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Escuelas Católicas presenta en Valencia la Guía para actuar frente al acoso escolar

Eva Díaz, coordinadora del documento, señala que “la Guía para actuar en caso de acoso está impregnada en la cultura de acogida y cuidado tanto de la víctima como del acosador”.
Pablo RoviraMartes, 3 de abril de 2018
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Escuelas Católicas de la Comunidad Valenciana ha presentado la “Guía para actuar en caso de acoso escolar“, un manual que, según su coordinadora Eva Díaz, “está impregnada en la cultura de acogida y cura tanta de víctima como de *assetjador”. Este documento se ha enviado a todos los centros escolares de la organización y también se puede descargar en la web porque sea utilizada por todos aquellos que quieran tener una herramienta para prevenir y trabajar contra el acoso escolar.

Para la secretaria autonómica de Escacv, Vicenta Rodríguez, esta Guía, “mira el tema con ojos de realidad. El acoso escolar hay que prevenirlo y abordarlo en los casos que suceden para erradicarlos. Desde Escuelas Católicas ofrecemos unas pautas a toda la comunidad escolar, docentes, alumnas, familias. Trabajamos para tener colegios donde prevalezca la convivencia y el buen ambiente escolar”.

Desde Escuelas Católicas se ha elaborado un material dirigido especialmente en los centros que reúne, además de medidas de prevención y sensibilización, esas otras medidas de actuación que paralelamente tiene que acometer un centro en el ámbito pedagógico, pastoral, jurídico y de comunicación desde la óptica de la cultura de la acogida y el diálogo, y que además están recogidas en un solo documento de fácil lectura.

Ámbito pastoral
Toda actuación en la escuela católica pivota en torno al proyecto educativo cristiano, que ofrece una visión específica del ser humano, de la sociedad y del mundo y ayuda al desarrollo lleno e integral de la persona, no solamente en su dimensión corporal, emocional e intelectual, sino también espiritual. La prevención explícita frente al acoso y la discriminación está en la razón de ser de los centros de Escuelas Católicas. En la Guía se sugiere el momento de la oración-meditación de la mañana para dialogar sobre estas actitudes que construyen la convivencia, desde la lectura de algún texto bíblico, cuento, etc., y para ofrecer algún rato de silencio para la meditación y reflexión. También hace falta visibilizar en el centro la política de tolerancia cero y plasmar estos valores evangélicos en actividades y mensajes atractivos en aulas y pasillos.

En el ámbito pedagógico es importante distinguir entre la violencia puntual, la discriminación y el acoso escolar, o comprender como se relacionan entre si, para poder ayudar y poner en marcha las medidas adecuadas.

La Guía tampoco se olvida del agresor porque también él necesita ser acompañado. Los agresores suelen tener pensamientos distorsionados, habilidades manipulativas o impulsividad, así como escasos recursos..

En el ámbito jurídico, la Guía empieza para aclarar el concepto de acoso, puesto que no todos los conflictos de convivencia que se viven en un centro son casos de “acoso escolar”. En este sentido se pronuncia la Fiscalía General del Estado, en su Memoria 2016, en la cual critica el tratamiento mediático que se da a estos temas, “con un enfoque banal, y en la cual también subraya que el elevado aumento de las denuncias de violencia entre iguales en colegios se debe de a la profusión de noticias relacionadas con algunas de estas conductas. Este clima hace que en las comunidades educativas se utilizo en ocasiones el término “acoso escolar” indiscriminadamente, y no siempre se confío en el buen hacer de los centros, cuando el marco educativo, y no el jurisdiccional, es lo más adecuado para solucionar los conflictos de convivencia en los centros, generalmente.

Ámbito de comunicación
En la Guía se recoge que en cualquier de las crisis a las cuales se puede enfrentar un centro hay que perder el miedo a comunicar, independientemente de si el asunto tiene o no un reflejo en los medios. Contar con un Plan de Comunicación de Crisis que resuma la estrategia de gestión de crisis y la manera de comunicarla, es básico.

En dicho es necesario hacer una investigación y recopilación de datos; valorar el alcance de la crisis; identificar a los públicos afectados; fijar unos objetivos de comunicación; elaborar mensajes basados en la transparencia y veracidad; designar un portavoz; emplear los instrumentos y herramientas comunicativas necesarias. Además es importante hacer un seguimiento de la crisis y una evaluación crítica posterior en la cual analizar como se ha actuado y cómo ha quedado la imagen del centro ante los acontecimientos. Con el objetivo de paliar futuras crisis será fundamental también la formación y la concienciación. La Guía insiste que de la comunicación que se hace de la crisis dependerá la percepción y recuperación de la confianza por parte de la comunidad educativa.

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