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Cuando una niña no está en la escuela deja de ser niña

El pasado 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer, fecha que Educo aprovechó para recordar que la Educación es “la herramienta primordial para luchar contra la discriminación y la violencia que viven niñas y mujeres en el mundo”.
Estrella MartínezMartes, 20 de marzo de 2018
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Macarena Céspedes, responsable de Incidencia de Educo, aseguró que “todavía hoy las mujeres siguen contando con menos oportunidades que los hombres y, cuando las tienen, les es más difícil alcanzar sus metas”.

Nacer niña, sobre todo en un país en vías de desarrollo, es nacer con desventaja, afirman desde Educo. La organización resalta cifras como que 240 millones de niñas y adolescentes viven en la pobreza, el embarazo y las complicaciones en el parto están entre las principales causas de muerte en adolescentes, dos de cada tres víctimas de trata son chicas, una de cada seis niñas tiene que trabajar y 47.000 niñas son obligadas a casarse cada día.

En este contexto la Educación se revela como pieza clave, aunque como defienden desde Educo, una Educación que vaya más allá de la Primaria, pues si las jóvenes terminan la Secundaria, aumentan sus oportunidades de encontrar un empleo.

Las niñas tienen más dificultades que los niños para acceder al sistema educativo, en muchos lugares sigue prevaleciendo primar la Educación del niño sobre la de la niña, por ejemplo, y este acceso se complica especialmente en la etapa de Secundaria. A su vez, una mayor y mejor Educación incide directamente en el descenso de embarazos adolescentes, así como del matrimonio infantil y la violencia doméstica y sexual. Esta Educación también incide en una mejora de la salud, la nutrición, la reducción de la mortalidad infantil y la prevención del VIH. Por último, los efectos educativos se contagian a la comunidad. Las mujeres son el motor de las familias “y las principales responsables del cuidado y de la transmisión cultural a la siguiente generación”, defienden desde la organización.

A pesar de las ventajas expuestas, “cada día cientos de niñas abandonan la escuela porque sus progenitores no pueden pagar los gastos escolares”, denuncia Céspedes. También es habitual que en “algunas sociedades las familias prohiban a las niñas ir a la escuela porque así evitan que puedan sufrir agresiones sexales de camino al colegio o en los baños compartidos con los chicos”, añade Céspedes.

Becas Ella
Para combatir esta realidad Educo cuenta desde el año 2012 con el programa de Becas Ella. El objetivo principal es que niñas de entre 12 y 17 años puedan continuar con sus estudios de Secundaria. El programa cubre los gastos económicos de un curso escolar: matrícula, alimentación, materiales, transporte, etc. Gracias a este proyecto, 1.640 niñas de zonas rurales y barrios desfavorecidos de Bangladesh, Burkina Faso, El Salvador y Guatemala han podido continuar sus estudios.

Sin embargo, la idea de estas becas no es solo que las niñas prosigan sus estudios secundarios, sino que también se trabaja en su capacidad de empoderarse para que participen en sus comunidades, tomen decisiones conscientes sobre su vida, refuercen su autoestima y defiendan sus derechos. Las alumnas reciben también asesoramiento técnico, formación y sensibilización en derechos, salud sexual y reproductiva, nutrición y orientación para de-sarrollar un proyecto profesional y personal.

Las 1.640 niñas y jóvenes que se benefician de las becas se dividen en 292 en El Salvador, 126 en Guatemala, 987 en Bangladesh y 235 en Burkina Faso. Como explica Gladis, beneficiaria de una beca Ella en Guatemala, “de no haber sido por la beca, quiás yo estaría casada porque en mi comunidad las señoritas se casan a muy temprana edad cuando no tienen opción de estudiar”. Su compañera Maritza mira hacia adelante: “Ahora tengo una visión de qué quiero en el futuro. Mi sueño es que al salir de tercero básico pueda seguir estudiando para ser maestra”.

En El Salvador la tasa de homicidios ha crecido en los últimos años y afecta principalmente a los niños (87%), mientras que las agresiones sexuales afectan en un 90% de casos a niñas de entre 10 y 19 años. Según Educo, cada tres horas tiene lugar un caso de abuso sexual y se contabilizan entre 15 y 21 homicidios al día. “Mi historia ha sido bien difícil. Hace poco mataron a seis miembros de mi familia. Dejaron a un niño de 7 años huérfano. Además, fui amenazada por una mara. Querían que fuera su novia, pero yo no quería porque me gustaba ir a la escuela”, explica Virginia, beneficiada con una beca. “De unas 15 amigas que tengo, 10 se fueron del país. De las cinco que quedan solo dos siguieron estudiando, las demás se acompañaron –viven en pareja– porque pensaron que esa era la mejor opción y tienen niños”, añade Gloria.

En Burkina Faso muchos adolescentes tienen que recorrer largas distancias para ir al centro escolar, como explica Fadila, “Educo me dio esta bicicleta y paga mis gastos escolares y materiales. Con esta bicicleta me desplazo fácilmente y no llego con retraso porque en 50 minutos llego a la escuela”.

Liza, de Bangladesh, también mira hacia el futuro y muestra su compromiso con la comunidad: “Quiero estar al lado de las personas que sufren. Muchos padres creen que poner a trabajar a sus hijos es más rentable que escolarizarlos. Quiero trabajar para estos niños, que no pierdan sus sueños, y motivar a sus padres”.

Como defienden desde Educo, “cuando una niña cumple 12 años y no puede seguir estudiando corre el riesgo de dejar de ser niña antes de tiempo y ninguna niña debería dejar de serlo”.

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