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David Calle: "Todo lo que apasiona a los jóvenes tiene que ver con la ciencia"

Explicar a los jóvenes –y a los no tan jóvenes– cuántos elefantes pesa una nube, de qué color es un espejo o "qué tienen que ver el LSD y la serendipia", puede servir para fomentar la curiosidad en ellos y demostrar que "todo lo que les rodea y lo que les apasiona tiene que ver con la ciencia".
RedacciónMiércoles, 4 de abril de 2018
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Así lo ha defendido el ingeniero y profesor en Youtube, David Calle, en una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su libro "¿Cuánto pesan las nubes?" (Editorial Plaza Janés), en el cual se sirve de la ciencia para responder a algunos "sencillos" interrogantes de la vida. Nominado al Global Teacher Prize de 2017 –considerado el Nobel de la docencia–, Calle fue uno de los diez profesores del mundo más valorados para este reconocimiento, y fue "el único que no daba clases ni en colegios ni en institutos", apunta.

Considera que fue precisamente gracias a sus técnicas creativas de educación digital que quedó tan cerca de obtener el galardón, pues su canal de Youtube "Unicoos", en el que enseña matemáticas, física, química y tecnología de secundaria, bachillerato y universidad, acumula casi 150 millones de visualizaciones. "Los vídeos nunca van a sustituir a un profesor -opina Calle- pero sí ayudan, pues las lecciones se pueden parar y volver a reproducir tantas veces como se quiera", y por eso, señala, no son sólo estudiantes quienes visitan su canal, sino también maestros que ponen sus vídeos en clase o los mandan para casa.

Este profesor, que también imparte clases presenciales en una academia en Madrid, recalca que gracias a Youtube ha llegado a "millones de alumnos" y por ello la primera vez que subió un vídeo, hace ya siete años, cambió su vida. Ahora, con la publicación de su libro, pretende "adornar la ciencia" para que deje de ser vista como "solo derivadas, integrales y cálculos sobre un papel" y se conciba como "algo mucho más apasionante".

Incide en la importancia de fomentar el interés, especialmente en los jóvenes, por las "materias STEM" (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), ya que "todo lo que les apasiona –series, videojuegos, internet, Whatsapp, etc– está relacionado con estas ciencias" y "les pueden servir para que mañana sean protagonistas de estos avances". Para ello, confía en el poder de la interrogación: "el buen profesor es el que incita a los alumnos a hacerse preguntas, y por eso yo en cada capítulo dejo algunas sin contestar", afirma.

Las cuestiones a las que responde en el libro –desde si es o no posible viajar en el tiempo a cuántos megapíxeles tiene el ojo humano, pasando por qué ley física incumplen las naves de "Star Wars"– son preguntas que se ha hecho en diferentes momentos de su vida. "Muchas se quedaron en el tintero", lamenta, bien por falta de espacio, bien porque no supo contestarlas "de manera que fuera entendible", por lo que prevé una posible segunda edición.

El tema que más le gustó investigar, dice, es el de las mujeres en la ciencia, pues "aunque ya conocía algunos casos, como el de Hedy Lamarr, descubridora del wifi", al escribir este capítulo se dio cuenta de la gravedad en la "falta de oportunidades para ellas y en las injusticias que han soportado durante muchísimos años". "Hace 50 años las mujeres no se podían matricular en las materias de ciencia en las universidades americanas" y, pese a ello, "en astronomía, por ejemplo, su labor ha sido fundamental", aduce.

Incluso hoy, asevera que "cuando a un chaval no se le dan bien las ciencias se dice que 'ahora le da pereza estudiar' pero que 'ya le llegará'; en cambio, cuando a una chica no se le dan bien las ciencias, rápidamente se asume que 'será de letras' y así no se le da impulso".

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