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Los padres deben evitar la permisividad y la sobreprotección de sus hijos

El WellbeingHub del British Council School es un proyecto que surge para concienciar sobre la importancia de la gestión emocional en los niños y trabajar junto a padres y expertos en su difusión y conocimiento.
Beatriz Gámez JareñoMartes, 10 de abril de 2018
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En el III Wellbeing Weekend 2018, organizado por el Colegio Británico en Madrid, se recogieron las recomendaciones para impulsar la Educación emocional en los colegios. La jornada contó con la presencia de María Jesús Álava, psicóloga y escritora, y de Javier Urra, psicólogo, terapeuta y primer defensor del Menor en España. Además de reunir a alumnos, padres, educadores y profesionales de la Educación. El evento se enmarcó bajo el lema Los valores que les inculques hoy, son las semillas para su futuro. Los expertos recomiendan no perder la capacidad de observación y alertan de las consecuencias de la sobreprotección infantil por parte de los padres.

La Educación emocional es un concepto muy amplio y difícil de definir. Álava explicó que se trata de un proceso constante, cuyo fin último es el autodescubrimiento y desarrollo del área del desarrollo cognitivo. Por tanto, la Educación emocional es una tarea que engloba tanto a los padres como a los profesionales y educadores. El éxito residirá en la buena coordinación de todos ellos y de la interacción del educando con su entorno. Los niños no nacen preparados para afrontar las dificultades emocionales, ya que les cuesta identificar sus propias emociones, expresarlas, buscar puntos de encuentro y entendimiento, etc. Así pues es crucial potenciar la gestión de conflictos, manejar la frustración y que sepan elaborar un pensamiento autónomo. Para impulsar la Educación emocional en las aulas, los docentes deben planificar una serie de actividades y vivencias que les faciliten el desarrollo de las competencias emociona-les, cognitivas e intelectuales. Como, por ejemplo: crear un espacio de reflexión individual y grupal cada día o proponer asambleas. Todo esto, siempre desde la confianza y el respeto entre los compañeros.

Por otro lado, los adultos, en ciertas ocasiones, no saben gestionar sus emociones y por ende muchas veces los padres no saben cómo resolver las diferentes situaciones que se les presentan con sus hijos. “Estamos sometidos a tanta presión que la proyectamos en los niños cargándoles de actividades para que estén preparados el día de mañana en un mundo competitivo, y se nos olvidan principios básicos que son los que harán que puedan desenvolverse en él y sean mejores personas”, explicó Álava. Por eso los niños necesitan una serie de pautas y normas claras para que en el futuro puedan enfrentarse a las dificultades y frustraciones de la vida.

Los adultos deben saber en qué momento las cuestiones son negociables y cuándo no, ya que ante un comportamiento inadecuado tiene que haber una consecuencia rápida y clara; tienen que evitar la permisividad y la sobreprotección. A los niños no se les puede dar todo lo que piden a cambio de nada, puesto que si lo tienen todo no valorarán el esfuerzo que cuesta conseguir las cosas y terminarán por no valorar a las personas. En este sentido Urra recalcó: “Estamos dejando de ser ciudadanos para ser consumidores. No educamos en la generosidad, sino en la posesión, en que lo mío es lo importante, y esto es muy preocupante. Debemos enseñar a los niños a ser empáticos, a convivir, a verse en los ojos de los demás y a colaborar”. También es necesario enseñar a los niños a manejar la frustración y que entiendan que las cosas cuestan esfuerzo.“Queremos que nuestros hijos sean árboles, pero no les preparamos para vivir en un mundo complejo y duro en el que además conviven con otros. Estamos haciendo una sociedad de bonsáis frágiles, con ramas que se rompen ante la mínima inclemencia porque les damos todo sin exigir nada y esto produce que haya un índice de insatisfacción brutal en los adolescentes, que están perdidos y sin objetivos”, explicó Urra. Por eso, Álava subrayó la importancia de la autonomía en los niños: “Debemos enseñarles a relacionarse con los demás, a tener un pensamiento lógico y esto implica dejarles libertad para hacer las cosas que saben hacer y para solucionar también sus conflictos”.

Finalmente, la directora del British Council School, Gillian Flaxman, señaló que la Educación emocional es clave para que el día de mañana tengan la resiliencia suficiente para adaptarse a los cambios de la sociedad actual.

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