Huelga contra los profesores

Miércoles, 21 de diciembre de 2016
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Los padres y madres de la Ceapa han anunciado una campaña en la que llegan a proponer una huelga de deberes. Según una encuesta de esta confederación, se quejan, el 48% de los padres opina que las tareas afectan negativamente a su vida familiar.

El asunto de los deberes ha sido y es ampliamente debatido. Que en España hay más tareas que en otros países, que pueden llegar a causar desigualdad, que es una invasión escolar del tiempo familiar; por el contrario, que sirven para asentar hábitos y conocimientos y que no podemos estar continuamente en una sobreprotección del niño en la que se arrincona el esfuerzo individual.

Pero no quería hablar sobre el debate de los deberes en sí, sino de lo que significa esta campaña. Así, vaya por delante que no existe normativa legal que exija –ni prohiba– que los profesores manden tareas a casa, como por cierto tampoco existe obligatoriedad de los libros de texto. Es decir, los deberes como los libros, forman parte, se puede llamar, de la tradición escolar. Siendo más precisos, de la metodología que usan los docentes en sus clases.

En ese sentido, no todos los profesores coinciden en esta discusión sobre didáctica.

Dicho lo cual, los padres y madres de Ceapa –quizás inconscientemente– lo que ponen en duda y a debate es una cuestión profesional, cómo hacen los profesores su trabajo. Y dicen que así –con deberes– no quieren que lo hagan e instan a la Administración a que los prohiba/limite/regule. En suma, la huelga de deberes es una movilización contra el profesorado.

En justicia, los padres o arguyen cuestiones pedagógicas para su oposición a los deberes, o no principalmente, sino a que éstos secuestran el tiempo familiar. En ese sentido, ya que es su tiempo, tienen derecho a opinar.

También es curioso que reclamen ese tiempo para el juego de los niños, sí, pero también para que lo dediquen a otras actividades, llamadas extraescolares. Es otra de las tendencias de nuestro tiempo: las familias no exigen más al sistema educativo, sino menos, y buscan fuera de los centros y no dentro ese plus formativo más allá de lo curricular.

Esta huelga de deberes es un asunto peligroso que no habla (solo) de deberes, sino del deterioro de la primacía de docentes y escuelas en el concepto de Educación que tienen las familias.

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