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Entre 2006 y 2015, la equidad educativa mejoró en 11 países, pero no en España

EEUU destaca como el país en el que más se redujo el impacto del nivel socioeconómico del alumno en su rendimiento y también en el que más aumentó la probabilidad de que estudiantes desfavorecidos rindan a un alto nivel.
Diego FranceschMartes, 13 de junio de 2017
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“La persistencia de las de­sigualdades sociales en la Educación, es decir, el hecho de que los hijos de padres adinerados y con estudios superiores tiendan a obtener mejores resultados en la escuela que los niños de familias menos privilegiadas, suele interpretarse como una característica de los sistemas educativos difícil de remediar”. Así se expresa un informe de OCDE de la serie PISA in Focus, que analiza la equidad en los sistemas educativos del mundo.

Muchos países comparten el objetivo de reducir el impacto negativo que el nivel socioeconómico de los estudiantes pueda provocar en su rendimiento escolar. PISA demuestra que, “en lugar de asumir que la desigualdad de oportunidades es una situación inamovible, los sistemas educativos pueden llegar a ser más equitativos en un periodo de tiempo relativamente corto”.

La equidad educativa se ve favorecida al eliminar los obstáculos al desarrollo del talento derivados de las circunstancias económicas y sociales que los estudiantes individuales no pueden controlar, como el acceso desigual a recursos educativos en su entorno familiar y escolar.

Uno de los medios que PISA utiliza para evaluar la equidad consiste en analizar si el nivel socioeconómico del estudiante permite explicar su rendimiento (lo que PISA denomina la fuerza de la desigualdad socioeconómica).

Las tendencias actuales en equidad se analizan mejor comparando la evolución de este indicador entre PISA 2006 y PISA 2015, dos ediciones de PISA en las que las evaluaciones se centraron en las ciencias.

Durante la última década, la equidad mejoró de forma moderada en muchos países y economías participantes en PISA. En 2006, como media entre los países de la OCDE, el 14% de la variación en el rendimiento de los estudiantes en ciencias podía explicarse por el nivel socioeconómico de los estudiantes. En cambio, en 2015, este motivo solo explicaba el 13% de la variación en el rendimiento.

Sin embargo, en países como Bulgaria, Chile, Tailandia y Estados Unidos, la de­sigualdad socioeconómica disminuyó entre seis y siete puntos porcentuales, mientras que en Brasil, Dinamarca, Alemania, Islandia, México, Montenegro y Eslovenia lo hizo entre dos y seis puntos porcentuales.

Avance meritorio
“El avance hacia una mayor equidad resulta aún más meritorio si consideramos que muchos de estos países experimentaron un incremento en la desigualdad de ingresos en este mismo periodo”, dice el informe de la OCDE.

Además, cuatro de estos países (Bulgaria, Chile, Alemania y Estados Unidos) pasaron de estar por debajo de la media de la OCDE en cuanto a equidad en 2006, a equipararse a la media en 2015.

Las tendencias en equidad también se reflejan en los “cambios en el impacto medio del nivel socioeconómico sobre el rendimiento”. Durante la última década, la diferencia media en el rendimiento observado entre estudiantes de diferentes grupos socioeconómicos se redujo en 13 puntos en los Estados Unidos y entre cinco y ocho puntos en Chile, Dinamarca, Hong Kong, México, Eslovenia, Turquía y el Reino Unido.

“¿Han impulsado las mejoras en el rendimiento de los estudiantes desfavorecidos el avance en la equidad?”, se pregunta la OCDE. Las tendencias en la “resiliencia” de los estudiantes indican que, en muchos países, así ha sido.

Los estudiantes “resilientes” son aquellos que proceden de entornos desfavorecidos y que, con todos los factores en contra, rinden a niveles altos en comparación con los estudiantes de su mismo nivel socioeconómico de todo el mundo.

Entre 2006 y 2015, el porcentaje de estudiantes “resilientes” aumentó en más de 12 puntos porcentuales en los Estados Unidos, mientras que en Bulgaria, Dinamarca, Alemania y Eslovenia lo hizo entre cuatro y nueve puntos.

Los sistemas educativos en los que la proporción de estudiantes “resilientes” se ha incrementado con el tiempo son aquellos en los que han aumentado las posibilidades de los estudiantes desfavorecidos de llegar a obtener buenos resultados.

Equidad y calidad
En este sentido, PISA llega a la conclusión de que “un rendimiento alto y una mayor equidad en la Educación no son incompatibles”. Así pues, el éxito en la Educación puede definirse como una combinación de altos niveles de rendimiento y altos niveles de equidad. De hecho, en los 24 sistemas educativos con un rendimiento superior a la media en ciencias en PISA 2015, la correlación entre el rendimiento y el nivel socioeconómico era menor que la media de la OCDE en diez sistemas.

“La aplicación de políticas para fomentar la equidad en las oportunidades y los resultados educativos no tiene que ser un lastre para el resultado medio”, dice la OCDE. PISA pone de manifiesto que, entre 2006 y 2015, el grado de desigualdad socioeconómica se redujo en nueve países que, a su vez, lograron mantener su rendimiento medio en ciencias: Brasil, Bulgaria, Chile, Dinamarca, Alemania, Montenegro, Eslovenia, Tailandia y los Estados Unidos. En estos países, la predicción del rendimiento a partir del nivel socioeconómico de los estudiantes se hizo menos fiable, mientras que el rendimiento medio se mantuvo estable.

 

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