de problemas que, como el bullying, vienen a mostrar que entre los chavales hay problemas, bien de origen social o psicológico. En muchos de los casos el consumo de drogas o alcohol no es un problema sino un síntoma.

¿Cuál ha sido la evolución del consumo de sustancias entre menores de 14 a 18 años?
A la vista de la última encuesta presentada en marzo de este año, hemos evolucionado para bien, aunque no por igual con todas las sustancias. Si miramos datos de una década, la disminución de cocaína es de un 60%; y de cannabis, el 30%. Son descensos importantes, pero hay muchas lagunas. Disminuimos el consumo de cannabis, pero no su consumo problemático; el que lo que consumen lo hacen peor. Y no estamos consiguiendo rebajar el consumo de alcohol.

¿En España somos muy tolerantes con el alcohol?
En España somos escandalosamente tolerantes. Convivimos con el alcohol desde hace miles de años y ha generado una cultura. Pero sabemos que cada vez que damos un decilitro de alcohol a un chaval, cuyo sistema central está en desarrollo, es como si les estuviéramos podando neuronas. Por lo tanto, estamos quitándole posibilidades para su futuro inmediato y pretérito, cuando tenga que rendir en un mercado laboral. A la vista de esto, está claro que tenemos que replantearnos los factores culturales, y esas ideas de que no pasa nada por consumir alcohol, que se puede realizar de cualquier manera y en cualquier momento. Y este es un debate social que debería producirse.

El tema del alcohol es un punto que destaca en el último estudio del Plan Nacional sobre Drogas.
En efecto. No es lógico que en un país en el que está prohibido por fin el consumo de alcohol por debajo de los 18 años, tengamos un 80% de chicos y chicas que al llegar a los 18 han consumido alcohol. Esto revela que hay cosas que fallan y lo hacen de manera notable. A pesar de los malos datos del alcohol, estamos un poco por debajo de casi todos los países del entorno, pero es que todos tenemos un problema con esta sustancia.

El cannabis se posiciona como el rey entre los jóvenes.
El mercado del cannabis es cada vez de mayor potencia. Los que consumen tienen más riesgo de tomar mayor cantidad de principio activo con los riesgos que conlleva. Sin embargo, ellos lo consideran, erróneamente, menos malo que el tabaco.

0