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“Detrás del libro hay cientos de miradas, de sonrisas, de historias de amor”

La periodista Lary León, autora del libro Más de 150 juegos para divertirse dentro y fuera del hospital, defiende el poder terapéutico de la risa.
Ana RosalesMiércoles, 2 de noviembre de 2016
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La Fundación ATRESMEDIA ha publicado el libro Más de 150 juegos para divertirse dentro y fuera del hospital, editado por Zenith. Escrito por la periodista Lary León, propone juegos y retos para entretener y dejar volar la imaginación de todos los niños y, especialmente, de aquellos que por diferentes motivos deben permanecer ingresados. Los derechos de autor y parte de los beneficios se destinarán íntegramente al Proyecto de Humanización de Hospitales Infantiles de la Fundación del Grupo ATRESMEDIA, que tiene como objetivo potenciar la humanización de los hospitales infantiles.

¿Cómo nace el libro Más de 150 juegos para divertirse dentro y fuera del hospital? ¿Cómo llega a la Fundación ATRESMEDIA este emocionante proyecto?
Este año celebramos nuestro décimo aniversario y pensamos que era una buena idea escribir un libro sobre la Fundación que fuera atractivo y útil. Entonces se nos ocurrió que, además, de contar la labor que realizamos durante estos años en los hospitales pediátricos de toda España, podíamos proponer a los niños ingresados, a sus familias, y amigos juegos e ideas para entretenerles. La Fundación siempre busca acciones que puedan contribuir a generar recuerdos positivos de su paso por el hospital y que tengan herramientas para normalizar y entender el proceso por el que están pasando. Así, nuestro propósito con este libro es que el juego se convierta en una “compañía” imprescindible para niños y adultos, tanto dentro como fuera del hospital.

¿Qué se van a encontrar los niños, sus familias, los voluntarios… cuando abran sus páginas?
Se van a encontrar con más de 150 ideas para desconectar, entretenerse, expresar sentimientos y juegos que nos ayudarán a conocernos, tanto si somos niños como adultos. Los padres siempre nos dicen: “Son tantas las horas que pasamos en el hospital, ¡que ya no sabemos que hacer!”.

Hay juegos y retos con palabras, con músicas, para expresar emociones, para hacer manualidades… ¿Jugar es la mejor medicina?
Eso es lo que dice Jandro en el prólogo: “No es un libro, es una medicina. Una medicina de las que curan bien por dentro. Una medicina necesaria en todos los ámbitos de la vida. Hablo de jugar, reír y compartir. Las medicinas que no deberían faltar en ninguna casa y mucho menos en un hospital”.

Los niños en el hospital están enfermos, sí, pero siguen siendo niños y necesitan jugar, reírse, aprender, ver colores, sentir alegría y, sobre todo, necesitan atención emocional.

En este libro podemos encontrar diferentes maneras de pasar las horas, que se hacen eternas en un hospital. Jugando se aprende a ser más optimista y a identificar y expresar los sentimientos. Jugar juntos, niños y adultos, creará un hilo invisible que les unirá de manera extraordinaria.

Precisamente, Jandro, colaborador habitual de El Hormiguero 3.0 de Antena 3, es el autor del prólogo. ¿Cuánto tardó en convencerle?
La verdad es que no tardó nada en decir que sí…. ¡Y eso que es uno de los hombres más ocupados que conozco! Lo nuestro fue un flechazo. Jandro conocía la labor de la Fundación con los niños hospitalizados porque, además, él forma parte, como mago solidario, de la Fundación Abracadabra con la que hicimos un divertido programa de magia para el Canal FAN3. Un día me llamó porque había pasado un tiempo en el hospital con sus hijos y allí se dio cuenta de lo importante que es la información que FAN3 proporciona a los niños. Nuestra primera colaboración nació cuando nos cedió sus famosas cámaras ocultas, de El Hormiguero 3.0. Así que cuando le propusimos prologar el libro no se lo pensó dos veces. Su introducción y sus trucos de magia han sido un regalo.

En la portada hay una frase: “Porque que sonrían también es urgente”. Usted cree firmemente en el poder terapéutico de la risa.
¡Por supuesto! Hace tiempo descubrí un proverbio chino que dice que para estar sano hay que reír al menos 30 veces al día. Tengo entendido que la risa refuerza el sistema inmunológico, activa la circulación sanguínea, fortalece el corazón, duplica la cantidad de aire que entra en los pulmones, rejuvenece los tejidos, retrasa la aparición de las arrugas faciales, es relajante y… ¡Tremendamente contagioso!

Un hospital no tiene por qué ser un lugar triste y en los momentos en los que estamos bajos de ánimo es, incluso, más necesario reír. He comprobado situaciones en las que la visita inesperada de un personaje famoso a las habitaciones de niños que estaban sin fuerzas, les servía para levantarles el ánimo de inmediato. La ilusión, la risa y el cariño, a veces, tienen un efecto tan terapéutico como el de las propias medicinas. Por eso, para nosotros, la risa y los juegos no deben faltar en la habitación de un niño hospitalizado.

¿Cuántas historias hay detrás de este libro?
Muchísimas… Cientos de historias, de miradas, de sonrisas. Papás y mamás que dejan sus trabajos y al resto de la familia por estar junto al pequeño en el hospital… Son verdaderas historias de amor.

En su infancia usted pasó largas temporadas en el hospital. ¿Aquellas experiencias despertaron su vocación o su deseo de contribuir a hacer un poco más felices a los niños ingresados?
Mi vocación desde pequeña era ser locutora de radio y de la radio pasé a la televisión. Cuando acabó uno de los programas en los que yo trabajaba de reportera, me llamó Carmen Bieger, directora de la Fundación ATRESMEDIA, para dirigir un canal que habían ideado para informar y entretener a los niños de los hospitales. Me pareció mágico el hecho de seguir en el mundo audiovisual y, en este caso, para ayudar a los niños que están, como estuve yo de pequeña, en un hospital. Hace cuatro años escribí un libro sobre mi infancia contando, precisamente, mi experiencia. Creo que haber estado muchos meses en una cama de hospital me ayuda a entenderles y me permite ayudarles ahora a entender y normalizar la hospitalización.

Una de las líneas de la Fundación ATRESMEDIA, a través del Programa de Asistencia Hospitalaria, es la humanización de los hospitales pediátricos. ¿Cómo se consigue velar por el estado emocional de los pequeños pacientes?
Escuchándoles, entendiéndoles y proporcionándoles la información que necesitan para que comprendan lo que les está pasando. Las emociones en los niños son auténticas bombas de relojería, pero en una situación de enfermedad o de ingreso están más a flor de piel.

Cuando estás en el hospital te sientes triste, apático, tienes momentos de ansiedad porque no sabes por qué estás ahí y te sientes culpable porque ves a tus padres preocupados. La humanización de los hospitales infantiles se basa precisamente en las emociones, en ir más allá del cuidado físico y sanitario del niño y tener en cuenta los sentimientos, una parte crucial, según los expertos, tanto para la recuperación, como para la eficacia de los tratamientos. De ahí que nuestro lema “Porque que sonrían ¡también es urgente!” tenga tanto sentido. Estamos orgullosos de aportar nuestro granito de arena y habernos convertido en una entidad referente y con la visión amplificada del trabajo que se realiza en los diferentes hospitales de toda España para que el paso por el hospital de los niños sea lo más amable y ameno posible.

El “cole” en el hospital
• Muy poca gente sabe que en los hospitales hay profesores dedicados a la formación de niños y jóvenes. Es importantísimo que los menores ingresados puedan continuar su proceso educativo porque la enfermedad no debe suponer un retraso en su formación. La labor, además, que desempeñan las aulas hospitalarias contribuyen a reducir la ansiedad que pueden sentir al volver a clase y repercute positivamente en el equilibrio emocional.

• Se trata de una Educación personalizada que atiende las capacidades de cada niño para que puedan superar con éxito el curso académico. Los profesores realizan también su labor en la misma habitación de pequeños pacientes que no pueden acceder a las aulas por sus especiales condiciones de aislamiento o inmovilización.

• Para los niños ingresados, la escuela es un símbolo de rutina que les ayuda a normalizar la hospitalización y los docentes les ayudan además en aspectos importantes como su autonomía, comunicación, socialización y ocupación.

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