fbpx

“Es una gran presión para la escuela corregir las brechas socioeconómicas”

Emma García, profesora de la Universidad de Georgetown (EEUU), explica que las desigualdades educativas a edades tempranas se originan en el entorno familiar y requieren de intervenciones políticas para reducirlas con una mayor financiación y acompañamiento.
Adrián ArcosMartes, 7 de noviembre de 2017
0

Emma García es profesora de la Universidad de Georgetown (EEUU) e investigadora del Instituto de Política Económica de Washington. El pasado mes de octubre participó en un acto en Madrid organizado por la Fundación Ramón Areces en colaboración con la Fundación Europea Sociedad y Educación, en el que ofreció una ponencia sobre Desigualdad educativa al inicio de la escuela: brechas, tendencias y estrategias para abordarlas. En ella explicó el concepto de inequidad por clase social y, a partir de evidencias obtenidas en EEUU, señaló las implicaciones que acarrea para los niños y sus familias.

¿Por qué se producen brechas educativas a edades tan tempranas?
Esas brechas son muy notables cuando los niños empiezan la Educación obligatoria. Suelen producirse fuera del sistema educativo, y son muy palpables y significativas a la temprana edad de 5 años. Según los datos y la evidencia de la que dispongo, y que proviene de EEUU, se demuestra que esas brechas existen, que se han generado fuera del sistema educativo y los niños empiezan con severas desigualdades ya al inicio de la escuela.

Es decir, ¿esas brechas proceden del entorno familiar, del contexto sociocultural, del barrio en el que crece el niño..?
Según la evidencia de la que dispongo, tienen que ver con una serie de factores que se pueden agrupar por categorías: el más importante es el nivel socioeconómico de la familia. Solo ese factor explica en gran medida las brechas educativas que existen ya al principio de la escuela. Después existen otros factores como las características familiares del niño y su entorno; las actividades de estimulación y Educación temprana que los padres desarrollan con sus hijos; o el hecho de que los padres participen en la Educación Infantil.

¿Cómo se pueden corregir todas esas diferencias, vengan de donde vengan?
Esa es una presión muy difícil para la escuela. Sabemos por algunas investigaciones que difícilmente esas brechas desaparecen. Esas desigualdades de nivel socioeconómico persisten a lo largo de la trayectoria académica de los individuos, con lo cual es una presión muy fuerte para los sistemas educativos que, por la naturaleza de las brechas, requieren de intervenciones en política educativa como una mayor financiación; pero también escolares como actividades de acompañamiento, provisión de actividades extracurriculares y actividades de verano.

Un alumno que presente dificultades fuertes a una edad tan temprana, ¿está destinado al fracaso?
No. Sería un camino directo al fracaso si no pasara nada más, si a ese niño se le castigara y se le dejara desa-tendido. Pero si a ese niño se le aporta toda una serie de servicios de acompañamiento y de ayudas educativas, por supuesto que su trayectoria puede ser mucho más exitosa.

Cuando se detectan dificultades tan básicas de lectura y escritura a edades tempranas, ¿se pueden corregir antes de llegar a Primaria?
Habría que proporcionar una ayuda adicional, que para un estudiante de un nivel socioeconómico aventajado podría venir de su propio círculo familiar. Pero para una familia que no tenga recursos es muy importante que el centro o su comunidad le facilite esa ayuda de una manera indirecta. Y es muy importante que esas intervenciones se hagan lo antes posible porque unos inicios más sólidos conducirán a trayectorias más exitosas.

¿Sería partidaria, en casos extremos, de la repetición a estas edades?
No, porque la repetición per se no garantiza ninguna de estas cuestiones. Sería partidaria de que estas cuestiones previnieran prácticas de repetición, que está demostrado que no tienen un impacto positivo, más bien lo contrario.

¿Se notan también esas brechas educativas en cuanto al género?
No tanto. Sí que hay alguna pequeña diferencia de género en las llamadas habilidades socioemocionales, que tienden a favorecer algunas habilidades de comunicación y de comportamiento más estable en la niñas, pero esas brechas que notamos posteriormente en desempeños científicos son totalmente inexistentes al inicio.

Sus datos se refieren a niños a partir de 5 años, pero ¿qué ocurre en toda la etapa anterior?
Mi estudio no cubre este periodo de 0 a 5 años, pero es fundamental en el desarrollo de los niños. No es una realidad extrapolable, porque el acceso a Educación preescolar de 0 a 3 es mucho más reducido en EEUU que en España, y allí se produce una gran brecha de oportunidad, porque los niños de nivel socioeconómico más bajo tienen menos acceso a la Educación preescolar. En aquellos que sí la tienen, cuando llegan a los 5 años se nota mayor calidad e intensidad educativas y mejores resultados en las actividades preescolares. Obviamente una provisión de asistencia de 0 a 3 tiene efectos positivos, ya que, por un lado, ayuda a los niños pero también a las familias. Aquellas que disponen de esa etapa educativa al menos pueden escoger entre trabajar o cuidar del niño.

A estas edades tempranas, ¿cómo debe ser la relación entre los docentes y las familias?
Quizás en la adolescencia el niño juega un papel distinto en determinar, defender y escoger sobre su propia Educación. Pero anteriormente la relación entre los padres y los docentes tiene que ser intensa en la medida de lo posible. Y si no pudiera haber esa relación, sí que tiene que haber una serie de servicios públicos que faciliten y acompañen a los progenitores, les ayuden en entrenamientos o programas de provisión de materiales que puedan utilizar para jugar con sus hijos, o para actividades de ocio, incluso libros.

Supongo que solucionar estas brechas va más allá de lo meramente educativo. ¿Es también política social?
Sí, por eso te decía que es necesario atender a la naturaleza y al origen de esas brechas. Está claro que hay que poner en marcha actuaciones de política educativa, pero la realidad es que la naturaleza es más compleja, más amplía y más multifactorial. Insisto en que todo esto es difícil de extrapolar de un país de las características de EEUU a la realidad española, pero sí que se pueden aprender ciertas cosas y priorizar las políticas educativas combinadas con políticas sociales y económicas.

¿Se podría aplicar el término resiliencia a esta etapa?
Hay muchas cuestiones que permiten la resiliencia de alumnos que, en teoría, deberían tener unas perspectivas menos prósperas, pero evidentemente el origen y el contexto no lo es todo. Sí que hay que identificar la resiliencia como algo individual, propio del estudiante, que puede ser por habilidad, incluso a veces por cuestión de suerte, o gracias al acompañamiento que ha tenido por parte del sistema educativo, de sus profesores o del centro que han conseguido estimular el desarrollo resiliente.

¿Hay un apoyo firme por parte de las administraciones educativas en estas etapas?
En EEUU hay un movimiento que reclama ese apoyo, y algunas administraciones lo están ofreciendo. Pero, como he dicho antes, hay una ventaja de España con respecto a EEUU en el acceso a la Educación entre 0 y 6 años. En EEUU no es universal y existe mucha demanda para que los estados y el Gobierno federal, proporcionen Educación Infantil universal gratuita a las familias.

0