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“Para ver resultados, las tecnologías deben generalizarse”

Félix Serrano, director del Intef, advierte de que la competencia digital sigue siendo puntual y experimental, aunque asegura que las bases sí que están puestas.
Adrián ArcosMartes, 14 de junio de 2016
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¿Debe empezar la competencia digital a promoverse desde las propias organizaciones educativas?
No estoy seguro que deba de empezar, pero mientras que no sea la organización educativa la que aplique, diseñe, soporte, evalúe y movilice la competencia digital, seguirá siendo algo experimental, ocasional y no tendrá un impacto real en la Educación. Es decir, si queremos que tenga impacto, la organización tiene que implicarse.

Entiendo que la idea es que no se quede todo en algunos centros y profesores innovadores, sino que llegue a generalizarse.
Lo que se pretende es que sea eficaz. La eficacia ya no es una cuestión de que no haya recursos, docentes motivados o infraestructuras, que los hay, sino de conseguir ver al fin que hay un resultado de aplicar la tecnología en la Educación. Y para ello tiene que generalizarse, hacerse a todos los niveles y en todos los centros.

¿Cómo se encuentra actualmente la competencia digital en nuestro país?
Yo creo que está en sus inicios, y quizá un poco desigual. Uno de los primeros problemas es que la competencia digital no está incluida en el currículo de la formación básica del docente ni tampoco en el currículo básico de los centros educativos. Todavía sigue siendo relativamente puntual y experimental, aunque las bases sí que están puestas: el marco de la competencia digital del docente se desarrolló en el Intef en el año 2013 en colaboración con las comunidades autónomas y ya se está aplicando; existe el marco de la competencia digital del ciudadano y, por tanto, del alumno, que está recogido en un documento de la UE; y existe también la de los centros, en la que estamos trabajando. Lo que queremos ahora es que todas esas competencias se generalicen.

¿Tenemos todavía aulas del siglo XX? ¿Hace falta más tecnología en las aulas o darle una vuelta a la metodología?
Tenemos una buena dotación de infraestructura, de equipamiento y de conectividad. Comparativamente con otros países europeos o de la OCDE, España registra uno de los mejores indicadores de ordenadores por aula. El programa Escuela 2.0 dotó a las aulas de mucho equipamiento pero no generó impacto, porque debe haber mucha preparación de competencia digital docente, más apoyo sistémico del centro educativo y hay que trabajar más la evaluación –cada proyecto que se hace debe tener unos indicadores de seguimiento, un proceso de evaluación y de mejora continua– acompañado de un cierto reconocimiento, de un sello de centro educativo competente digitalmente. Lo mismo se podría aplicar a los docentes a través de una certificación de competencia digital de nivel básico, medio o avanzado, parecido a lo que ya existe en el ámbito de los idiomas.

¿Cómo se encuentra ahora mismo la formación digital de los docentes?
La formación básica de los docentes en España está encargada a las comunidades autónomas. En general sí que están realizando acciones –algunas más que otras– de formación en competencia digital. En el Intef toda la formación que ofrecemos se apoya en la competencia digital. Y luego tenemos cursos específicos de competencia digital docente tanto en la formación tutorizada como en los MOOC. También trabajamos nuevos métodos de enseñanza con tecnología: el Aprendizaje Basado en Proyectos, la flipped classroom, el aprendizaje orientado a la resolución de problemas… Todas estas nuevas metodologías son la base fundamental de la formación que se imparte en el Intef y creemos que es muy innovadora y que debe ser complementaria a la que ofrecen las comunidades autónomas.

Siempre existe polémica sobre si realmente la tecnología mejora la Educación en el aula.
Yo siempre digo que la tecnología, tanto en Educación como en el resto de aspectos de la sociedad, tiene dos vertientes: la tecnología como medio y como fin. En cuanto a la tecnología como medio, para que pueda ser eficaz, requiere un cambio de los procesos, y en Educación esos procesos son la metodología. No se puede seguir enseñando de la misma manera pero aplicando la tecnología, y pretender que así vaya a funcionar mejor, porque seguramente no se va a conseguir nada. Los fracasos en la aplicación de la tecnología en Educación se deben a que no se han cambiado los métodos de enseñanza. Pero también es un fin, porque los alumnos de hoy serán los ciudadanos del mañana, y el mundo del mañana va a requerir como competencia básica la preparación para el mundo digital, luego es una finalidad que sean competentes digitalmente. Además, el mundo del mañana va a requerir habilidades que en el siglo pasado no se apreciaban: pensamiento crítico, resolución de problemas, trabajo cooperativo, competencia digital pero también competencia informacional (saber vivir en un mundo global y saturado de información), y todo eso requiere ser incluido en la propia Educación.

¿Deberían también los padres ser competentes digitalmente?
Para los niños y los jóvenes, el mundo digital es el natural. ¿Qué pasa con los padres? Perciben que es algo que tiene que estar en manos de sus hijos, pero seguramente no están suficientemente preparados para enseñarles esas habilidades para usar un dispositivo de forma segura, consciente y productiva, y convertirlo así de un juguete a una herramienta complementaria a su vida. Y en muchos casos, quienes enseñan a los padres son los propios hijos, con lo cual se invierte la pirámide del aprendizaje. Al final, las familias deben seguir el camino que está siguiendo la escuela y la sociedad, y aparte de las propias ayudas del centro educativo a través de las AMPA, también deben aprender a no desconectar con sus hijos, fomentando mucho la relación con ellos en relación a los dispositivos y al mundo digital.

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