fbpx

Hay que mejorar el acceso de la juventud vulnerable a los programas de empleo

EAPN –Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social– España ha presentado el estudio El acceso de la juventud en situación de exclusión a los programas de empleo juvenil.
Estrella MartínezMartes, 12 de septiembre de 2017
0

El informe se centra especialmente en la iniciativa europea de Garantía Juvenil y en las dificultades que los jóvenes en exclusión puedan tener para acceder a las medidas de formación, Educación y empleo.

Garantía Juvenil tiene como objetivo garantizar que los menores de 30 años reciban una oferta de empleo, Educación continua, formación de aprendiz o unas prácticas en un periodo de cuatro meses después de haber acabado la Educación formal o de haberse quedado en paro. Esta iniciativa se puso en marcha en julio de 2014 y en la actualidad hay 608.000 jóvenes inscritos en toda España, de los cuales el 29% están inactivos y el 71% en desempleo. De los jóvenes registrados, el 42% tiene Educación Primaria o primer ciclo de Secundaria, el 36% ESO, Bachillerato o FP de Grado Medio, y el 22% estudios universitarios. De todos ellos el 4% de los jóvenes tiene alguna discapacidad.

Ya que este total de jóvenes participantes de la iniciativa europea incluye a todos los tipos, Carlos Susías, presidente de EAPN España, defendió durante la presentación del estudio la necesidad de que a pesar de que está bien que estas propuestas se dirijan a todo tipo de jóvenes, es importante “mejorar el acceso de la juventud más vulnerable a los programas de empleo juvenil”.

Al hilo de las palabras de Susías, el estudio critica la falta de datos para saber realmente cuál es el impacto de la Garantía Juvenil entre los jóvenes más vulnerables, “se desconoce el número de ellos que se encuentran inscritos al programa”, denuncia el informe.

El estudio critica también que solo el 31% de las ofertas de Garantía Juvenil en España son de empleo, mientras que la media de la Unión Europea es del 70%. Garantía Juvenil ofrece en nuestro país un 53,2% de formación, un 12,1% de prácticas, un 31% de empleo y un 3,7% catalogado como otros.

Para la elaboración del estudio, además de con los datos oficiales, se ha contado con la participación de entidades sociales que trabajan con jóvenes en riesgo de exclusión, además de con los propios jóvenes. Así, aunque no se haya conseguido saber cuántos jóvenes en riesgo forman parte de Garantía Juvenil, sí se han conseguido otras informaciones como, por ejemplo, las dificultades que encuentran estos jóvenes a la hora de enfrentarse y acceder a la iniciativa: un 77,3% de los encuestados no entiende qué les ofrece el programa ni a qué se comprometen; el 43,6% tiene dificultades para completar el cuestionario de solicitud –no entienden algunas preguntas– o el 33,6% tiene reparos en contestar preguntas relacionadas con su situación socioeconómica. De lo que el estudio concluye que “las personas jóvenes en situación de pobreza y exclusión social tienen más dificultades para registrarse en la Garantía Juvenil”.

Problemas y obstáculos
La consulta a entidades sociales ha revelado también datos de interés como son los principales obstáculos que afectan a estos jóvenes en exclusión:

  • Tienen un bajo nivel de formación inicial.
  • Algunos requieren itinerarios demasiado largos que incluyen, por ejemplo, alfabetización informática, pues el 91% de las entidades consultadas afirma que el principal obstáculo de los jóvenes en exclusión para acceder a Garantía Juvenil es la falta de conocimiento y uso de las TIC.
  • La falta de autoestima, el de-sánimo que les lleva a afirmar que una iniciativa así no sirve para nada.
  • Hay escasez de empleo para jóvenes en riesgo de exclusión con poca o ninguna experiencia en el mundo laboral.

Las entidades han planteado también los principales problemas a los que se enfrentan, a los que el estudio propone una serie de soluciones:

  • No es posible ofrecerles formación “ni en contenido ni en forma”. Cuando un joven ha abandonado el sistema educativo, no parece ser lo más adecuado que vuelva a un sistema de formato similar. Por este motivo la solución que propone el estudio es ofrecer alternativas como la formación completada con prácticas. Los jóvenes dicen que quieren

acceder cuanto antes a un empleo, aunque son conscientes de la necesidad que tienen de formarse.

  • Escasez de oferta de certificados de profesionalidad de nivel 1, que son adecuados para personas con bajos niveles de formación. Las entidades defienden que se deberían incrementar no solo en número, sino también en variedad temática. Se dan situaciones como que los cursos que se ofertan no incluyen la totalidad de los módulos que se requieren para un certificado de profesionalidad.
  • Los cursos no tienen en cuenta ni el perfil del joven ni el del mercado laboral, por lo que el estudio defiende trabajar con las empresas para conocer sus necesidades, así como tener en cuenta el contexto de los jóvenes.
  • Escaso acceso a empleos, no solo por los prejuicios que tienen algunas empresas sobre estos jóvenes, sino por el tipo de empleo que se les ofrece, vinculado, por ejemplo, a empresas de trabajo temporal.

Por otro lado, el estudio resalta aspectos positivos del programa como que ha conseguido poner el foco en los jóvenes y que ofrece la posibilidad de recibir orientación laboral y formación para el empleo.

0