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Las nuevas tecnologías que nos ayudan a tratar la dislexia

Cada vez aparecen más servicios y aplicaciones que contribuyen a identificar de forma temprana algunos trastornos del aprendizaje como la dislexia.
Adrián ArcosMartes, 17 de enero de 2017
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Son las 9’00 de la mañana y Carlos, de12 años y alumno de 1º de ESO, llega al colegio. Justo le toca Lengua a primera hora, una asignatura que, junto a los idiomas, es la que más le cuesta aprender. Todo el mundo piensa que no es buen estudiante, pero el motivo de que su bajo rendimiento es otro: Carlos es disléxico. El simple hecho de analizar una oración o leer un texto es para él mucho más difícil que para el resto de sus compañeros.

El suyo no es un caso aislado. En España, alrededor del 10% de la población tiene dislexia, lo que representa unos 600.000 niños en edad escolar. Se trata de un trastorno de lectoescritura con base neurológica, de carácter persistente y específico, que no lleva asociado ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural. Esos problemas de lectura y escritura pueden incluir dificultades para deletrear palabras, leer con rapidez o en voz alta y comprender lo que se lee. Aunque los niños con dislexia poseen una inteligencia completamente normal, este trastorno está detrás de muchos casos de abandono escolar temprano.

Aunque existen numerosos ejemplos de personas con dislexia que han desarrollado carreras de gran éxito, desde Steven Spielberg a Steve Jobs, cada año más de 10 millones de niños en todo el mundo abandonan la escuela debido a la dislexia, y la mayoría de ellos ni siquiera sabe a qué se debe su bajo rendimiento escolar. De hecho, la dislexia también recibe el nombre de “enfermedad oculta” por su difícil detección.
“En España, alrededor de 600.000 alumnos tienen dislexia y muchos de ellos ni siquiera están diagnosticados. Desde las compañías tecnológicas podemos ayudar tanto a detectar la dislexia como a mejorar la experiencia y rendimiento de estos niños”, explica Francisco Hortigüela, director de Comunicación de Samsung.

En efecto, cada vez aparecen más aplicaciones y servicios tecnológicos que ayudan a detectar la dislexia de forma temprana. Esa detección precoz no sustituye el diagnóstico necesario que debe realizar el especialista. Desde la Asociación Dislexia y Familia (Disfam) explican que “si tenemos sospechas de que un alumno puede padecer este trastorno de aprendizaje, debemos pasarle el protocolo de detección y, si se cumplen muchos síntomas, debemos derivar el caso para que se elabore un diagnóstico”. En esta asociación proponen la herramienta Prodislex, que consiste en unos cuestionarios fáciles de aplicar por el profesor que contienen una serie de cuestiones observables. Desde Disfam advierten de que “la detección precoz es realmente esencial para prevenir las secuelas emocionales, la desmotivación y el futuro fracaso escolar”.

Un buen ejemplo es la aplicación Dytective –a cuya responsable entrevistamos en la página siguiente– que mezcla juegos lingüísticos con la inteligencia artificial para detectar dificultades en lectura y escritura.

Otra aplicación para ayudar a los niños disléxicos es Piruletras (Dyseggxia en inglés), un juego que sirve para superar los problemas de lectura y escritura a través de juegos divertidos. Piruletras ofrece más de 5.000 ejercicios diferentes de palabras –2.500 en español y otros 2.500 en inglés–, cinco niveles del dificultad de ejercicios, gráficos de evolución de aprendizaje y complementos para personalizar ese aprendizaje.

“Necesitan tiempo”
Según la Asociación Andaluza de Dislexia (Asandis), “lo que estos niños necesitan es tiempo de dedicación a sus aprendizajes, y lo que ofrecen las nuevas tecnologías es precisamente un ahorro de tiempo”. Esta asociación destaca que “son niños que, en general, comprenden y aprenden los contenidos con mucha mayor eficacia si se les lee, y hoy existen programas informáticos que pueden realizar perfectamente esa tarea de leerle al niño el tema de cada día”.

Un ejemplo es DiTres, un paquete de software compuesto por tres programas: DiTex, DiDoc y DiLet. La idea de los programas es hacer que el dispositivo lea todos los textos mediante la incorporación de una voz sintética. Cada vez que el alumno utiliza el programa, leyendo y escuchando al mismo tiempo, se aplica el aprendizaje multisensorial, mejorando sus habilidades para leer y escribir y superando así el obstáculo causado por la dislexia.

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