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La joven española de Aldeas Infantiles que habló en la ONU

Yasmina Escudero tiene 19 años. Vive en Zaragoza y estudia Ingeniería Informática. Cuando tenía 7 años su madre murió y la situación en casa se complicó.
Estrella MartínezMartes, 14 de febrero de 2017
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“Además de una precaria situación económica, los cuidados de nuestro padre no eran suficientes, así que empezó a visitarnos una trabajadora social. La situación empeoró y decidieron que lo mejor es que fuéramos –su hermana y ella– a Aldeas Infantiles”, relata.

Yasmina tenía 12 años cuando se separó de su padre. A pesar de la dureza de la situación, está tremendamente agradecida a todo el personal de Aldeas y muy especialmente a quien fuera su madre SOS. Pasaron los años y Yasmina tuvo que enfrentarse a un nuevo reto: hablar ante las Naciones Unidas sobre los niños y niñas en protección. Corrían los últimos días del mes de enero cuando la joven viajó a Nueva York para participar en el Foro de Juventud del Consejo Económico y Social, que este año se celebró con la temática: el papel de la juventud en la erradicación de la pobreza y la promoción de la prosperidad en un mundo cambiante.

Cuando la escuchas hablar, intuyes que tuvo que hacerlo muy bien en su intervención, a pesar de lo difícil que debió ser porque, ¿qué se siente hablando en la ONU? “Uf, es algo muy grande. No sé, sientes como que importas algo, que te escuchan”, explica. El hecho es que “nadie sabe verdaderamente lo que pasa, nadie sabe cómo viven esos niños –los que están en sistema de protección–. Yo, por ejemplo, no sabía nada de esto hasta que tuve que saberlo, pero la verdad es que la gente conoce muy poquito. Mi experiencia con mis compañeros de clase es que cuando les digo que vivo así siempre me dicen ‘¿cómo?’, porque no tienen ni idea”. La realidad es que “la gente no sabe, si no están en el sistema de protección, no saben que existes”.

Es importante que la sociedad sepa de la existencia de estos niños “porque puede ser un hecho de discriminación”. Al desconocimiento se unen las historias particulares, bastante gratuitas, que se monta cada uno libremente cuando conoce a un niño así. “Sí, exacto”, corrobora Yasmina. “Hablas del niño o de la niña sin saber y encima piensas que está en protección por no sé qué y no sé cuántos”.

Vida adulta
Una de las cosas que fue a defender Yasmina a Nueva York fue la importancia de que exista un programa de acompañamiento de los menores en protección a la vida adulta. “Lo que conté básicamente es que igual que un padre no le dice a un hijo a los 18 años, oye, vete de casa, independízate, búscate la vida, el Gobierno tampoco debería hacerlo con los niños en protección. Somos su responsabilidad”, defiende. “Mi opinión es que se debería extender la ayuda hasta que el joven pueda valerse por sí mismo; tampoco vas a tenerla hasta los 30 años, ¿me explico?”. Y claro que se explica.

En su caso, por ejemplo, tiene la suerte de seguir contando con el apoyo de Aldeas, cosa que no le sucede a todos los niños que están en protección en España. Ella ya es mayor de edad, así que “estoy viviendo en un piso de estudiantes. El centro de Aldeas en el que estuve viviendo me ayuda, me da una beca mensual para pagar la manutención porque estoy estudiando ingeniería y compatibilizarla con un trabajo no me sería posible por tiempo. La carrera la tengo por becas y estudio ingeniería porque es lo que más me gusta”.

Otro de los puntos que defendió en Nueva York es la importancia de mantener juntos a los hermanos. “Yo tuve la suerte de ir a Aldeas Infantiles, que una de sus políticas es la no separación de hermanos”, así que “yo, en todo momento del proceso, estuve viviendo con mi hermana. Sin embargo, hay otros centros que por deficiencia económica o por lo que sea, los separan. Y, claro, un niño que sale de casa… tiene que salir de su casa por x motivos, encima que la única referencia que pueda tener, se la quiten… Por eso creo que las políticas y todo deberían ser más humanas”.

Es difícil estudiar
Yasmina defiende también la importancia de que todo menor experimente la sensación de sentirse acogido y respaldado, algo sin lo cual es difícil salir adelante. Por ejemplo, el tema estudios: “Los chicos en este tipo de programas lo de estudiar es algo que queda aparte porque tienes las típicas preocupaciones de jolín, qué va a pasar en casa o qué va a pasar cuando tenga 18 años. Todo esto que un niño normal no se preocupa en su casa, porque tiene el apoyo de sus padres y tal, un niño en un sitio de protección sí tiene esas preocupacines. Entonces es importante que se sienta acogido y a gusto para que no tenga preocupaciones y se pueda centrar en los estudios. Porque ya no es tema de que el sistema diga venga, vete a estudiar, sino de que el sistema le proporcione el apoyo suficiente para que se preocupe de estudiar y no de otras cosas”.

Por todo ello, el mensaje de Yasmina es claro, “la gente tendría que conocer más el sistema de protección y los gobiernos deberían empezar a cambiar bastantes cosas”. Se queja, por ejemplo, de que en España hay una nueva ley por la que se amplía la ayuda de los 18 a los 21 años, pero que no se aplica, por lo que, de momento, de poco sirve.

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