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Ejemplo de innovación en centro educativo

Paloma Díaz SoteroMiércoles, 2 de noviembre de 2016
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El edificio de la fotografía es autosuficiente energéticamente.

Bautizado como Enegur, es una prueba palpable de la innovación y el emprendimiento en la FP vasca.

Enegur ha sido construido en (y por) el Centro Integrado de FP de Usurbil (Guipúzcoa), uno de los más punteros en Energía. Han participado 90 de sus estudiantes (de Eficiencia Energética, de Instalación y Mantenimiento y de Electricidad), y otros 40 alumnos chilenos, además de 20 profesores. Han contado con el apoyo del Gobierno vasco y de Tknika, el centro de innovación para FP de Euskadi, así como con la colaboración de 17 empresas.

Realizado a lo largo del curso pasado, es un módulo prefabricado de baja demanda térmica, construido bajo los criterios de passivhaus: bien aislado, evitando infiltraciones, y dotado de ventilación mecánica conectada a un pozo canadiense, que aprovecha la temperatura constante del subsuelo, explica Oier Aranzabal, subdirector del instituto.

El aporte térmico se completa mediante energía solar térmica y aerotermia. El eléctrico procede de una micro red de dos campos fotovoltaicos de 10 kWp y una turbina eólica de 3 kWp, ejemplo de la viabilidad del autoconsumo.

El edificio ha sido concebido como aula taller para los alumnos de Eficiencia Energética y como laboratorio o banco de pruebas para empresas que apuesten por nuevas tecnologías relacionadas con la edificación eficiente, las instalaciones eléctricas y las térmicas.

El Centro Integrado de Usurbil realiza auditorías energéticas a empresas e instituciones al formar parte de Tkgune, la red de centros de FP vascos que aprovecha el conocimiento y la experiencia acumulados por éstos, sus infraestruc- turas y sus tecnologías, para dar servicios a la sociedad.

También forma parte de la Fundación Zubigune, dedicada a hacer llegar a las pequeñas empresas la innovación y la formación de los centros de FP.

La oferta formativa de este centro es una clara proyección de la empleabilidad internacional del sector de las renovables.

Usurbil es referente de enseñanza para técnicos del sector de otros países como Chile, México, EEUU o Namibia. Anualmente forma a jóvenes chilenos en solar térmica, fotovoltaica, eólica y eficiencia energética para sus certificados de profesionalidad.

También hacen formación para trabajadores y desempleados, y a medida para empresas; incluso la parte práctica del Máster internacional de Renovables de la Escuela de Ingenieros de Navarra (con alumnos de EEUU y Alemania). Sin embargo, aún no han puesto en marcha el ciclo específico de FP por el estancamiento del sector.

No obstante, están estudiando abrir la titulación para el curso próximo: “Estamos analizando la demanda del perfil profesional en los grandes parques eólicos y fotovoltaicos, y la posibilidad de adaptar el ciclo a las necesidades de nuestro entorno, orientándolo a
pequeñas y medianas instalaciones”, explica el subdirector, Oier Aranzabal.

EL BOOM DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

El boom de la eficiencia energética

En los últimos años, la legislación ha puesto en primera línea la eficiencia energética y ha creado la necesidad de auditar y certificar empresas, fábricas, edificios e inmuebles a toda velocidad. Las grandes empresas deben realizar auditorías incluso cada cuatro años. La demanda de profesionales que atiendan tal necesidad es muy alta e irá en aumento.
“En la industria y en las empresas está empezando a calar la cuestión del ahorro energético por el ahorro de costes”, asegura Luis Orús, director del Centro de Referencia Nacional para Energías Renovables y Eficiencia Energética (Cenifer). “También se está demandando mucho la renovación y la mejora de las instalaciones públicas desde el punto de vista de la eficiencia energética”, añade el experto.

Y aquí viene la paradoja:
Los más preparados para hacer los estudios pertinentes sobre Eficiencia Energética son los técnicos superiores de Eficiencia Energética, y como tal están reconocidos por las empresas que a ello se dedican.

Sin embargo, no pueden firmar los certificados marcados por la normativa oficial. Sólo tienen validez con la firma de un ingeniero o un arquitecto, un “sinsentido” desde el punto de vista de los centros formativos que imparten dicho ciclo superior.
“Nos enseñan a hacerlo, pero no podemos firmarlo”, resume Aitor Villarroel, joven profesional titulado en Cenifer. “Hay industrias en las que podemos tardar varias semanas en hacer el estudio”, apunta Aitor. Pero lo firman otros que no han estado en el terreno.
“Nosotros damos 2.000 horas de formación centradas en eso y lo hacemos con tecnología que no tienen los arquitectos”, señala el director de Cenifer.

Oier Aranzabal, subdirector del Centro Integrado de Usurbil, subraya: “Ese título se creó específicamente para eso. Hace falta que la normativa detalle qué otros profesionales [aparte de ingenieros y arquitectos] pueden firmar los certificados”.

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