América Latina tiene niveles de aprendizaje “bajos y desiguales”
“Los niños y jóvenes latinoamericanos simplemente no están aprendiendo a niveles aceptables”, afirma el estudio que ha publicado la Fundación Santillana.
A pesar de las mejoras en algunos países, América Latina “se sigue distanciando con respecto al resto del mundo desarrollado y emergente”.
El estudio señala que “el sistema educativo no está construyendo las competencias que deben desarrollarse ni los recursos humanos necesarios para mejorar la productividad y promover el crecimiento con equidad”.
Los autores creen que “sin mejoras significativas en los niveles de aprendizaje y en el desarrollo de competencias, los crecientes niveles de escolaridad difícilmente se traducirán en mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos y es muy probable que sean una fuente más de frustración en lugar de una de progreso económico y social”.
Como solución, los autores proponen “reformas que generen cambios profundos y duraderos” con los consiguientes recursos financieros, humanos y políticos.
Desarrollo infantil
El informe propone reformas en seis áreas de política educativa para generar un cambio profundo y duradero en la calidad. La primera de esas áreas es el desarrollo infantil temprano. La idea es “sentar las bases para el aprendizaje de los niños antes de que inicien la escuela primaria con el fin de servir como pilar para mejorar el desempeño del sistema escolar latinoamericano”.
Para lograr el objetivo del desarrollo infantil y así contribuir a cerrar las brechas de aprendizaje en las escuelas, la estrategia de cambio “debe priorizar –señala el informe– la gestión de programas de desarrollo infantil de alta calidad, tanto en lo que se refiere a la Educación inicial como a los programas de atención, cuidado y estimulación de niños”.
La segunda de las áreas es la que afecta a la docencia. Según el informe, la docencia en América Latina se caracteriza “por bajos niveles de conocimiento, prácticas pedagógicas poco efectivas y serios problemas de motivación y gestión”. Para lograr la excelencia docente, el informe recomienda “pasar de una semiprofesión a una profesión prestigiada y con estándares de desempeño reconocidos”.
El estudio reconoce que “estos cambios son controvertidos, en parte porque afectan intereses creados”. Sin embargo, también indica que “un número creciente de países en América Latina han comenzado a reformar sus políticas docentes buscando crear las condiciones para que florezca la excelencia”.
En relación a cómo mejorar la docencia, el informe señala la necesidad de elaborar “una estrategia múltiple que atraiga a mejores candidatos, los prepare mejor a nivel de pregrado y de desarrollo profesional, los remunere como profesionales, y gestione y evalúe su práctica de una manera más sistemática, con énfasis en el aprendizaje de los niños como factor crítico”.
Asimismo, “el liderazgo escolar debe fortalecerse con directores mejor preparados y empoderados para gestionar y orientar a los docentes”, añade el informe.
La tercera de las áreas es la que se refiere a la evaluación de los aprendizajes. “Es imperativo tener estándares altos que fijen expectativas claras para todos (padres, alumnos, docentes, administradores)”, afirma el informe. No obstante, el texto dice que “es necesario comunicar los resultados y usarlos para la gestión en todos los niveles”.
Como aspecto positivo, el informe señala “la creciente participación en pruebas internacionales de los países de América Latina”.
