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Mejores Matemáticas, mejores resultados

No es habitual ver tanto entusiasmo colectivo en una clase de Matemáticas... La atención, la concentración, la expectación y hasta la ilusión pueden adivinarse en cada uno de los rostros que aguardan impacientes el siguiente reto planteado por el profesor.
Paloma Díaz SoteroMartes, 23 de mayo de 2017
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Estos niños ya han dado el salto: a todos les gustan las Matemáticas y las disfrutan. Y son españoles.

Estamos en el Colegio concertado “Edith Stein” de Madrid y el método adoptado para la enseñanza de las Matemáticas es Jump Math, creado en 2001 por el matemático canadiense John Mighton (en la página siguiente) y reconocido internacionalmente con el Premio WISE 2016.

El “Edith Stein” lo incorporó el pasado curso y ya ha podido comprobar los efectos. “Ahora es la materia que más motiva a los niños”, asegura el director, Juan Antonio Perteguer.

El resultado más sorprendente lo han obtenido con los estudiantes de 4º y 5º, donde, a esas alturas, no esperaban un cambio tan rotundo en niños que iban mal en la asignatura.

“En pocos meses los alumnos descolgados se han enganchado a las Matemáticas”, asegura el director. “Ahora son capaces de operar con soltura”. Precisamente, puntualiza, “los que estaban descolgados son los que experimentan mayor motivación”.

“Hablar matemáticas”
El colegio no tenía malos resultados en la asignatura. “Veíamos que habíamos llegado a un techo y que nos faltaba algo importante, que es que los niños interioricen bien las Matemáticas”, explica Perteguer.

Y ahí es donde apunta Jump Math. El hito que con él alcanzan alumnos y profesores es la facultad de “pensar y hablar matemáticas”, explica Miquel Paladella, director de Jump Math en España. “Cuando llegan a Secundaria, que es cuando se complica la cosa, ya lo tienen interiorizado”.

Y eso no son tablas de multiplicar. “Aquí no saber 5×8 no es un obstáculo para seguir aprendiendo”, señala.

Para conseguir esa interiorización y ese afianzamiento de la lógica matemática, el ritmo inicial es más lento del que imprime el currículum oficial porque los objetivos son otros.

“En 2º y 3º vamos más despacio y hay alguna cosa que no se da”, explica el director del “Edith Stein”. “Pero, luego, en 5º y 6º se avanza muy deprisa y se alcanzan objetivos de Secundaria”.

En 3º de Primaria, por ejemplo, no dan el logaritmo de la división y, sin embargo, todos los alumnos han sabido hacerlo en la prueba CDI de la Comunidad de Madrid.

Por otro lado, esa asimilación permite a los niños no tener que repasar un tema para hacer ejercicios o un examen.

Despegue generalizado
Los profesores del “Edith Stein” han comprobado cómo en poco tiempo se hace realidad la expectativa creada: todos los alumnos mejoran y la motivación pasa a ser colectiva.

Miquel Paladella, de Jump Math subraya:“En Pedagogía hay un peligro de aplicar métodos e ideas sin evidencias previas, pero aquí sí las hay”.

Una evaluación del método realizada en el curso 14-15 en colegios catalanes que lo habían implantado demostró que “aquéllos que habían aplicado más Jump Math mejoraron la puntuación de todos sus alumnos en 2,1 puntos”, afirman en Up Social.

El estudio, llevado a cabo por el Centro de Investigación para la Educación Científica y Matemática de la Universidad Autónoma de Barcelona, y promovido por Fundación Telefónica, comprobó “una reducción de suspensos y un incremento de notables y sobresalientes en los casos en los que se aplica Jump Math de forma intensiva”.

Más allá de la mejora de la puntuación en pruebas estandarizadas, una de las señas de identidad de Jump Math es que “no marca un techo” porque “en Matemáticas no lo hay”. “Los que van mejor no pierden motivación porque pueden seguir avanzando”, explica Miquel Paladella.

El método implica la superación de retos de manera estratégicamente escalonada. Se estimula a los niños siempre a probar con el siguiente reto. Cada uno va descubriendo por sí mismo que puede subir un nuevo escalón y también descubre su propia manera de resolverlo. La motivación personal que conlleva se contagia y pasa a ser grupal.

Pero para llegar a eso, primero es el docente el que ha tenido que abrir su mente y modificar su didáctica.

“He cambiado mi concepción de la enseñanza de las Matemáticas”, afirma Margarita Vázquez, maestra del Edith Stein. “Por ejemplo, ya no empiezo con el número”, explica. Su base es la “manipulación de materiales contables del día a día”, como simples macarrones. Son el vehículo para “interiorizar las operaciones”.

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