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El método de la ONCE para aprender braille desde la cuna

Mediante el alfabeto braille se pueden representar las letras y signos de puntuación, los números, la grafía científica, los símbolos matemáticos, la música. Es un sistema que parte de seis puntos a través de los que se obtienen 63 combinaciones diferentes.
Estrella MartínezMartes, 16 de enero de 2018
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La presencia o ausencia de estos puntos determinan la letra de la que se trata. “El braille es lo que a nosotros nos permite estar alfabetizados”, resume Andrés Ramos, director de Servicios de la ONCE. Su importancia es tal que la ONCE lleva años trabajando para desarrollar Braitico, definido por la organización como “el primer método oficial inclusivo para aprender braille desde la cuna”. Como dijo Ramos, “el método hacía falta. Tener una herramienta atractiva, lúdica, moderna y actualizada para el aprendizaje del braille”. Un método inclusivo porque pueden beneficiarse de él los alumnos ciegos y los videntes, así como los profesores, a quienes también va dirigido.

A la presentación de Braitico asistieron unos niños con discapacidad visual de diferentes edades que mostraron los diferentes materiales con los que trabajan y cómo es ese trabajo en su día a día.

La ONCE va a introducir Braitico en todas las aulas donde haya escolarizado algún alumno con discapacidad visual –en España hay 7.500 alumnos– a lo largo de este curso. Todos los asistentes a la presentación coincidieron en resaltar su carácter inclusivo, que posibilita que niños ciegos y videntes puedan compartir el mismo material de aprendizaje, facilitando que estos últimos puedan también familiarizarse con el braille.

Braitico se define como un método “desde la cuna” porque está pensado para niños de 0 a 13 años. Como apuntó Elena Gastón, coordinadora técnica, “el reto es enseñar braille a un niño que se está alfabetizando”. Por este motivo es algo más que un método de lectoescritura, pues comienza cuando el niño nace.

Cuatro módulos
Dada la importancia que las nuevas tecnologías tienen para las personas con discapacidad visual, Braitico las integra desde el primer momento. Así, las TIC se unen a cuentos, puzles, relieves en tinta y en braille, cuadernos de franela, etc.

Braitico se compone de cuatro módulos, cada uno de los cuales incluye una guía didáctica para el profesor. Un total de 400 docentes de todo el país que tienen alumnos ciegos en sus aulas podrán utilizarlas. Cada uno de los módulos incluye también un programa informático específico.

El primer módulo de se llama Manitas y comprende edades de los 0 a los 2 años –las edades son aproximadas en todos los módulos–. Como explicó Elena Gastón, se trata de “despertar el deseo por el mundo y proporcionar experiencias” en el niño. En este módulo se trabajan aspectos como la proporción de experiencias, el desarrollo sensorial, el esquema corporal y la lateralidad, la percepción sensorial, etc. El niño trabaja con objetos tridimensionales, con materiales que para él son cotidianos. En el apartado tecnológico este módulo incluye canciones.

El segundo módulo se llama A punto. Se dirige a niños de 2 a 5 años y el objetivo es iniciar un aprendizaje intencional, pasar de lo tridimensional al plano y comprender la estructura del signo generador del braille. En este módulo se trabajan el lenguaje oral, la competencia motriz y manipulativa, la competencia cognitiva, la técnica prelectora y la técnica preescritora. Ya aparece la tinta para los videntes, así, por ejemplo, los cuentos incluyen tinta y braille. En este módulo los niños todavía no usan solos el ordenador, pero sí la tableta digitalizadora junto al maestro y la línea braille, una herramienta que utilizarán toda la vida para poder usar el ordenador. Utilizar la tableta a edades tan tempranas “vemos que es útil para el propio aprendizaje del braille”, contó Gastón. A nivel tecnológico el alumno aprende a usar la tableta y la línea a través de juegos con los que trabajará además el resto de objetivos de este módulo.

El tercer módulo es Brailleo y es para niños de 5 a 8 años. Aquí el niño ya aprende a leer y escribir en braille. El alumno aprende el nombre de las letras, las sílabas, palabras, frases. Entre los materiales hay cuentos para ir descubriendo cada letra. Es el módulo en el que se aprenden también los números y signos básicos de las matemáticas. Para los números hay, por ejemplo, una baraja de cartas en tinta y braille para que videntes y ciegos puedan ir aprendiéndolos juntos. El apartado tecnológico incluye cuentos con ilustraciones sonoras, locución con efectos especiales y voces diferentes. Algo que es muy importante para que el niño pueda recrear lo que está oyendo y no sea un audio plano y uniforme.

El cuarto módulo se llama Superbraille 4.0 y se dirige a alumnos entre 8 y 13 años. En este módulo se afianza el braille. “El niño ya sabe leer, lo que queremos ahora es que sea un buen lector de braille y que la lectura permanezca en su vida”, explicó Gastón. En este módulo se trabajan la precisión, la técnica lectoescritora, la organización y tratamiento de la información, y técnicas de estudio, comprensión y velocidad. El trabajo en este módulo se realiza en el ordenador, ya el alumno pude hacerlo de forma autónoma, y con libros y papel.

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