fbpx

“Hay que intentar minimizar el yo y educarse mucho más en el tú, en el otro”

Javier Urra participará en EducaInnova, que se celebrará en Castellón en el Colegio San Cristóbal, con una ponencia sobre la Educación para el mañana. Innovación educativa más allá de nuevas metodologías o TIC en el aula.
Estrella MartínezMartes, 8 de mayo de 2018
0

Castellón será escenario el 2 de junio de la II Jornada de Innovación Educativa EducaInnova organizada por el Colegio San Cristóbal. Javier Urra, doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, pedagogo y Primer Defensor del Menor, participará en el encuentro con una ponencia titulada Educar hoy para el mañana.

¿Hay que educar pensando en el futuro y no en el presente?
Los niños no son el futuro, los niños son el presente y los adultos somos lo que quedó del niño que fuimos. Hay que educar para una sociedad donde va a haber mucha traslación de la población, donde se va a vivir muchísimos años, donde va a haber mucha incertidumbre y duda, donde el 75% de nuestros jóvenes se van a separar y, por lo tanto, hay que educar en lo que es la ruptura; donde las nuevas tecnologías serán de verdad nuevas tecnologías, pero no debemos de perder el contacto con la naturaleza, pues somos animales. Y sigo con lo que yo entiendo como valores y virtudes, como es el trabajo bien hecho y humilde, el verdadero sentido del humor, la esperanza. Y en ese educar para el futuro quiero plantear preguntas sobre la trascendencia de la vida, sobre lo esencial de la vida. Educar para el mañana es educar para alcanzar un bienestar dentro de lo que es el ser humano con los accidentes, el sufrimiento, el dolor, las pérdidas, desengaño, etc. Es decir, no pidiéndole a la vida más de lo que la vida puede dar. Por tanto, educando en aceptar la frustración, educando en saber digerir las gratificaciones. Creo que eso son labores de la escuela, de los padres, de los medios de comunicación, de la ciudadanía.

No es muy común hablar sobre la necesidad de educar sobre la trascendencia de la vida, ¿a qué te refieres?
El ser humano es un ser animal evolucionado que muchas veces es racional, pero que, generalmente, es emocional. Por tanto, tiene que saber, tener cortafuegos de sus conductas. El ser humano puede ser o no religioso, esto es una decisión personal, pero yo creo que en la Educación de los niños es esencial trasladar ese principio de trascendencia. La trascendencia es mirar un día las estrellas, sentirse parte del cosmos y hacerse alguna pregunta que quizás no tenga respuesta. La trascendencia es saber de la angustia del ser humano por la nada. Es decirle a los niños que es posible que mueran o que los seres que quieren mueran antes que ellos.

¿Esta trascendencia está relacionada de alguna manera con el perdón del que tambíen hablarás en tu ponencia?
Me parece que el perdón es una posibilidad del ser humano: perdonarse y dejarse perdonar. Este concepto del perdón me parece muy importante, pero también me parece muy esencial el sentirse concernido, el sentimiento de culpabilidad cuando las cosas se hacen mal. Esto que hemos dado en llamar la empatía, ponerse en el lugar de otro. Me parece que educar para el futuro es educar en el respeto intergeneracional, es buscar del lenguaje, de la re-
flexión, del silencio.

En la ponencia también te referirás al concepto del tú como parte de esa Educación de hoy para el mañana.
El ser humano somos muy subjetivos y por eso todo lo filtramos desde nuestras creencias, desde nuestra psicohistoria, desde nuestro posicionamiento de vida y todo eso nos hace creer que es real y que es verdadero lo que nosotros decimos, y eso no es así. La vida es un conflicto con uno mismo, con los seres que más queremos. La gente se asusta porque en política siempre estamos discutiendo, pero es que el sistema está hecho para discutir. Por eso hay alguien que gobierna y otro que está en la oposición. En el ámbito de la justicia está la figura del fiscal y del abogado. El sistema es de contrapesos. Sabedores de todo eso, el criterio de Javier Urra es que es muy importante conocernos a nosotros mismos, el frontispicio de Delfos, pero yo creo que hay que conocerse a uno mismo en los ojos del otro. Por lo tanto, mi opinión es que cuando uno se mira a un espejo, se distorsiona, no se ve exactamente como es porque se ve desde sus propios ojos. Y lo importante es el tú. Lo importante no es la entrevista que tú me estás haciendo, lo importante no soy yo en la entrevista ni tú que me haces las preguntas, lo importante son los lectores a los que no conocemos, que además ellos van a reinterpretar lo que yo he dicho y lo que tú transmitas. Eso es esencial, si tú estás dando una clase lo importante es el tú, son los alumnos. En la vida hay que intentar en lo posible minimizar el yo y educarse mucho más en el tú, en el otro. Me parece que esa es una posición difícil de conseguir, pero por lo menos hay que dar pasos hacia allí.

Es curioso tratar todos estos temas cuando se habla de innovación educativa. Normalmente se tiende hacia metodologías, TIC, ¿hay tantos campos en los que se pueda hablar de innovación?
Muchos. Yo creo que la innovación educativa es un hacer partícipes a todos, es decir, la idea del maestro que daba unas clases solo magistrales me parece que se debe compartir, no hay que eliminarla, pero nuestros chicos también son muy visuales y, por lo tanto, las llamadas nuevas tecnolo-gías hay que desarrollarlas. Hay que desarrollar mucho el trabajo cooperativo, en grupo. Hay que trabajar mucho y yo creo que eso es una innovación en trabajar lo distinto. Lo distintos enriquece, de esto se habla mucho. Aquí se acepta mucho la homosexualidad, la transexualidad, al que viene de otros lugares y pertenece a otras razas. Yo no creo que eso sea verdad. Yo no creo que a la gente nos guste lo distinto y hay que trabajarlo mucho en ese juego que decíamos del yo y el tú para convertirnos en nosotros. Para mí innovación educativa es poner antídotos, vacunas contra la violencia de género, por ejemplo. Eso supone educar, en la ruptura. Eso supone que cuando te lleven la contraria, no pases inmediatamente a una conducta violenta. Pero eso hay que hacerlo, eso no es hablarlo, decirlo, razonarlo, eso es ponerse a hacerlo en la escuela. Por tanto, innovación educativa pero para quién, para qué, con qué objetivos.

Llevamos ya mucho tiempo hablando y escribiendo de innovación, ¿crees que sigue siendo necesario hacerlo?
Siempre, porque la sociedad cambia. Innovar entendido como ponernos adaptados y flexibles a los nuevos cambios, a las nuevas realidades, a los planteamientos. La sociedad se modifica y, por lo tanto, siempre hay que estar, no sé si innovando, pero sí adecuando la Educación para los retos de la vida, aunque los aspectos esenciales del ser humano seguirán siendo los mismos.

¿Padres y profesores están preparados para la innovación o todavía es cosa de unos pocos pioneros?
Yo creo que el ser humano tiene la característica de la adaptación, de la flexibilidad. Es verdad que en este país lo que quisiéramos es tener un criterio educativo que nos sirva para siempre y para todos, pero eso no se ajusta a una realidad social donde las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias educativas. Hay padres que quieren que sus hijos estudien solo niños o solo niñas, hay padres que quieren que la Religión sea una asignatura, los hay que quieren que las leguas vehiculares sean el catalán, el gallego, el euskera. Es decir, la complejidad es realmente grande. Las demandas sociales son otras. Yo creo que el profesorado y los padres nos educan de una manera y queremos transmitir aquello donde estamos seguros, sin plantearnos muchas veces si lo que estamos haciendo sirve para el futuro o se ha quedado obsoleto. Qué es lo esencial en la existencia, eso nos lo tienen que preguntar los padres, los profesores, pero también agradecer a la vida, compartir lo que sabemos, escuchar y aprender.

 

0