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La desprotección de los Menores Extranjeros No Acompañados

Durante el año 2017 llegaron a España 2.417 Menores Extranjeros No Acompañados (MENA), un 60,47% más que el año anterior, dejando la cifra total de estos niños y jóvenes en 6.414, estas cifras se recogen en el informe elaborado por Save the Children llamado Los más solos.
Estrella MartínezMartes, 29 de mayo de 2018
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Estos menores “son los niños que están en situación de mayor vulnerabilidad”, afirmó rotundamente Andrés Conde, director general de Save the Children, durante la presentación del informe de la ONG Los más solos. Una dura afirmación que Ana Sastre, directora de Sensibilizacion y Politicas de Infancia de la organización, amplió: “Nuestro país no está preparado para garantizar los derechos de estos niños”.

El informe recoge otra cifra demoledora: en 2016 abandonaron los servicios de protección y figuran “en fuga” 825 menores, 770 niños y 55 niñas, que no se sabe dónde están. Es decir, menores que están totalmente fuera del sistema de protección nacional.

La mayoría de los MENA que llegan a España proceden de Marruecos y Argelia, aunque los hay también de países de África subsahariana y de otros lugares como Siria. La mayor parte de ellos se encuentra en Andalucía y Melilla.

Tanto Conde como Sastre denunciaron que las administraciones se escudan en evitar el falso efecto llamada, por lo que muchos de estos menores no reciben la protección necesaria. La realidad, por ejemplo, es que cuando cumplen 18 años y abandonan el sistema de pro-tección, muchos ni siquiera cuentan con papeles que regularicen su situación. “Se debe poner por encima de todo la protección de los menores”, exigió Sastre, cosa que no sucede porque “antes se les considera migrantes ilegales que menores”, añadió Conde.

El informe resalta que las cifras proporcionadas no son totalmente ciertas, pues hay menores que llegan a España, pero son considerados mayores de edad y se les trata como tal, cuando ante la duda sobre la edad de un migrante, “debe presumirse siempre la minoría de edad”, defendió Sastre.

Omar Sylla llegó a España en patera desde Senegal con 17 años –ahora tiene 29– y él fue uno de esos menores a los que se consideró mayor de edad. “Hay un momento en que solo ves el lado positivo, eres optimista y coges la patera”, comentó Sylla. Al llegar, tras el duro viaje, es cuando descubrió que la realidad no era como la había imaginado.

Sastre incidió también en la importancia de garantizar el acceso de los MENA a la Educación, así como al empleo, destacando la necesidad de trabajar la transición a la vida adulta. Al tratarse de menores, el Estado debe garantizar su acceso de la Educación, cosa que no sucede si son considerados como adultos. La Eduación además juega un papel crucial en la transición a la vida adulta que demandaba Sastre. El informe reconoce no solo la necesidad de inscribirlos en el sistema educativo, sino también de ayudarles “a que aprovechen al máximo las oportunidades de aprendizaje”, como recoge la Comisión Europea. En esta línea, “todos los adolescentes tendrán acceso a cursos de formación o Educación profesional y lo más pequeños a programas de estimulación precoz para el aprendizaje. Los Estados velarán porque los menores migrantes reciban certificados escolares u otros documentos donde conste su nivel de Educación”.

Se trata de un enfoque educativo adecuado y a largo plazo para cada uno de los menores no acompañados. Del mismo modo que los servicios de protección también tendrán que fomentar su empleabilidad facilitando su entrada en el mercado laboral de España, en este caso. Algo que, mayoritariamente no suele cumplirse, como denuncia el informe.

– Según el informe Los más solos, la mayoría de los menores que realiza un proyecto migratorio no lo hace por una única razón. Hay diveresas causas, como puede ser las ambiciones personales. Los menores quieren tener un proyecto de vida que no tienen a su alcance y alimentan el sueño europeo, viendo países como España como la tierra de las oportunidades.

– También hay menores que ven así la forma de ayudar económicamente a su familia. Otros, en cambio, son víctimas de maltrato o abusos en el hogar.

– Hay también menores que viajan para poder reagruparse con su familia, que vive ya en un país europeo. No lo hacen de manera legal porque el proceso de reagrupamiento familiar funciona deficientemente en muchos países de destino.

– En las situaciones de violencia en el país o de emergencia, los menores suelen emigrar con sus familias, pero, por diversas causas, algunos se acaban quedando solos durante el camino.

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