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“Es un reto importante pasar de una visión disciplinar a una de habilidades”

Miguel Barrero asume la dirección de Educación en la Fundación Santillana. Este profesional apuesta por la inclusión de las nuevas habilidades y competencias en la formación de los futuros ciudadanos del siglo XXI y en los currículos.
Ana G. BarronesMartes, 22 de mayo de 2018
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Desde el pasado día 1 de abril, Miguel Barrero asumió la dirección de Educación de la Fundación Santillana, ocupando el puesto de Mariano Jabonero. Barrero es un profesional de gran experiencia en el mundo educativo y editorial, tanto español como iberoamericano. Se licenció en Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid, y dedicó dos años a la docencia, a continuación empezó a trabajar en el sector editorial. En enero de 2018 fue nombrado presidente de la Asociación de Editores de Madrid y, además, es vicepresidente en la Federación de Editores de España, paralelamente con su cargo de director global de I + D + i de Editorial Santillana.

¿Qué le gustaría destacar en su línea de actuación como director de Educación en la Fundación?
En este momento la reflexión y el debate educativo están en el nuevo paradigma de la Educación del siglo XXI y considerar las habilidades y competencias del ciudadano del siglo XXI. Si nos planteamos en qué competencias y habilidades queremos educar al ciudadano de este siglo nos estaremos planteando un nuevo perfil de educando y derivadamente, qué metodologías, qué evaluación, qué organización de centro, qué cultura escolar, qué horarios…

En el paradigma actual la Educación tiende a la digitalización. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?
Relativamente. Yo creo que hemos pasado tres etapas en los últimos 10 o 15 años, ya que la Educación ha estado sometida más que nunca a grandes “conmociones”. La primera de ellas fue la tendencia hacia los resultados que instaló PISA. Después llegó la tendencia de las nuevas tecnologías, que más o menos el mensaje que nos daba era: o entra la tecnología en la escuela o el paradigma de la escuela está muerto. Yo creo que esta tendencia tiene un defecto de base y es que no hay una reflexión educativa, solo es la tecnología por el valor de la tecnología en sí misma. En tercer lugar, creo que el momento actual sí está completo. En términos puramente educativos se plantea qué tipo de Educación necesita el mundo hoy, y ahí aparece la tecnología como una herramienta. Creo que debería evitarse un fenómeno pendular. Es decir, durante unos años se potenció la tecnología como el gran impulsor del cambio educativo y ahora hay una reflexión puramente educativa. La tecnología se ve como un instrumento, de un potencial enorme, pero que es una herramienta, no una finalidad en sí misma; y el objetivo no es tecnificar la escuela sino tecnificar la Educación en la medida que nos aporte productividad y eficiencia, si no, no tiene sentido.

La Fundación Santillana ofrece recursos para docentes ¿destacaría alguno?
La Fundación trata de hacer dos cosas en su política de publicaciones. Por un lado tenemos una relación muy emblemática con la OCDE y su publicación anual, que es muy relevante para nosotros y creemos que para el mundo educativo. Se trata del Panorama de la Educación. Después de muchos años no deja de ser un referente en cuanto a prácticas educativas. La segunda línea de publicaciones, que seguimos de forma continua, son todos los documentos que realizan expertos de primer nivel y respaldan los seminarios que realizamos en España, Brasil, México, Chile, Perú, Colombia y Argentina.

¿Cree que los recursos digitales priman sobre el papel ?
No, creo que en este momento el tema papel-digital está superado en la práctica. Creo que, ahora mismo, es una cuestión de pertinencia, es decir, qué me aporta el papel o qué me aporta lo digital, dependiendo del objetivo educativo que tenga. Insisto en la fase inicial de la tecnología, que ya ha sido superada, y en este momento lo que establece el uso de un formato u otro es su oportunidad o su pertinencia educativa. Por ejemplo, si quiero afrontar un proceso de evaluación, sin duda lo digital tiene más prestaciones de eficiencia y productividad que el papel. Para aprender o enseñar, depende de la pertinencia y de la oportunidad de cada uno.

En cuanto a la Educación española. ¿Qué sería lo más importante de tratar en las aulas?
Creo que el gran reto actual en España está en un intento por incorporar las habilidades y las competencias del siglo XXI al currículum o programa de contenidos. Hay que superar el planteamiento puramente disciplinar, en el sentido de áreas científicas, y dar entrada en los programas de estudio a las habilidades y competencias. En ellas entran desde el emprendimiento hasta la creatividad y la capacidad de trabajar en equipo. Es decir, incorporarlas de forma sistémica y no ocasional, de manera que sean programables desde un punto de vista didáctico, que tengan sus tiempos, su espacio lectivo. El objetivo es incorporar esas habilidades y competencias del siglo XXI que ya están siendo demandadas desde el mundo profesional y laboral hasta las instituciones como la Unesco y la OCDE. Para mi es un reto muy importante pasar de una visión disciplinar de contenidos a una visión de habilidades y competencias, y dar a estas habilidades que normalmente han sido subsidiarias de las disciplinas un papel de asignatura.

¿Cuál cree que es actualmente el mayor reto para los docentes?
Creo que es el paradigma de la Educación que requiere la sociedad de internet y del conocimiento. Hay que formarse en cómo enseñar y difundir los nuevos contenidos y asumir derivadamente que cambia profundamente el rol de la escuela. La escuela ya no es una transmisora de conocimientos sino que tiene que adoptar un rol de monitorización, de tutelaje, de seguimiento y de atención a las diferencias individuales.

En cuanto a la Nueva Agenda Educativa 2030 propuesta para América Latina…
Estamos totalmente alineados con la Agenda 2030. Incluso hemos realizado publicaciones sobre ella. Lo que la Fundación querría aportar es tratar de compensar un efecto que creemos que se está produciendo, y es que hay una cierta colonización del debate educativo, es decir, parece que está colonizado por aquella geografía que en PISA ha resultado exitosa desde el punto de vista didáctico, y que se concentra básicamente en la geografía escandinava y asiática. La Fundación querría aportar una reflexión puramente latinoamericana.

¿Deberían exportarse sistemas educativos exitosos?
No es tan fácil, ni tan realista, ni siquiera tan deseable exportar las experiencias de Finlandia o de Singapur a Perú o a Colombia. Hay que hacer una reflexión de las prácticas y de las lecciones que nos dan para sacar un partido real a donde se exporten. Por ello, un papel fundamental de la Fundación en los próximo años va a ser aportar el pensamiento y la voz latinoamericana a un debate, que desde mi punto de vista, está siendo demasiado global y demasiado colonizador.

En cuanto a las líneas de trabajo para mejorar la inclusión educativa y las competencias para el siglo XXI. ¿Podría adelantar algún proyecto futuro?
Dentro de nuestro ámbito geográfico en Latinoamérica y del contexto internacional, ya se han consolidado fases muy importantes como la universalización de la Educación. Probablemente los retos que vengan de cara al futuro serán una mayor inclusión educativa y, por otro lado, la personalización de la Educación. Hemos pasado de la universalización a la inclusión y personalización de las prácticas educativas. Este sería el gran reto y el gran desafío de cara al futuro en Latinoamérica.

 

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